Europa: ¿desaceleración o retroceso?
Conforme a un estudio elaborado por DBM Internacional, la CE ha experimentado en 1993 la peor situación de empleo en muchos años
Esta es la pregunta que se hacen muchos ciudadanos de la Unión Europea. Estamos ante una etapa de desaceleración del boom económico de años anteriores, lo que nos situará en un época de equilibrio; o bien, ante una etapa de retroceso, en la que factores como el desempleo, aumentarán hasta límites insospechados. Lo que está claro es que la situación en Europa es bastante peor que en Estados Unidos, ya que el índice de desempleo en nuestro continente es, aproximadamente, el doble que en EE.UU.
Europa ha experimentado en 1993 la peor situación de empleo en muchos años: ha habido un estancamiento en la creación de nuevos trabajos y el desempleo ha seguido aumentando.
En 1992 se perdieron alrededor de un millón y medio de puestos de trabajo. Por su parte, en 1994 se espera que los efectos de las continuas recesiones, privatizaciones, reestructuraciones, fusiones y alianzas estratégicas, así como el desplazamiento geográfico de las empresas, elevarán el índice de desempleo en Europa a aproximadamente un 12 por ciento, alrededor del doble que en Estados Unidos.
Estas son algunas de las conclusiones de un reciente estudio sobre las tendencias de empleo en Europa, realizado por el Grupo Internacional DBM (Drake Beam Morin), en colaboración con las oficinas de DBM en 12 países europeos. En este informe se han analizado los despidos masivos en 1992 y 1993, se ha anticipado el efecto de la continua recesión de la mano de obra en Europa, se ha examinado la planificación y ejecución de los despidos, y se han revisado los recursos para la formación y el asesoramiento profesional.
La situación en España parece ser bastante peor que en otros países europeos, ya que la cifra que se baraja sitúa a nuestro país por encima del porcentaje de desempleo estimado para el continente europeo. Sin embargo, hay que preguntarse si se trata de una situación real o por otro lado, de una etapa ficticia. No podemos dudar que la realidad es dura, que el esplendor o el boom económico de años anteriores se ha terminado, pero si son tantos los miles de parados en nuestro país, ¿por qué la escasa mobilidad social?, ¿dónde está la respuesta de los trabajadores?. Quizás sería arriesgado afirmar que las cifras de desempleo oficiales no son tan reales, pero no por parte de la administración, sino por el hecho de que son muchas las familias que viven gracias a trabajos no declarados, a situaciones ilegales, que les convierte en parados empleados, lo que denominamos economía sumergida. Ante estas condiciones, habría que preguntarse ¿de quien es la culpa?.
Cambios profundos
Con la creación del mercado único en 1993, Europa se ha enfrentado a su mayor revolución industrial desde la era de reconstrucción que siguió a la II Guerra Mundial. Prácticamente, todo el sector industrial se ha visto afectado, ya que cada país europeo ha desarrollado su propia industria de fabricación, distribución y servicios.
Siguiendo con el estudio de DBM, los siguientes factores parecen indicar que los cierres de fábricas, reestructuraciones y consolidaciones seguirán sucediéndose en los próximos dos o tres años: los mismos bienes producidos, con el mercado único y la supresión de aranceles y tarifas, Europa cuenta con demasiadas empresas que producen los mismos productos. Para ser competitivo, afirma el Grupo Internacional, es necesario consolidar la fabricación y las funciones de gestión; se necesitan más cantidades, para ser competitivo a nivel mundial, las empresas deben fabricar más cantidades de productos estandarizados en menos países; las fusiones continúan, para captar cuota de mercado en la Europa única y/o en los mercados mundiales, seguirá habiendo fusiones y alianzas estratégicas; privatizaciones importantes, las tendencias hacia la privatización se dan en la mayoría de los países europeos. Aunque el objetivo de éstas es mejorar la eficiencia, la productividad, y la rentabilidad, dichas actividades también se añadirán al número de desempleados; desplazamiento de fábricas, un número de empresas multinacionales y nacionales están llevando las funciones de fabricación hacia la Europa del Este, particularmente a la República Checa, Hungría y Polonia.
Las razones de esta tendencia son, entre otras, los bajos costes laborales; menos burocracia; menos costes sociales como la seguridad social, seguros médicos, largos permisos de vacaciones; y menos restricciones laborales. Desde el punto de vista socio-económico, la creación de empleo es vital en la Europa del Este para evitar la emigración masiva a Europa occidental, donde el desempleo ya es elevado.
Durante años las regulaciones del despido laboral han existido en toda Europa a varios niveles. Concretamente, previa consulta a los Consejos laborales o a los sindicatos, se requieren notificaciones de los despidos planificados a las autoridades públicas y una protección especial para determinados grupos para los despidos masivos. Asimismo, se regulan los acuerdos de notificación y pago de indemnizaciones.
Como en Estados Unidos, explica DBM, la seguridad laboral ha disminuido en la mayoría de los sectores de la economía europea, e incluso las empresas bien establecidas ya no pueden garantizar el empleo de por vida. El resultado es una tendencia hacia la desregulación de la protección de empleo. Ya han tenido lugar varios cambios en algunos países, por ejemplo, en Portugal está permitido el despido por razones económicas e Italia permite la suspensión temporal de empleo. De este modo, en vista de la necesidad de competir en la economía mundial, se espera que tendrá lugar una mayor liberalización de la legislación sobre la protección de empleo existente.
Alternativas a la búsqueda de un trabajo
Por otro lado, en todos los países europeos analizados en el estudio, el desempleo tiene acceso a programas de formación continua en un amplio abanico de áreas vocacionales y académicas. Aunque el asesoramiento profesional y la ayuda para la búsqueda de trabajo se ofrecen a través de las agencias estatales, la mayoría de estos servicios están dirigidos a trabajadores de nivel medio, personal administrativo y de nivel inferior.
En el sector privado, un creciente número de empresas de outplacement está ofreciendo un asesoramiento en la transición profesional a los empleados despedidos.
Como en Estados Unidos, el outplacement al principio sólo se ofrecía a nivel directivo, pero como cada vez más empresas reconocen el valor de incluir estos servicios en la indemnización, se han desarrollado una serie de programas para prácticamente todos los niveles.
Los estudios anuales realizados por DBM durante los últimos tres años, muestran una creciente demanda de seminarios de transición profesional, sobre todo en Suecia, Noruega, Finlandia, Portugal y Francia.
Los centros profesionales patrocinados por la empresa, también se han establecido en varios países europeos. Siguiendo el modelo desarrollado por DBM en Estados Unidos, las empresas que se enfrentan con el despido de un gran número de empleados, están utilizando los servicios de DBM para diseñar y realizar programas de separación voluntaria. Estos centros profesionales especiales se instalan y dirigen para un período específico al objeto de ofrecer asesoramiento profesional y ayuda a los empleados afectados. Además, se ofrecen seminarios de decisión profesional, jubilación activa, actividades empresariales y continuación profesional. Durante 1992 y 1993, DBM ha dirigido centros profesionales en Finlandia, Suecia, Noruega y Alemania, y se espera que más empresas en toda Europa seguirán estas tendencias.
Al margen de esto, en 1990 el 13 por ciento de la mano de obra en los sectores no agricultores de la Comunidad Europea (Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, España y Reino Unido) eran empleados por cuenta p