Jesús Horcajo, jefe del departamento de sistemas de ENRESA: "Más que un porveedor, con el outsourcing buscábamos un socio tecnológico y lo encontramos en Indra"
Debe entenderse que el problema de la gestión de los residuos y el del cierre de centrales nucleares que han llegado al final de su vida activa, es algo no enteramente resuelto y, como es sabido, muy polémico. En estos términos, ENRESA viene desarrollando un ambicioso (y muy exigente desde el punto de vista tecnológico) programa de investigación y desarrollo que incluye, por ejemplo, el estudio de la durabilidad de los hormigones que se utilizan para encerrar los residuos denominados de baja y media actividad (procedentes de aplicaciones médicas, industriales, etc), la optimización de la capacidad de almacenamiento de la mina de El Cabril (en donde son depositados este tipo de residuos), los estudios sobre formaciones geológicas o sobre caracterización global de la geosfera, los procedimientos de almacenaje de los residuos de alta actividad procedentes de las centrales nucleares, los riesgos radiológicos, etc.
ENRESA es una empresa pública comprometida en tareas de interés general y de gran alcance. Por tanto, no es de extrañar que hace tres años optara por tener un socio tecnológico de primer nivel en lo referente a la gestión de sus sistemas de información. Indra fue la adjudicataria, tras un concurso público en el que participaron, entre otras, Andersen Consulting e Ibermática. Indra es igualmente una empresa española de capital mixto que en 2000 obtuvo unos ingresos netos cercanos a los 112.500 millones de pesetas, de los cuales el 80% corresponde a la línea de negocio de tecnologías de la información. Aproximadamente el 15% de sus actividades se orientan a servicios contratados en la fórmula de outsourcing; además de ENRESA tiene clientes como Astilleros Españoles, ENDESA, Bankpyme, SEPI, etc.
¿Cómo se fraguó el acuerdo de outsourcing adjudicado a Indra?
- Cuando en ENRESA decidimos contar con un socio tecnológico, ya sabíamos con claridad cómo creíamos que debían ser nuestros sistemas y cómo debían éstos dar respuesta a la estrategia general, de modo que la imbricación de tal socio debía ser total, aceptando naturalmente nuestra cultura particular. A veces ocurre que una decisión de este tipo provoca cambios en los modos de hacer, en el estilo, en la operación misma. Afortunadamente, en nuestro caso no fue así.
Pero hay un antes y un después
- ENRESA nació con vocación de gestión, esto es, de hacer que pocas personas cumplan con la misión que la empresa tiene encomendada. De ahí que cuando nos planteamos el outsourcing se involucrara toda la organización y en todos los niveles. No era algo de la incumbencia exclusiva del personal de sistemas. Por lo demás, en el momento de la creación de ENRESA se produjo la moratoria nuclear y muchos y buenos profesionales estaban desplazados. Ya entonces subcontratábamos mucho (en aquella época no teníamos ni siquiera un programador en plantilla). De modo que históricamente hemos huido siempre de estructuras pesadas y grandes. Contratar con Indra la gestión de la infraestructura tecnológica y su explotación, así como las funciones de atención a usuarios y el desarrollo y mantenimiento de los sistemas corporativos fue algo, por así decir, natural.
¿Se transfirió todo el personal? ¿cómo se realizó este proceso?
- De manera extraordinariamente fluida. Piense que nuestro personal de sistemas no estaba “en mercado”. Esta es una empresa que se dedica a lo que se dedica y lo demás es, se quiera o no instrumental, aunque los sistemas de información resulten clave para el desarrollo de nuestra actividad. Pasar a una empresa puntera fue para nuestro personal un gran paso y para ENRESA, por el retorno que se produce en calidad de servicio, muy beneficioso. En cualquier caso, si en la presente situación se produjeran conflictos, se tratarían de forma personalizada, sin descartar el retorno; el contrato de outsourcing tiene una cláusula al respecto.
El contrato con Indra tiene un alcance amplio en el que se incluye la colaboración en la definición de la estrategia y la planificación de los sistemas de información. En estos términos ¿no es algo corto el plazo de 5 años que contempla este contrato?
- Es suficiente. Lo que se buscó en su momento era establecer un escenario adecuado y estable, y estaba previamente decidido que el plan de sistemas de ENRESA se desarrollaría, precisamente, en 5 años. Tal vez por prudencia no se pensó en un proyecto a más largo plazo. De todos modos, la satisfacción de ENRESA marcará el futuro.
Es cierto que Indra colabora en las grandes decisiones, pero ENRESA ha guardado para sí definir cuales son las funcionalidades y cuales los procesos, asó como la dirección de los proyectos. Dicho esto, he de añadir que difícilmente las cosas se plantean en términos de que uno u otro tengan toda la razón. Hasta ahora nos hemos puesto de acuerdo; Indra demuestra constantemente que no es un proveedor más sino un verdadero socio tecnológico.
¿Se ha producido un ahorro de costes significativo?
- No era el objetivo, aunque sin duda lo hay. Pero es difícil de cuantificar. Cuando decidimos contratar el outsourcing no se hizo porque tuviéramos problemas. Teníamos sistemas que llevaban más de 10 años funcionando satisfactoriamente, actualizándose y mejorándose. Trabajábamos con seis o siete subcontratistas. En fin, nuestro deseo era apoyarnos en un solo proveedor de prestigio para incrementar la calidad de los servicios; esto en sí mismo, ya representa un ahorro notable.
Indra proporciona seguridad y estabilidad, y pone a disposición de ENRESA profesionales y técnicos muy preparados y adecuados a las funciones que han de desarrollar. Proporciona, además, una formación muy específica. Todo esto también es ahorro.
¿Cómo se traslada la actividad de Indra al objeto mismo de la actividad de ENRESA?
- De muchas maneras. Por ejemplo, nuestros proyectos de ingeniería ponen en movimiento muchos desarrollos tecnológicos que deben incorporarse al modelo único, corporativo. En la mina de El Cabril hay un sistema de supervisión a base de autómatas programables que tienen más de diez años de vida. Algunas de las empresas de ingeniería que nos aportaron esa tecnología dejaron de operar, dándose el caso de que ignorábamos incluso el lenguaje de programación. Cuando transmitimos nuestra inquietud a Indra, revolvieron el cielo y la tierra hasta encontrar la solución. No es más que un ejemplo, pero prueba el modo como es posible incrementar la calidad de nuestros procesos y de las operaciones.
¿Cómo se controla la calidad misma del servicio que presta Indra?
- Hay establecidos procedimientos objetivos para medir el nivel de servicio en tiempo real. Hasta ahora Indra ha recibido un sobresaliente. Se mide el tiempo de disponibilidad de los servidores, el de las aplicaciones, el tiempo empleado en establecer las planificacio