Gestión integrada de sistemas cliente/servidor
El problema del soporte
Existen varios problemas importantes que tienden a afectar a las organizaciones cliente/servidor, y que suelen crecer a un ritmo exponencial, paralelamente al incremento de la complejidad de la estructura de sistemas.
Para muchas empresas, ahora es el momento de realizar al menos un primer intento de arquitectura de gestión integrada cliente/servidor. De hecho, muchas compañías, están realizando bastante actividad de rightsizing y reingeniería de procesos, y las personas a las que se ofrece soporte desean responder más rápidamente con tecnología cuando el mercado lo requiere. El problema es que, en ocasiones, los encargados de soportar las estructuras cliente/servidor no tienen experiencia concreta en este terreno.
En realidad, en muchas compañías, los administradores LAN se están dirigiendo en busca de ayuda al centro de proceso de datos, pidiendo consejo a los Directores de Sistemas de Información sobre cómo gestionar sistemas cliente/servidor con efectividad. Sin embargo, existen múltiples obstáculos y peligros ante los intentos por parte de los departamentos corporativos de SI de implementar una arquitectura específica y de suficiente cohesión para la gestión de instalaciones cliente/servidor multivendedor distribuidas.
Aunque algunos directores se quejan de las múltiples carencias de las actuales ofertas cliente/servidor, algunos han expresado confianza en que podrán adquirir o desarrollar internamente la infraestructura técnica necesaria para su estrategia de gestión cliente/servidor, una vez que determinen cuál va a ser dicha estrategia.
El siguiente es el orden correcto en el que debe afrontarse el problema, en opinión de muchos consultores. Lo primero que debe hacerse es determinar una estrategia a seguir ayuda a las compañías a alcanzar "el mejor de los mundos posibles" en términos de una arquitectura de gestión cliente/servidor. Desafortunadamente, a causa de las limitaciones de los productos, la mayor parte de las compañías terminan por tener que aceptar un compromiso respecto a ese ideal. Naturalmente, algunas compañías se ven tan presionadas por implantar cualquier tipo de gestión cliente/servidor que no tienen tiempo para establecer una estrategia global. Sin embargo, con el tiempo, esas compañías lamentarán haber actuado con prisa, aunque compañías como estas tienen un punto de razón. Los directores de sistemas en las empresas consultadas afirman que se requieren generalmente entre 12 y 18 meses para desplegar e implementar una estrategia de gestión cliente/servidor a nivel de empresa.
Uno de los equilibrios más delicados que deben establecer los planificadores en las empresas está en determinar si su estructura de gestión cliente/servidor debe ser centralizada o distribuida. En la mayoría de los casos, ninguno de ambos extremos resulta ser efectivo.
Muchas compañías han comprobado con grandes dificultades que las aplicaciones críticas no funcionan bien en un entorno de gestión cliente/servidor poco estricto, en el que cada departamento es responsable de su red LAN y cada usuario es responsable de su PC.
Uno de los problemas de no disponer de un conjunto general de normas y procedimientos para estos departamentos de soporte local, es que se organiza un contexto poco eficiente, en el que el director que "grita" más es el que consigue que le arreglen el software. Este problema puede convertirse en incentivo para analizar el soporte de campo y convertir a los miembros del departamento de soporte en personas capaces de resolver profesionalmente los problemas.
¿Dónde está el límite?
Al comenzar a moverse la compañía hacia bases de datos distribuidas y clientes más potentes, el departamento informático no tiene aún respuesta sobre cómo correlacionar las alertas en los diferentes dominios de clientes, servidores, hosts y la red propiamente dicha.
Las compañías que intentan una gestión cliente/servidor totalmente centralizada terminan generalmente por fomentar la revuelta -o al menos el resentimiento- entre los usuarios y los administradores LAN departamentales.
Desafortunadamente, permitir que los usuarios sigan instalando su propio software aumenta en gran medida la posibilidad de que adquieran un virus e infecten entonces a los servidores al realizar una actualización.
Algunos usuarios tienden a realizar las cosas a su manera, no importa lo que el departamento de sistemas les ordene. Sin embargo, más allá de la cuestión de la centralización está el problema de cómo obtener responsabilidad por todos los diversos elementos de una instalación cliente/servidor.
El Meta Group recomienda que las compañías se organicen en torno a una disciplina funcional, como la gestión del rendimiento, en lugar de tener un equipo sólo de mainframe, un equipo Unix, etc. La "polinización cruzada" entre los grupos mainframe y servidor resulta particularmente útil, porque los responsables del mainframe están mucho más acostumbrados que los directores cliente/servidor a realizar una gestión de rendimiento, de cambios y de backup a nivel de toda la empresa.
La estructura final de gestión de sistemas que establezca una empresa reflejará en gran medida su propia forma de organización y determinará si es una empresa centralizada o descentralizada.
Las compañías más grandes, con instalaciones complejas, heterogéneas y de proceso cliente/servidor distribuido, tienden a dividir su personal de gestión en grupos, cada uno de los cuales es responsable de un grupo de usuarios o de un tipo de aplicación de sistemas o de gestión diferente.
Sin embargo, incluso con los departamentos de ayuda surge el problema de los especialistas frente a generalistas.
Para la mayor parte de las compañías que establecen departamentos de ayuda como primera línea para tratar con problemas de usuarios, el objetivo es el mismo: una gestión cliente/servidor cuyas complejidades internas resulten invisibles para el usuario.
El coste de la red
Según el Gartner Group, aproximadamente entre un 20% y un 25% de los costos cliente/servidor este relacionados con la gestión de sistemas en red. Sólo un 2% de los coste son atribuibles a software de gestión de sistemas. La mayoría corresponden a personal y a elementos de soporte como el departamento de ayuda y la formación.