Hacer bien las cosas

El concurso convocado por el Ministerio de Sanidad y Consumo para contratar la elaboración del Plan de Sistemas de Información del Departamento permite realizar interesantes observaciones y conjeturas por parte de las compañías suministradoras de nuestro sector y, asimismo, extraer positivas conclusiones a aquellos usuarios que de inmediato, o a corto plazo, tengan previsto acometer proyectos similares. Porque, para los proveedores de servicios, es relevante comprobar que el usuario estimó conveniente elevar la cuantía de las tarifas por hora previstas inicialmente -10.100 pesetas para jefe de proyecto, y 9.300 para consultor- situándolas en 15.000 y 10.000 respectivamente. Y lo hizo en base a las siguientes pragmáticas consideraciones: Deseo de conseguir una máxima concurrencia de ofertas presentadas por aquellos proveedores con mayor experiencia -pensando siempre en el alcance estratégico del proyecto-; y disponer del número suficiente de licitadores que hiciera posible la adecuada selección para contratar en las mejores condiciones. Actitud y reflexión que debería ser norma de conducta en el ámbito del Sector Público -desechando la censurable costumbre de algunos usuarios de contratar por sistema lo más barato, empleando absurdos ardides- si se piensa en la calidad y en la pretensión de lograr un buen trabajo. Asimismo, es significativo el número de suministradores que presentaron oferta -diez en solitario, y dos más formando Unión Temporal de Empresas- teniendo en cuenta las consecuencias que puede acarrear, para el ganador, la aplicación, en posteriores contrataciones encaminadas al desarrollo del proyecto, del Artículo 53, apartado 3, de la Ley 13/1995 de Contratos de las Administraciones Públicas que dice lo siguiente: “En los contratos de obras, de suministro, de consultoría y asistencia, de servicios y de contratos específicos y concretos no habituales no podrán concurrir a las licitaciones empresas que hubieran participado en la elaboración de las especificaciones técnicas relativas a dichos contratos”.
Por otra parte, los usuarios que se encuentren en el umbral de abordar algo parecido, advertirán que merece la pena, porque es posible, disponer de un espléndido abanico de licitadores donde poder seleccionar, con garantías, el más idóneo de los convenientes. Si para la elaboración del Plan de Sistemas que comentamos, con cerca de 42 millones de pesetas de presupuesto, hubo una buena respuesta por parte de los suministradores, ¿qué magnífica concurrencia podría lograr el Ministerio de Defensa para la realización de su Plan Director de Sistemas de Información, con más de 1.000 millones de pesetas de presupuesto? Si hacen las cosas bien -que pueden y deben hacerlo- obtendrán los objetivos que anhelan. Se juegan mucho y, por lo tanto, son imprescindibles asesores objetivos, con experiencia.