La competencia es la que debe limitar los precios en el sector
Según Aniel, quién otorga al gobierno un papel más de controlador
A pesar de no ser un país generador de tecnología de tercera generación, España puede presumir de ser uno de lo primeros en contar con varios ejemplos en el mundo empresarial que han apostado fuertemente por su implementación”. De esta forma, Jesús Banegas, presidente de Aniel, se hace eco del optimismo que desde la patronal se percibe en la manera en que nuestro país ha afrontado el reto de la telefonía móvil de tercera generación. “Visto el esfuerzo realizado, hasta el momento, por operadores y proveedores no dudo de que cuando esta potencialidad tecnológica se convierta en una realidad económico y social, España no sólo será un país puntero sino que también presumirá de tener cierta ventaja competitiva frente otros”. La decisión del Gobierno español por priorizar el otorgamiento de licencias supuso el mejor respaldo para que los adjudicatarios adquirieran compromisos suficientes para desarrollar en toda su amplitud la tecnología de tercera generación. Por tanto, dentro de la crisis que ha padecido el sector, “España se sitúa entre los países en los que existe un mayor acerbo cultural sobre esta materia”, subraya Banegas.
Condiciones óptimas para un desarrollo favorable
El desarrollo de la tercera generación en España se está haciendo “entre bien y excelente”, según el presidente de la patronal. Ante el más que evidente retraso de tres años en el desarrollo de la tecnología de tercera generación en nuestro país, “el Gobierno supo mostrar una magnifica cintura política para no exigir lo imposible sin que se perdiera seguridad política y otro tipo de garantías entre medias”. Ahora queda pendiente la apuesta de los operadores y proveedores para poner en marcha todo el proceso de telefonía de tercera generación. En este sentido, “soy optimista siempre que se resuelvan determinados obstáculos intermedios. Resulta que, a pesar de encontrarnos inmersos en la era de la inversión masiva tecnológica todavía emergen obstáculos administrativos por parte de los Ayuntamientos, así como un excesivo intervencionismo del Gobierno en los precios”, puntualiza Banegas.
El efecto del intervencionismo
Para Banegas, “la competencia y no las autoridades, son las que tienen que limitar los precios en el sector de las telecomunicaciones”. El transcurso de la historia económica nos ha demostrado que la consecución de un mercado eficiente siempre se ha apoyado en producir la mayor cantidad de bienes al menor precio y con la mejor calidad posible, sin que en ningún momento exista relación alguna con el número de competidores. “Es por ello, -afirma Banegas-, que el mercado no debe ser intervenido ya que será la competencia quien dirá en cada momento, los agentes que debe haber en el mercado”. Con todo ello, “el Gobierno, -continúa Banegas-, debe dejar que la competencia fluya, facilitando en todo momento la entrada de cualquier otro protagonista”.
En este sentido, el presidente de la patronal describe la situación deseada para un buen desarrollo de la tercera generación y de cualquier otra futura tecnología como aquellas donde la competencia decida los precios y exija al Gobierno que garantice un código de buenas conductas y que facilite la entrada de nuevos protagonistas.
Marco jurídico
Sobre el impacto que pudiera tener la recientemente presentada Ley de Telecomunicaciones en el desarrollo de la tercera generación, Banegas asegura que la nueva Ley no perjudicará ni beneficiará en su implantación. “No existe una relación causa efecto entre la regulación, recientemente presentada, y la tercera generación”. Con todo y una vez desligada su vinculación con la Ley de Telecomunicaciones, Banegas afirma que “la tercera generación evolucionará en función de los aciertos estratégicos que adopten los operadores. Así, su éxito estará muy relacionado con los contenidos y servicios que sean capaces de verter sobre redes que tecnológicamente permiten ofrecen mayores prestaciones que las existentes”.
Enfrentamiento entre WiFi y 3G
El desarrollo de 3G no debe suponer una impedimento para la implantación de otras tecnologías de banda ancha como WiFi y PLC. Sólo una visión simplista señalaría, “que la llegada de una tecnología va a frenar el desarrollo de otras. La llegada de una nuevadesarrollo 3GT tecnología no vive a expensas de quitar el espacio a las demás sino más bien de abrir nuevos entornos o nuevas expectativas”, comenta Banegas.
En el caso de las comunicaciones inalámbricas la convivencia de los infrarrojos, bluetooth, WiFi y 3G será una realidad, donde el usuario, dependiendo de sus necesidades, podrá elegir entre una u otra.
Explosión de 3G
En cuanto a la cronología de desarrollo de la telefonía de tercera generación en nuestro país, Banegas señala al 2004 como el año de una fuerte inversión en redes de telefonía de 3G. Además, durante este período tendrá lugar la aparición de los primeros terminales para este servicio. “En todo momento, el éxito de una nueva tecnología estará muy relacionado en cómo será su vinculación con el usuario, que es el que manda”. A finales de 2004, comenzarán a conocerse los primeros logros, así como las aplicaciones que bajo esta tecnología serán más solicitadas por los usuarios. Durante el año 2005 se producirá la generalización del UMTS en el entorno empresarial, mientras que su desarrollo masivo será en 2006 y su consolidación en el año 2007. “Aunque a primera vista cuatro años pudieran parecer un ritmo algo optimista, lo cierto es que no es ajeno a la realidad una vez conocidas las actuaciones emprendidas por operadores y provedores”.