Juan Soto, presidente de HP, en Abast98
"España ocupa la última posición en inversiones TI"
Abast Group, el grupo de empresas español de servicios informáticos especializado tanto en sistemas abiertos como en comunicaciones multiplataforma y arquitectura cliente/servidor, celebró el día 20 de mayo su reunión de clientes bajo el epígrafe Abast 98 .
Juan Soto, presidente y consejero delegado de Hewlett-Packard Española, participó en el evento con la ponencia “Las tecnologías de la Información: ¿ causa o síntoma del progreso económico ? ” . Durante su presentación, destacó el hecho de que España se encuentra todavía muy atrasada en cuanto a las inversiones en el sector informático y a incentivos para atraer capital extranjero en este sector .
Soto señaló que España ocupa la última posición en el ranking europeo de inversiones en tecnologías de la información, con 157 euros per capita, frente a los 405 de media europea .
Durante la celebración de Abast98, se hicieron públicos los resultados del grupo, formado por Abast Systems y ECSSA Informática, durante el pasado año . En 1997 Abast Group facturó un total de1 . 800 millones de pesetas y para el próximo ejercicio fiscal prevé alcanzar los 2 . 300 millones . Según anunció el director general del Grupo, Josep Servat, en el transcurso de Abast98, “nuestra intención es continuar con la expansión geográfica peninsular tras haber abierto una delegación en Valencia” . Abast Group que cuenta con una plantilla de más de 110 personas y tiene su sede en Barcelona, es uno de los principales proveedores en España de Hewlett-Packard y cuenta también con alianzas con fabricantes de software como Microsoft, Lotus, Oracle, Informix Sybase, Cognos y MB Forster .
Algunas ventajas
Alfredo Pastor, ex-Secretario de Estado de Economía, profesor extraordinario de IESE y Catedrático de la UAB, habló durante Abast98 del papel de España frente a los otros países de la Unión en una conferencia titulada “España en la Europa del 2000, de la marginalidad a la integración” . Según Pastor, España ha contado en estos últimos años con dos ventajas competitivas respecto a la mayoría del resto de los países que se deben intentar mantener tras la entrada en la Unión Monetaria: la presión fiscal y el coste laboral unitario .