Inversiones E2000
El tránsito de milenio, juzgado a través del aluvión de informaciones que nos han ido llegando en torno al tan temido posible Efecto 2000, parece que ha hecho un portentoso quiebro a las desventuras y presagios sobre infortunios. De momento, se lanzan opiniones cuestionando o defendiendo la oportunidad de los grandes gastos generados por el cambio de milenio, pero no se polemiza ni se debate para intentar clarificar el grado de idoneidad de las decisiones tomadas. Se ha abierto el portón de las especulaciones y, los más atrevidos, encontrarán oportunidades de defender sus puntos de vista, o de dogmatizar sobre los comportamientos y soluciones que, en su opinión, hubieran sido más rentables.
Salvado el escollo del E2000 sin las desgracias anunciadas por los oráculos de los emuladores de profetas, y prestigiosos analistas del sector se ha destapado la olla de los escepticismos respecto de la justificación de la necesidad para haber dedicado a la prevención del problema excesivas cantidades de dinero ¿Se ha exagerado en demasía? ¿Se ha desmesurado la complejidad? Conviene evitar el espectáculo de la confrontación de hipótesis que inevitablemente conduciría a sensibilizar al usuario respecto a carencias de profesionalidad y abusos de confianza por parte de compañías suministradoras. Es cierto que desde los Estados Unidos nos han llovido mensajes y recomendaciones que, recopilados ahora y ordenados cronológicamente, generarían sabrosos comentarios. Pero no es menos verdad que, gran parte de los informes e informaciones, tenían como cuna a consultores y analistas de reconocido prestigio. Y, con estos avales, más la resonancia de que están dotados los comentarios procedentes de aquellas latitudes, junto al miedo de que se produjeran los desastres augurados, propiciaron la asunción de responsabilidades y la dedicación de medios y asignación de presupuestos estimados como imprescindibles, para solventar el problema lo mejor posible.
Tal y como se han desarrollado los acontecimientos, puede decirse que han salido muy beneficiadas con el movimiento defensivo ante las posibles consecuencias del E2000, las compañías suministradoras de medios y servicios que, durante éstos últimos años, han acentuado su actividad con los consiguientes incrementos de facturación; pero, también, han podido aprovechar la circunstancia los usuarios, posibilitando que se les dieran facilidades a muchos de ellos para potenciar o cambiar en profundidad sus entornos informáticos. Junto a quienes seguirán apreciando desmesurados gastos para paliar el E2000, otros tienen motivos suficientes para sentirse satisfechos.
Salvado el escollo del E2000 sin las desgracias anunciadas por los oráculos de los emuladores de profetas, y prestigiosos analistas del sector se ha destapado la olla de los escepticismos respecto de la justificación de la necesidad para haber dedicado a la prevención del problema excesivas cantidades de dinero ¿Se ha exagerado en demasía? ¿Se ha desmesurado la complejidad? Conviene evitar el espectáculo de la confrontación de hipótesis que inevitablemente conduciría a sensibilizar al usuario respecto a carencias de profesionalidad y abusos de confianza por parte de compañías suministradoras. Es cierto que desde los Estados Unidos nos han llovido mensajes y recomendaciones que, recopilados ahora y ordenados cronológicamente, generarían sabrosos comentarios. Pero no es menos verdad que, gran parte de los informes e informaciones, tenían como cuna a consultores y analistas de reconocido prestigio. Y, con estos avales, más la resonancia de que están dotados los comentarios procedentes de aquellas latitudes, junto al miedo de que se produjeran los desastres augurados, propiciaron la asunción de responsabilidades y la dedicación de medios y asignación de presupuestos estimados como imprescindibles, para solventar el problema lo mejor posible.
Tal y como se han desarrollado los acontecimientos, puede decirse que han salido muy beneficiadas con el movimiento defensivo ante las posibles consecuencias del E2000, las compañías suministradoras de medios y servicios que, durante éstos últimos años, han acentuado su actividad con los consiguientes incrementos de facturación; pero, también, han podido aprovechar la circunstancia los usuarios, posibilitando que se les dieran facilidades a muchos de ellos para potenciar o cambiar en profundidad sus entornos informáticos. Junto a quienes seguirán apreciando desmesurados gastos para paliar el E2000, otros tienen motivos suficientes para sentirse satisfechos.
