Incrementar el rendimiento de una organización a través de la gestión del conocimiento
“El conocimiento es experiencia, todo lo demás es sólo información”, con esta frase de Albert Einstein, comenzaba su presentación ante los miembros del Club de Usuarios de Tecnologías de la Información, Glen Kelley. “Actualmente es evidente que todos los miembros de cualquier organización tienen acceso a una cantidad ingente de información, y como consecuencia de esto, se podría afirmar que de toda esa información muy poca es la que verdaderamente le es útil para su trabajo”. En este sentido, Kelley aseguró que por cada búsqueda en Internet un usuario puede recibir alrededor de 1.000 respuestas, “por lo tanto, una búsqueda es sólo es eso: una búsqueda, y no un hallazgo”. De acuerdo con este apunte, Kelley afirmó que según un estudio elaborado por la consultora Ernst & Young, los empleados de una organización sólo tienen acceso al 12% de la información necesaria para realizar eficazmente su trabajo. “Esto se relaciona con que si bien es cierto que en el mercado existen muchos buscadores, lo cierto es que los usuarios lo que quieren es encontrar, y no sólo buscar”.
Una disciplina
A lo largo de su intervención, Glen Kelley quiso dejar muy claro lo que de verdad se debe entender por Gestión del Conocimiento, y así aseguró que “Gestión del Conocimiento es ante todo una disciplina; por lo tanto no se compra empaquetado. Estamos hablando de algo que se podría definir como una interacción que se produce entre procesos, personas y organizaciones, con la ayuda fundamental de la tecnología”.
Pero quizás lo más crítico en la exposición del representante de Lotus se situó en la relación existente entre la gestión del conocimiento y el rendimiento de la organización de forma global, y en este sentido aseguró que “la gestión del conocimiento tiene como objetivo aprovechar la información existente para mejorar el rendimiento de la organización, lo que en última instancia redunda en un incremento de su eficacia”. Respecto a esto último, Kelley añadió que “si aseguro que a travé de la gestión del conocimiento se incrementa la eficacia de la organización, no estoy diciendo nada descabellado; es algo muy simple. Me explico, si fuéramos capaces de captar todas intenciones de nuestros clientes mejoraríamos nuestras relaciones con ellos, ya que seríamos proactivos, es decir seríamos capaces de conocer sus necesidades con anticipación”.
La nueva economía
Para Glen Kelley el término Nueva Economía no se corresponde con algo totalmente nuevo, “no todo ha cambiado. La economía de cualquier empresa sigue basándose en el mismo principio: ganar dinero y satisfacer las necesidades de los clientes”. Pero aún así, sí parece que dentro de todo este nuevo entorno económico haya algo realmente nuevo, y ese factor diferencial se sitúa en los activos intangibles, y el principal activo intangible es el conocimiento que reside en la organización, “y la gestión del conocimiento es la única herramienta que nos permite aprovechar ese activo; por eso, en este nuevo mundo la gestión del conocimiento es el único recurso verdaderamente importante para las organizaciones”.
A pesar de que la esencia de la nueva economía no difiera en gran medida de lo que se podría entender como vieja economía, sí existe algo que la diferencia, a parte de los citados anteriormente activos intangibles, y es el nivel de complejidad, el cual es mucho mayor, lo que obliga a las empresas a ser más ágiles
Retorno de la inversión
A lo largo de su intervención, Glen Kelley trató múltiples aspectos del concepto Gestión del Conocimiento, pero quizás uno de los que mayor atención captó por parte de los miembros del Club de Usuarios de Tecnologías de la Información fue el que relaciona a la gestión del conocimiento con el retorno de la inversión (ROI). En este sentido, Kelley aportó datos de un estudio elaborado por la consultora IDC en el que se cuantifica el déficit de conocimiento en las empresas Fortune 500, el cual se sitúa en 5.000 dólares al año, “por eso cualquier avance que realicen las empresas en el entorno de la gestión del conocimiento mejorará significativamente su rentabilidad”. Para Kelley la clave de todo pasa por crear valor en diferentes niveles dentro de la empresa.
Reutilización
Personas, lugares y cosas, estos son, según Glen Kelley, los principios en los que debe basarse la gestión del conocimiento. “Las personas son los empleados de la empresa los cuales disponen cada uno de ellos de su propia información; los lugares, son los sitios donde las personas se reúnen y colaboran, y las cosas son los documentos que soportan la información”. Una vez estructurada la gestión del conocimiento, el siguiente paso, según Glen Kelley, es encontrar el modo a través del cual se pueda añadir valor a la organización, y la clave se sitúa en aprender de lo que hemos hecho para de esta forma enfrentarnos a nuevos retos. Es decir, activar el concepto de reutilización con el objetivo de crear una especie de mente compuesta por la de muchos. “Con ello, la organización responderá mejor porque aprende continuamente de actuaciones anteriores, lo que a su vez la convierte en una empresa más eficiente y más competitiva”.
“La gestión del conocimiento no es una
tecnología que se pueda comprar o vender”
Glen Kelley, director de marketing de la
división de Gestión de Conocimiento de Lotus
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Desde Lotus se ha afirmado en repetidas ocasiones que la Gestión del Conocimiento no es una tecnología sino una disciplina...
- Así es. La Gestión del Conocimiento no es una tecnología que se pueda comprar o vender sino una disciplina que integra empresas, procesos y personas con el objetivo de reducir las barreras o el desfase existente entre las personas y la información o conocimiento a lo largo de toda la organización empresarial. Se trata de gestionar los activos intangibles, esto es, el capital y la propiedad intelectual de la forma más rápida y efectiva posible, con el objetivo de poder reutilizarla el conocimiento acumulado. Esto contribuye a aportar un valor continuo a la organización que no desperdiciará sus activos intelectuales. La clave está en compartir experiencias y reutilizar la experiencia con la que ya cuenta la empresa que no debe caer en saco roto. Algo tan sencillo y elemental repercute enormemente en la competitividad de las compañías ya que incrementa