Galicia fomenta el negocio electrónico entre las pymes de su región
Crea dentro del proyecto e-MINDER un Centro de Competencia
La escasa utilización de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones (TIC), una elevada presencia de pymes tradicionales y una localización geográfica periférica ha unido a Galicia, la región polaca de Pomerania y Chipre en un interés colectivo por vencer los obstáculos que impiden situar a sus respectivas regiones al nivel de las más desarrolladas en el uso de las TIC.
e-MINDER pretende facilitar la adopción de tecnologías relacionadas con el negocio electrónico en las respectivas regiones de sus inspiradores, una iniciativa que cuenta con la bendición de la Unión Europea, y para el que se ha destinado una financiación total de 723 millones de pesetas durante los dos años en los que se prolongará. Por su parte, la actividad realizada en Galicia alcanzará un coste de 278 millones de pesetas, que se distribuirán entre las partidas de creación de un Observatorio (84 millones), formación (63), información y difusión (83), así como demostración y soporte (48).
Para lograr sus objetivos e-MINDER contempla “el establecimiento de centros de competencias para el fomento del uso de las TIC y el desarrollo del comercio electrónico; favorecer y asesorar a las instituciones públicas y privadas a nivel regional en el establecimiento de políticas de comercio electrónico; formar a la juventud, al personal de las pymes y a la sociedad en general sobre las nuevas actividades; y diseminar dentro y fuera de la Unión Europea las actividades de los centros de competencia y promover la sincronización con otros centros ya existentes”, apunta Javier García Tobío, director gerente del Centro de Supercomputación de Galicia (CESGA) donde albergará el Centro de Competencia gallego.
Además de equilibrar en el uso y en la aplicación de las TIC, las zonas más desarrolladas y las que aún no están en el mismo nivel de desarrollo, se “tratará de detectar las necesidades que desde una perspectiva tecnológica, social y económica lograrán activar iniciativas de comercio electrónico, fomentando la innovación en la empresa a través de estrategias de B2B (business to business) y B2C (business to consumer).
Galicia en la SI
Según el censo del año 99, Galicia tiene registradas un total de 166.072 empresas de las cuales 75.535 son pymes y 89.588 trabajadores autónomos. Las pequeñas y medianas empresas representan de forma global un 40% del Producto Interior Bruto, por lo que incidir en la mejora de este colectivo supone redundar en el de la economía de la región en general. “Aunque se espera obtener un incremento en las cifras de negocio de las pyme mediante la utilización razonable de las TIC. No se dispone un objetivo económico cuantificado de mejora, ya que este hecho está condicionado a múltiples variables”, sostiene el responsable del CESGA.
En las instalaciones del CESGA se establecerá como un departamento más el Centro de Competencia gallego, donde además de espacio físico será dotado con un equipo técnico de personal dedicado, compuesto por tres analistas, dos analistas-programadores y un técnico. Desde este centro se pretende dinamizar el negocio electrónico con actividades que tendrán su repercusión a corto y medio plazo. Entre las actuaciones a corto plazo se encuentra la labor de sensibilización y difusión, así como formación necesaria en las pymes. En el medio plazo, los objetivos pasan por el análisis y propuesta de adaptación de planes de estudio relativos a las TIC y la creación de un Observatorio tecnológico.
Esta iniciativa está en consonancia con los intereses manifestados por el Foro para la Extensión de la Sociedad de la Información y el Comercio Electrónico (Foro SI-Galicia) para la creación del marco que recoja las condiciones necesarias para la entrada de lleno de la región en la Sociedad de la Información
Transcurrido los dos años sobre los que se ha proyectado el proyecto, éste no se extinguirá, ya que “los Centros de Competencias nacen con vocación de continuidad una vez transcurrida la fase de constitución co-financiada por la UE. Lógicamente estos, tendrán en consideración los criterios de adaptación al cambio que deberán sufrir a lo largo del tiempo para mantener el alineamiento de sus funciones con las necesidades que se susciten”, apunta García Tobío.