España, a la cabeza de los vecinos europeos en outsourcing de funciones TI
En la actualidad, los servicios de outsourcing incrementan su volumen de negocio tanto en Europa como en España. Algunos estudios muestran que el mercado español de outsourcing presenta en los últimos años cifras que superan los 2.000 millones de euros y que mantiene un crecimiento del 12% anual, una tasa muy por encima de la que sostiene la contratación de servicios TIC en su conjunto.
El outsourcing y, en concreto, el outsourcing de funciones TI no es, por tanto, una moda pasajera, sino que se trata de una tendencia macroeconómica a largo plazo, en plena fase de aceleración. Estas cifras vienen soportadas por la confirmación de que, cuando se implementa apropiadamente, el outsourcing de funciones IT no core puede generar importantes beneficios de negocio.
Dependiendo de la organización y del alcance de la iniciativa, entre estos beneficios se pueden incluir no sólo los tradicionales ahorros de costes, sino también elementos como la mitigación de riesgos, la definición de una vía más rápida para la consecución de la estandarización, un facilitador en los procesos de transición de entornos cerrados a tecnologías más innovadoras, o simplemente un incremento directo de la competitividad mediante la externalización de funciones comodity que permiten a la organización concentrarse en sus capacidades core.
En este contexto y, si bien es cierto que España realiza un uso menor de servicios de outsourcing TI que el resto de países europeos, nuestro país destaca por una mayor preocupación respecto a los beneficios que se esperan obtener de la externalización de los servicios TI. Así, los parámetros más importantes de medición de los resultados del outsourcing son satisfacción del cliente y tiempo de respuesta.
Por otro lado, la oferta de outsourcing por parte de los principales actores del mercado se ha reinventado a sí misma.
En la actualidad, las empresas cada vez se mueven más en un ámbito globalizado y de concentración de las propias innovaciones y en un mercado muy competitivo. En ese entorno, la oferta de externalización de tareas empresariales ha ido evolucionando, se ha adecuado a las necesidades del cliente y se ha involucrado con él. En la actualidad, en nuestro país ha alcanzado un alto nivel, que le ha colocado a la cabeza de los vecinos europeos incluso como modelo a seguir.
Las razones principales a la hora de elegir un proveedor de servicios externos en España son esencialmente las mismas que en el resto de Europa: las organizaciones están interesadas en rápidas implementaciones, en la mejora de sus niveles de servicio y en el acceso a soporte especializado.
Los tipos de servicios más populares en toda Europa incluyen aplicaciones de back office (nóminas, facturación, etc), integración y redes, así como aplicaciones web. Otros servicios externalizados de forma bastante común son los de soporte desktop, IT data centres y sistemas corporativos de gestión (ERP y CRM, entre otros).
En cuanto a la evolución de los modelos, algunas de las experiencias pasadas demuestran que las estrategias de outsourcing tienen más probabilidades de fallar si la gerencia percibe los acuerdos de outsourcing como un one-off cost, que les permite establecer contratos basados solamente en el rendimiento con el objetivo simplemente de estrechar los márgenes del proveedor.
En su lugar, estos contratos deben reforzar un acuerdo táctico, contractualmente basado en métricas acordadas por las partes, que construirán una relación de confianza a largo plazo, relaciones de partnership que maximizan la transferencia de conocimiento y generan una mejora continua del rendimiento.
En estas relaciones de partnership, el vendor es un miembro integral del equipo del cliente y de la organización de TI en particular. Dichas relaciones construidas sobre la base de largo plazo y la confianza, permanecen enfocadas en los objetivos de la compañía y crean los escenarios win-win necesarios para hacer las relaciones laborales más productivas.
El outsourcing y, en concreto, el outsourcing de funciones TI no es, por tanto, una moda pasajera, sino que se trata de una tendencia macroeconómica a largo plazo, en plena fase de aceleración. Estas cifras vienen soportadas por la confirmación de que, cuando se implementa apropiadamente, el outsourcing de funciones IT no core puede generar importantes beneficios de negocio.
Dependiendo de la organización y del alcance de la iniciativa, entre estos beneficios se pueden incluir no sólo los tradicionales ahorros de costes, sino también elementos como la mitigación de riesgos, la definición de una vía más rápida para la consecución de la estandarización, un facilitador en los procesos de transición de entornos cerrados a tecnologías más innovadoras, o simplemente un incremento directo de la competitividad mediante la externalización de funciones comodity que permiten a la organización concentrarse en sus capacidades core.
En este contexto y, si bien es cierto que España realiza un uso menor de servicios de outsourcing TI que el resto de países europeos, nuestro país destaca por una mayor preocupación respecto a los beneficios que se esperan obtener de la externalización de los servicios TI. Así, los parámetros más importantes de medición de los resultados del outsourcing son satisfacción del cliente y tiempo de respuesta.
Por otro lado, la oferta de outsourcing por parte de los principales actores del mercado se ha reinventado a sí misma.
En la actualidad, las empresas cada vez se mueven más en un ámbito globalizado y de concentración de las propias innovaciones y en un mercado muy competitivo. En ese entorno, la oferta de externalización de tareas empresariales ha ido evolucionando, se ha adecuado a las necesidades del cliente y se ha involucrado con él. En la actualidad, en nuestro país ha alcanzado un alto nivel, que le ha colocado a la cabeza de los vecinos europeos incluso como modelo a seguir.
Las razones principales a la hora de elegir un proveedor de servicios externos en España son esencialmente las mismas que en el resto de Europa: las organizaciones están interesadas en rápidas implementaciones, en la mejora de sus niveles de servicio y en el acceso a soporte especializado.
Los tipos de servicios más populares en toda Europa incluyen aplicaciones de back office (nóminas, facturación, etc), integración y redes, así como aplicaciones web. Otros servicios externalizados de forma bastante común son los de soporte desktop, IT data centres y sistemas corporativos de gestión (ERP y CRM, entre otros).
En cuanto a la evolución de los modelos, algunas de las experiencias pasadas demuestran que las estrategias de outsourcing tienen más probabilidades de fallar si la gerencia percibe los acuerdos de outsourcing como un one-off cost, que les permite establecer contratos basados solamente en el rendimiento con el objetivo simplemente de estrechar los márgenes del proveedor.
En su lugar, estos contratos deben reforzar un acuerdo táctico, contractualmente basado en métricas acordadas por las partes, que construirán una relación de confianza a largo plazo, relaciones de partnership que maximizan la transferencia de conocimiento y generan una mejora continua del rendimiento.
En estas relaciones de partnership, el vendor es un miembro integral del equipo del cliente y de la organización de TI en particular. Dichas relaciones construidas sobre la base de largo plazo y la confianza, permanecen enfocadas en los objetivos de la compañía y crean los escenarios win-win necesarios para hacer las relaciones laborales más productivas.
