Gracias Microsoft.
[El articulista analiza en esta columna el significado del reciente anuncio del Common Operating System Environment (COSE)] (...) Incluso los observadores más escépticos han tenido que sentirse excitados ante el primer intento serio de unificar los muchos y diversos sabores de Unix en una sola mezcla de gran consistencia. Para los usuarios -si todo funciona de acuerdo con lo prometido- el anuncio podría significar un importante incremento de la compatibilidad del software Unix a lo largo de las diferentes plataformas hardware. No es un Unix único, pero al menos se trata de un conjunto común de interfaces de aplicación. Y eso es una muy buena noticia.
Con todos los potenciales beneficios para los usuarios que pueden derivarse de esta confederación, los motivos para su organización no deberían importar, pero importan, y los partidarios de Unix deberían sentarse y escribir una carta de agradecimiento a Bill Gates y a Microsoft.
Deberían agradecerles el ser grandes. Agradecerles el ser agresivos. Agradecerles el ser odiados. Agradecerles el ser la IBM de los 90. Y agradecerles que hayan obligado a un grupo de vendedores a responder -según sus propias palabras- a la creciente demanda de los clientes por tecnología consistente a través de múltiples plataformas.
Si el grupo formado para unificar Unix funciona como se ha prometido, la presión sobre Microsoft obligará a esta compañía a desarrollar una versión de su sistema operativo Windows NT que responda a los requerimientos de los usuarios en cuanto a portabilidad y compatibilidad en múltiples plataformas. Con cerca de dos millones de copias de otro competidor de NT, denominado OS/2, en manos de los usuarios, Microsoft no tiene elección: debe hacer que NT sea tan bueno como afirman que va a ser.