Gestionando el talento en las organizaciones

La economía actual sitúa al trabajador en el puesto de mando

Hay reglas sobre el trabajo que funcionan y otras que no. Las primeras podrían estar contenidas en cualquier manual de empleado o en la intranet de la compañía. Estas reglas y las políticas de la empresa tienen en realidad poco o nada que ver con la forma en que pensamos o nos comportamos en el trabajo. Lo que en realidad ejerce fuerza son las reglas que ni siquiera reconocemos como tales: las ideas sobre el valor del trabajo que aprendimos en la guardería o el colegio.

Desprenderse de esas reglas es casi igual de difícil para la mayoría de las personas que para Microsoft publicar el código fuente de Windows. Y no importa que las reglas no funcionen ya, si es que funcionaron alguna vez. El problema está en que fueron diseñadas para otro tiempo y otro lugar. La economía Internet impone nuevas condiciones y requiere un nuevo conjunto de normas. Por ejemplo, considérense las cinco reglas de trabajo que se exponen a continuación, antiguas pero bien conocidas, recordando que en ocasiones lo más importante es decidir lo que hay que olvidar. Analizaremos a continuación por qué estas reglas de la Antigua Economía, profundamente respetadas y establecidas, no son aplicables en la economía Internet.

Regla nº 1: No hay espacio para la diversión en el trabajo
Nuestros maestros fueron nuestros modelos de actuación en el trabajo. Y nuestros padres también establecieron modelos de actitudes respecto al trabajo, aunque la mayoría de los niños nunca han visto en realidad a sus padres trabajando. De todas maneras, son muchas las personas que han aprendido que existe el trabajo y que existe un tiempo para el descanso, y que en el trabajo no hay espacio para la diversión. Por ejemplo, cualquiera que haya asistido a clase en una escuela de cualquier ciudad podría pensar que los maestros tenían una cláusula en sus contratos prohibiéndoles cualquier tipo de diversión en el trabajo. Aunque esto parece dudoso, es la forma en que se comportan la mayoría de ellos. Aunque en algún momento distante del pasado la gente debe haberse divertido al menos un poco en el trabajo, también en algún momento debe haberse prohibido todo tipo de diversión. La mayor parte de la rigidez de la estricta y jerarquizada organización de mando se implantó para eliminar la posibilidad de que algunos empleados, en algún lugar, lo estuvieran pasando verdaderamente bien. Una de las consecuencias más felices de la economía Internet es que el trabajo puede ser nuevamente divertido. Aunque, en realidad, emplear largas horas en sitios Web de nueva creación puede resultar brutal, cuando la gente trabaja tanto tiempo y tan duramente como lo hacen en las competitivas empresas actuales, y cuando la línea entre un enorme éxito financiero y el fracaso total es extraordinariamente delgada, sólo hay una cosa que puede mantener fluyendo la energía en un lugar de trabajo: un poco de diversión. Dicho simplemente, si no se disfruta del trabajo, la compañía no podrá atraer a las personas de más talento. La lección es tan obvia que no resulta fácil olvidarla: la amistad y la camaradería son medios de unión básicos del espíritu humano.

Regla nº 2: Los empleados son seres irrelevantes
Los maestros mencionados arriba creían en la regla de oro: "Los que tienen el oro establecen las reglas". Bajo esta filosofía, carecían de poder y de voz, y no eran capaces de protegerse a sí mismos. Su mejor estrategia de supervivencia era callarse, hacer lo que les decían, y no hacerse notar demasiado. Esta es una fórmula que conducirá al desastre a cualquier candidato a un trabajo en la economía Internet. El éxito pertenece ahora a las personas que reclaman su poder, piensan que pueden significar una diferencia, y actúan en base a esa creencia.

En la economía Internet, el equilibrio de poder se está desplazando de las empresas a los empleados, lo mismo que se está desplazando de los vendedores a los compradores. Cada vez en mayor medida, los empleados están tomando las decisiones, desde fijar su propia remuneración ante las empresas hasta dictaminar qué tipo de compensaciones esperan recibir.

Regla nº 3: El empleado puede ser sustituido
Otra lección aprendida en el pasado era que los empleados, lo mismo que los estudiantes, son como piezas intercambiables en una gran máquina; si alguno no sigue la línea recta, alguien más cualificado espera a la vuelta de la esquina para ocupar su lugar. Lo cierto es que en la economía Internet nadie puede ser sustituido con facilidad. Los empleados que trabajan en la Red lo saben, y los candidatos a un puesto de trabajo saben que lo saben. Con una tasa de desempleo a su nivel más bajo para las especialidades técnicas, las compañías se ven obligadas a respetar a los empleados de formas que aquellos maestros nunca habrían considerado posibles. La cuestión a tener en cuenta hoy es la retención y el reclutamiento de los empleados, con la consecuencia conocida: opciones sobre acciones, coche de empresa, periodos sabáticos...

Regla nº 4: No hablar de dinero
Aunque el dinero siempre ha sido importante para los empleados y las empresas, en la economía tradicional había un nivel extraordinario de simulación y fingimiento sobre el dinero. Aunque era lo más importante en la mente de los candidatos ("¿Cuánto puedo cobrar?") y también en la mente de los directivos que realizaban la contratación ("¿Cuánto dinero tendré que pagar?"), el dinero era absolutamente el último elemento en la agenda de la entrevista.

Afortunadamente, la economía Internet está haciendo desaparecer esta simulación. Los críticos consideran a la nueva generación de empleados como ambiciosos y egoístas, interesados únicamente en lo que pueden conseguir. Esto es absolutamente cierto, como lo ha sido siempre, sólo que ahora existe la virtud de reconocerlo. La paradoja está en que cuanto más se reconoce menos cierto es. La realidad es que una vez que se mantiene una conversación franca sobre dinero, se obtiene la cantidad adecuada y se resuelve la situaci&oac

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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