Herramientas CASE, la segunda oportunidad.

Nunca han sido productos excesivamente populares. Las herramientas de ingeniería de software o CASE como se las conoce más corrientemente, han sufrido desde que aparecieron duras críticas incluso por parte de quienes se ven obligados a utilizarlas. Concebidas en su origen para trabajar en los tradicionales entornos centralizados, comienza a haber desarrolladores que reclaman su utilización para poner a punto aplicaciones cliente/servidor. Podría ser la segunda oportunidad para estos productos, a los que hasta ahora se ha mirado con gran sentido crítico.

El viejo refrán renovarse o morir está llamando también, y cada vez con más insistencia, a las puertas de los fabricantes de herramientas CASE. Sumidas hasta ahora en un cierto marasmo por parte tanto de fabricantes como de usuarios, estas herramientas han adolecido en muchas ocasiones de garra tecnológica, que las capacitara para convertirse en productos atractivos para el conjunto de usuarios para los que fueron concebidas: desarrolladores y programadores. También este sector de mercado ha sufrido en sus carnes de uno de los males más comunes que han afectado a otros productos. En un primer momento fueron presentados como una panacea, con la que podían obviarse todos, o casi todos, los problemas surgidos en el desarrollo de aplicaciones. En ocasiones incluso se llegó a afirmar por parte de algunos fabricantes que la utilización de CASE permitía programar incluso a aquellos que no conociesen lenguajes de programación. Si hoy en día nadie ya se atreve a ser tan osado, no es menos cierto que ciertas carencias de estas herramientas muchas veces importantes, no han ayudado a facilitar la comunicación entre fabricantes y clientes. De la mano de esta circunstancia viene aparejado otro aspecto crucial hasta ahora para el éxito de las distintas ofertas CASE: la falta de unos estándares de facto, fundamentalmente en lo relativo a los repositorios, que contribuyan cuando menos a la migración y la portabilidad en mayor o menor medida a distintas plataformas. En este sentido parecía que la iniciativa AD/Cycle de IBM podía ayudar a clarificar este oscuro panorama, pero aún queda mucho por hacer.

Así las cosas, la situación podría complicarse (¿o aclararse?) un poco más, desde el momento en que los desarrolladores que actualmente bregan en cliente/servidor comienzan a analizar la posibilidad de ayudarse de herramientas CASE en su trabajo. Parece ser que las dificultades iniciales no asustan a estos profesionales. La aparición de interfaces gráficos de usuario para hacer estos productos más fáciles de utilizar y la necesidad de dotar de una infraestructura y un diseño homogéneo a los niveles más bajos de los entornos cliente/servidor, podrían ser los revulsivos que dieran nuevo impulso a este mercado. La demanda fundamental para CASE estaría centrada por lo tanto en ser utilizadas como nexo de unión entre los procesos de descentralización y downsizing hacia entornos de trabajo distribuido y en la posterior construcción de las grandes aplicaciones corporativas en todas aquellas compañías que opten por cliente/servidor.

De esta forma, y de si hacemos caso de las opiniones de algunos analistas de mercado, la gran oportunidad de herramientas de ayuda a la programación estaría, una vez más en las nuevas plataformas multivendedor. También la consultora IDC se hace eco de estas circunstacias, afirmando que en un estudio realizado entre grandes compañías que llevan a cabo o tienen pensado iniciar procesos de downsizing y descentralización, el papel de las herramientas CASE se juzga como fundamental.

De alguna manera podríamos asistir en un futuro cercano a una cierta rededifinición del concepto de estas herramientas. Para algunos analistas la tradicional concepción de CASE como herramientas para análisis de diseños, análisis de requerimientos y generación de códigos, estaría reduciendo sus posibilidades, olvidando aspectos como la gestión de procesos o la sincronización del desarrollo de actividades en los departamentos de informática.

De cualquier forma, las posibilidades de herramientas CASE parecen estar aún en muchos casos por descubrir, si a ello añadimos que los profesionales que realmente las conocen y usan de ellas en su trabajo diario parecen inasequibles al desaliento, estaríamos en vísperas de asistir a su posible relanzamiento.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

ny2 ACTUALIDAD

ny2 Sociedad de la información

Día de la Movilidad y el BYOD Coffee Break