Fusiones frías, tecnología caliente

Me gustaría más llamarlas pseudo-fusiones ya que prácticamente todos los fines estratégicos que se persiguen con las fusiones normales (ahora “calientes”) se quedan fuera del alcance de este SIP (Sistemas Institucionales de Protección). Sabemos que lo que se persigue es poder hacerse con el dinero del FROB, ofreciendo a cambio una mayor solvencia de grupo, pero es una pena limitarse a esto porque era la oportunidad de hacer una consolidación de un sector demasiado fragmentado, de ganar eficiencias y de ofrecer a los clientes un servicio más sólido, potente, eficaz y económico. Conservar la entidad jurídica y con ello los cargos políticos, consejeros y otros no facilitará ninguna eficiencia de escala. En lo que afecta a las tecnologías de la información hay que recordar que la mayor parte de los sistemas de gestión de una caja de ahorros no son estratégicos. Esta iniciativa de fusiones permitiría consolidar sistemas tecnológicos, tanto en los equipamientos físicos, enfriando el consumo de energía en un cloud privado con supercapacidades para todas las cajas sin costo neto adicional, y también la consolidación de aplicativos. Las fusiones históricas, como por ejemplo, las del Banco de Bilbao, Banco de Vizcaya y Argentaria (Cajas Postales) resultaron en esta unificación y mejoras de eficiencia. No sabemos exactamente el tratamiento fiscal de las transferencias de activos entre entidades unidas “de forma fría” por un SIP, pero el real decreto Real Decreto-Ley 6/2010, de 9 de abril prepara el camino. Confiemos en que en los próximos meses alguno de los grupos resultantes se mueva en la dirección de mayor eficiencia tecnológica por masa crítica. Telefónica, en otro sector y sin problema alguno de solvencia, acaba de globalizar en una entidad independiente (Telefonica Global Technology) todas las tecnologías de la información del grupo. Un buen ejemplo de gestión.