La Comunidad de Madrid dedica mayores recursos a la innovacion tecnológica que la media española. Sus asignaciones representaron un 17,3% del PIB español, en 2001
La Fundación COTEC, en colaboración con la Consejería de Economía e Innovación Tecnológica de la Comunidad de Madrid, ha elaborado “El documento para el debate sobre el sistema de innovación de la Comunidad de Madrid”. El objeto de este trabajo no es otro que promover la participación tanto de empresarios, investigadores, tecnólogos y agentes sociales como de universidades, cámaras de comercio y financieras y finalmente poder consensuar reflexiones y opiniones de cara a la elaboración de un documento definitivo sobre el sistema de innovación de la región madrileña.
De este estudio realizado por la Fundación se desprende que la Comunidad de Madrid genera una economía de servicios que contribuye de manera notoria al PIB nacional. Es decir, en 2001, la Comunidad Madrileña aportó al Producto Interior Bruto español 112.592 millones de euros, que significaron un 17,3% del total, situándole entre Cataluña (18,6%) y Andalucía (13,6%). Y si nos referimos en términos de PIB por habitante, entonces Madrid ocupa la primera posición con 20.970 euros frente a los 15.918 euros de media nacional.
En los últimos seis años Madrid viene creciendo a un promedio anual del 4,20%, siendo superada tan sólo por la Comunidad de Valencia (4,22%) y la de Extremadura (4,21%). Por consiguiente el crecimiento global en este periodo de la comunidad madrileña fue en torno al 28%, 4,2 puntos porcentuales sobre la media española y 12,5 con respecto a la europea. También, el informe de COTEC apunta que su tejido productivo está muy especializado en el sector servicios, mientras que tanto el peso relativo como el volumen absoluto del sector primario son extremadamente reducidos. En este sentido, la aportación de los distintos sectores al Valor Añadido Bruto de la Comunidad de Madrid supuso en 2001 un 76,3% por parte del área de servicios, un 23,6% de industria, energía construcción y un 0,2 del ámbito agrícola y ganadero.
Por otra parte, la actividad que más contribuye a la penetración de la innovación tecnológica en el tejido empresarial es, sin duda alguna, la actividad de I+D. El desarrollo de este campo en la sociedad es imprescindible para competir en los sectores de mayor intensidad tecnológica y en este sentido el gasto en I+D de las empresas madrileñas –según datos de la Fundación– es superior al promedio español. En cambio su efectividad es baja, cuando se mide a través del número de patentes o solicitudes de invención. En cuanto a términos de patente europea solicitada por unidad de gasto en I+D, la productividad de la región es la mitad del promedio español y un tercio de la media europea. En 2001, Madrid fue la comunidad autónoma que mayor esfuerzo puso en este campo, dedicando un 31,7% –1.974 millones de euros– del gasto total en I+D en España, que estaba en 6.227 millones de euros y que representa un porcentaje muy alto en comparación a la aportación de la región al valor añadido nacional (17,3%). Seguidamente, aparece Cataluña con un 21,4% (1.334 millones), País Vasco con un 9% (561 millones), Andalucía con un 8,6% (538 millones) y, en quinto lugar, Navarra con un 1,8% (114 millones).
Del mismo modo, la Comunidad Madrileña vuelve a ser en 2001 la región que mayor porcentaje de su PIB destina a actividades de investigación y desarrollo, ya que con un 1,75% lidera posiciones, por delante de País Vasco con un 1,38%, en tercer lugar, Cataluña con un 1,10% y en cuarta posición Navarra con un 1,03%. El resto de las comunidades muestra un porcentaje inferior al 0,96%, que se alcanzó de media en España durante ese mismo año.
Otra fuente oficial como es el Instituto Nacional de Estadística (INE) revela que en 2000 la partida total destinada a innovación tecnológica y ejecutada por la Comunidad de Madrid ascendió a 2.600 millones de euros, casi un 26% del gatos total en España (10.174 millones) y el 2,5 del PIB regional. Este hecho le sitúa en segunda posición, por debajo de la Comunidad catalana, que dedicó 2.751 millones –un 27% del conglomerado nacional– y por delante del País Vasco con 923 millones (9%) y Comunidad valenciana con 809 millones (8%). Igualmente, cabe señalar que la actividad innovadora del ámbito empresarial madrileño es más intenso que la media española, destacando especialmente sectores como Construcción o Servicios.
Referente a los recursos científicos del sistema público en I+D, la Comunidad de Madrid es la región que presenta mayor concentración de estos recursos, según el estudio. Esto se debe principalmente al sector de la Administración, cuyo gasto en I+D en la provincia madrileña crece más deprisa que el de la Enseñanza Superior. La Comunidad cuenta con catorce universidades (siete públicas y siete privadas) y más de 20 organismos de investigación –dependientes de la Administración central– tienen su sede en la capital. Entre 1997 y 2001 el peso del gasto en I+D del sector de Enseñanza Superior de la Comunidad de Madrid en el conjunto del país pasó del 19,1% al 17,9%, mientras que el de Administración incrementó pasando del 50,9% al 51,6%. El problema es que la actividad de estos centros públicos de investigación dependientes del gobierno autonómico no está enfocada a las necesidades de su tejido productivo.
En la región el modelo de investigación del sistema público de la Comunidad de Madrid está más orientado a temas más científicos que tecnológicos y más al fomento de la investigación individual que a la formación de grupos potentes, capaces de atender las necesidades empresariales. Y aunque la relación del sistema público de I+D con el mundo empresarial es cada vez más estrecha, se deberían –a juicio de la Fundación COTEC– definir mecanismos para incentivas y hacer más eficaz la transferencia de tecnología de este sistema al mercado productivo. En cuanto a las infraestructuras de soporte a la innovación, la Comunidad de Madrid cuenta con unos centros tecnológicos que son de dimensiones reducidas y no están enfocados al ámbito empresarial. Pues, los servicios de estas instituciones no cubren la demanda de las empresas. En cambio se da la particularidad de que existen un número considerable de empresas en la región que se dedican a ofrecer servicios de I+D. Por su parte, las Oficinas de Transferencia de Resultados de la Investigación (OTRIs) han activado la contratación de los servicios del sistema público de I+D por las empresas; pero sus recursos son escasos, carecen de enfoque comercial y no se ha impuesto un patrón de gestión eficaz. A esto se añade que en el Parque Tecnológico de la Comunidad de Madrid no se aprecia el fenómeno de fertilizaci