¿Humanización de la informática o informatización de lo humano?
La interactuación con el PC se hará a través de los sentidos
El primer paso, en este sentido, es conseguir los derechos para el uso del cuerpo humano como si se tratara de una red de computación. Sin embargo, hasta el momento, el fabricante no tiene en mente el lanzamiento a corto o medio plazo de productos que, aprovechando la conectividad de la piel, permitan conectar varios dispositivos. A nadie se le escapa que podemos estar ante una nueva etapa en la que se podrá utilizar el cuerpo humano como conector y transmisor de datos. De hecho, la propia evolución de la informática revela una cierta tendencia hacia la humanización. Desde que aparecieron los primeros supercomputadores hace ahora unos 50 años, uno de las constantes de no pocos fabricantes ha sido la de hacerlos más entendibles por y para los humanos. Así, paulatinamente se han ido haciendo más prácticos y útiles sistemas informáticos que han llegado a hacer más fácil la vida diaria. Poco a poco hemos ido pasando a sistemas más prácticos, como las tarjetas perforadas, más intuitivos, como el teclado y el ratón, más gráficos, como Windows y últimamente mucho más naturales, como la escritura a “lápiz” con el Tablet PC y los dispositivos de voz y reconocimiento de voz que tenemos hoy día. Es decir, cada día las funciones humanas se han ido aproximando a interactuar con el ordenador a través de distintos sentidos. Ahora, la piel y su sentido asociado, es decir, el tacto, son otra fuente de información en la que debemos seguir investigando”.
Procesadores, como una segunda piel
En el ámbito de la sanidad, un proyecto ya ha probado el uso de una pequeña cápsula del tamaño de un grano de arroz, que insertada bajo la piel, almacenaría desde el grupo sanguíneo hasta las alergias de quien lo lleve, en definitiva, el historial médico del paciente.
Con unas dimensiones de 12 milímetros de largo y 2,1 milímetros de diámetro, se inserta bajo la piel del brazo con una jeringa y contiene un número de 16 dígitos que, mediante lectura electrónica, permite acceder al historial médico del portador.
Se trata del primer microchip con tecnología de radiofrecuencia (RFID) implantable para uso humano. Una vez insertado el sistema de almacenamiento y reconocimiento de información no puede ser visto por el ojo humano.
La Comisión de Libertades e Informática (CLI), de la que forman parte empresas asociaciones y colectivos como AI, ALI, APDHE, CCOO, CECU, FADSP o UGT, considera esta iniciativa como “un avance tecnológico que no puede sino contribuir al desarrollo de la Sociedad de la Información en la que actualmente vivimos”.
Según fuentes de la Comisión, “las ventajas potenciales que aporta la RFID nos abren un campo mucho más amplio. En este caso, la lectura urgente de un historial médico, sin apenas posibilidades de error en cuanto a su titular, sin duda beneficiará al paciente”.
En cuanto a los potenciales avances de esta tecnología, destacan las aplicaciones que ayuden a los sistemas médicos a tener mejor control sobre pacientes a través de la información que puedan tener de ellos. Asimismo, se puede llegar a monitorizar a un paciente con un pendiente en la oreja que sirva de transmisor de datos, lo que puede aportar una información muy valiosa para conocer cuál es su estado de salud.
Sin embargo, la aplicación de estas tecnologías y avances que utilizan el cuerpo humano como “soporte” debe estar regulada. No pocas organizaciones han comenzado a denunciar su posible uso en detrimento y retroceso de las libertades de los seres humanos, especialmente teniendo en cuenta la falta de regulación, en este sentido, en España. La información personal sólo puede ser conocida por terceros con el consentimiento informado de su titular, es decir, conociendo quién la manipula, con qué fines y los riesgos que ello conlleva.