Inforsalud 2010
Como está claro y nuestros políticos son conscientes de que el proyecto en si mismo ha fracasado ahora ya no hablan de la tarjeta sanitaria sino que se sacan de la manga otro concepto si cabe aún más ambicioso con el deseo de que se inicie otra travesía del desierto. Pero lo más sorprendente es que parece que son pocos o muy pocos los que denuncian esta situación. Es más, según se apunta desde el ámbito político la famosa tarjeta sanitaria es una realidad en “algunas comunidades autónomas”. Lo único que digo es que hay que ser serios y realistas: o funciona en todas y cada una de las 17 sanidades –algo que a día de hoy no ocurre- o estamos ante un claro fiasco. Es así de sencillo. Pero, y la pregunta es lógica, ¿cuál es la razón de que no se haya conseguido? Pues muy sencillo: estamos ante un problema de índole nada más que política. La tecnología que puede permitir el perfecto funcionamiento de la tarjeta sanitaria está disponible desde hace mucho tiempo. Estamos ante un problema de protagonismo político ni más ni menos. Y llegados a este punto y siendo consecuentes creo que la tarjeta sanitaria será siempre una asignatura pendiente que estará en las agendas de todos los políticos que asuman la máxima responsabilidad sanitaria y según sean de un signo u otro los objetivos y alcance del famoso proyecto cambiarán siempre cada cuatro años. En definitiva, tenemos tarjeta sanitaria para rato.