Estrategias

Grupisa apuesta por la red para la conservación de carreteras

Cuenta con una red privada virtual para gestionar sus centros

Especializada en la señalización, conservación y explotación de las carreteras y aeropuertos españoles, Grupisa ha logrado solventar uno de sus grandes problemas: interconectar sus centros de gestión y mantenimiento geográficamente dispersos y de difícil acceso para centralizar toda la información del negocio. La solución tecnológica ha sido la puesta en marcha de una red privada virtual implantada por Easynet.

La actividad de la empresa española Grupisa, perteneciente desde hace un par de años al Grupo Ferrovial, ha experimentado una continua evolución desde su creación en 1976. Centrada en su verdadero negocio, la señalización, conservación y explotación de carreteras y mantenimiento aeropuertos, esta organización ha abarcado también aspectos tales como la fabricación de materiales y su aplicación hasta la investigación de nuevos productos, además de buscar e introducir en España nuevos métodos para la conservación de pavimentos.
Desde hace unos años, el crecimiento de Grupisa se basa principalmente en dos ejes estratégicos: el desarrollo de métodos propios de gestión del negocio (con centros repartidos por todo el territorio nacional) y sistemas informáticos adaptados a las necesidades específicas de sus clientes, así como en la capacidad de buscar e introducir materiales y métodos modernos e innovadores.
En este sentido, la compañía ha sido la pionera en encontrar e incorporar productos que actualmente utilizan la mayoría de las empresas y de los que se han beneficiado todos los usuarios que transitan por la red de carreteras de España, tales como el material termoplástico de aplicación en caliente para la señalización, los denominados ojos de gato del pavimento o el sellado de grietas en caliente.

Gestión de infraestructuras
Actualmente Grupisa conserva en España aproximadamente 700 Km de autovía y más de 1.000 Km de carretera convencional, entre las que destacan vías tan transitadas como la M-30 y la M-40 en Madrid y las autovías de Valencia. Al mismo tiempo, la compañía también explota algunos de los túneles de reciente creación como El Pardo en Madrid; Leizarán en Guipúzcoa, y Miravete en Cáceres.
A pesar de contar con métodos y sistemas informáticos de ayuda a la gestión de infraestructuras propios “el año pasado detectamos problemas y necesidades, fundamentalmente de comunicación, entre nuestros centros de gestión. Como distribuidor de infraestructuras, abarcamos todo el territorio nacional, por lo que nos planteamos la necesidad de interconectarlos con una red privada virtual. El sistema de comunicación era nuestro requerimiento más apremiante, sobre todo por la llegada del euro, donde nos exigían una modificación del sistema ”, explica Roberto Fernández, director de Informática de Grupisa.
La compañía cuenta con 36 centros de trabajo repartidos por toda España que se dedican a la administración y gestión de los contratos de la empresa. “Se trata de delegaciones de pequeño tamaño y usuarios–apunta Fernández-, cuyo principal problema es su ubicación geográfica, en zonas rurales a veces bastante inaccesibles, con un coste telefónico muy alto. Nos enfrentábamos a un sistema de gestión distribuido que teníamos que unificar y centralizar toda la información de cada uno de los centros desde nuestra sede de Madrid”.
Antes de afrontar el despliegue de la red virtual, la compañía realizó una evolución de su aplicativo informático Theos, “ya que no queríamos cambiar de sistema porque consideramos que es fiable y seguro, aunque no ha evolucionado mucho y es difícil sacar los datos. Pero para nuestro negocio funciona muy bien y al centralizarlo hemos solucionado el problema de la gestión”, explica el director de Informática de Grupisa.

Comunicación progresiva
El paso siguiente se produjo en marzo de 2001 con el objetivo de unir la sede central de Madrid mediante una línea dedicada con el resto de los centros mediante ADSL y RDSI o punto a punto para aquellos centros con mayor dificultad geográfica y de comunicación. La propuesta tecnológica viene de la mano de Easynet “con la interconexión de todas las delegaciones con la central a través de una red privada virtual (IP VPN). Comenzamos por instalar una línea dedicada desde Easynet hasta la sede central de Grupysa. Pero el mayor problema lo tuvimos en los centros, ya que no en todos los pueblos tienen Internet, por lo que optamos por líneas ADSL básicas y RDSI de 64 K. El alcance a cada uno de los pueblos ha sido progresivo, llegando a una comunicación demás calidad con líneas punto a punto, además de instalar equipos Watchguard para proporcionar seguridad a la red”, explica Mª Carmen Oliva, gestora de Easynet.
El contrato, firmado en mayo de 2001 por dos años y prorrogable, tuvo un coste inicial de alta y configuración de 7.212 euros y actualmente cuenta con tres líneas dedicadas, con un ancho de banda de 512 Kbps y 128 Kbps por un valor similar al mes. Todos los centros disponen a su vez de un número de atención telefónica para registrar las incidencias que se produzcan. “Hemos conseguido – afirma Roberto Fernández- cubrir todo el sistema y reducir tanto el coste telefónico como la dispersión que había en los centros. A nivel de gestión, tenemos acceso a la información al instante y los datos actualizados diariamente”.Uno de las proyectos que Grupisa tiene previsto poner en marcha a corto plazo es ampliar la cobertura de su IP VPN con su centro de Portugal.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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