Escalado y provisión de servidores virtuales

- Los ADC interactúan con herramientas de virtualización para proporcionar un mayor control
- La transmisión de información confidencial a través Internet requiere del cifrado SSL y HTTPS

Los servidores virtuales han demostrado ser de gran ayuda en los centros de datos pero no dan respuesta al reto de añadir capacidad gradualmente a los servidores y distribuir automáticamente la carga entre ellos.
La nueva generación de controladores de entrega de aplicaciones (Application Delivery Controllers-ADC) no solo abordan este reto sino que interactúan con herramientas de virtualización, con objeto de proporcionar un mayor control e, incluso, desplegar automáticamente los recursos del servidor en base a la demanda en tiempo real. La virtualización ignora que un servidor físico tenga una capacidad de rendimiento determinada.
Quizás la característica peor entendida de la virtualización, en relación a la calidad del manejo del servicio, es la falta del control de aplicaciones en el hipervisor. Mientras que las herramientas para manejar la virtualización son capaces de monitorizar y controlar los sistemas operativos que acogen, no pasa lo mismo con las aplicaciones que se ejecutan en estos sistemas operativos. Los entornos de virtualización no detectan los fallos o cuellos de botella en la capa de las aplicaciones.

‘Application Delivery Controllers’
Escalar las aplicaciones sin tener que modificarlas requiere equilibrar la carga del servidor, donde los ADC avanzados distribuyen de manera inteligente las peticiones de los usuarios finales a través de múltiples servidores. Desde la perspectiva del usuario final, solo existe un servidor.
Los ADC, con capacidad para gestionar la virtualización, aceleran y apagan automáticamente las máquinas virtuales. Si la carga aumenta, pueden ponerse en línea servidores adicionales; cuando disminuye, estos servidores adicionales pueden apagarse automáticamente para liberar recursos para otros servidores.
Los administradores de TI pueden asegurarse de que siempre habrá un uso óptimo de los recursos de hardware debido a la distribución inteligente de la carga de tráfico entre varios y diversos recursos del servidor. Se eliminan los puntos críticos al administrar de manera efectiva la distribución de trabajo a través de los recursos informáticos, y no es necesaria la provisión excesiva de equipos para controlar los picos. El impacto económico repercute en el gasto de capital (menos servidores) y los gastos operativos (ahorro de energía, refrigeración, gestión y administración).
El ADC, preparado para la virtualización, se comunica a través de la API del hipervisor para monitorizar el uso de recursos de la máquina virtual. De esta manera, el ADC recibe información en tiempo real acerca de las instancias del servidor virtual, como la memoria y el uso de la CPU. Al combinar estos datos con el control de aplicaciones del ADC, podrá equilibrar la carga de las aplicaciones virtualizadas.
El ADC dirige las peticiones de los usuarios al mejor servidor disponible al mover las cargas lejos de los servidores con respuesta lenta y también al enrutar servidores apagados, máquinas virtuales con mucho uso y aplicaciones dañadas. Es posible mejorar aún más la disponibilidad, escalado y rendimiento del entorno del servidor virtualizado si el ADC puede modificar proactivamente el entorno virtual, en base a las necesidades de las aplicaciones y usuarios. Esto se logra con una interfaz de control del ADC inteligente.
Una interfaz de control de ADC permite crear al administrador unas condiciones mínimas relacionadas con el rendimiento y las respuestas del servidor. La combinación de estas condiciones, con la comunicación bidireccional mediante la API del hipervisor y éste con el ADC, puede desencadenar que el hipervisor brinde respuestas automáticas a los sucesos centrados en la aplicación, como los picos de carga.
Un control inteligente creado para reconocer un estado de sobrecarga se activará automáticamente y, a través de la interfaz de administración de plataforma inteligente (IPMI), encenderá físicamente a otros servidores físicos. El control inteligente ordenará al hipervisor que acelere más recursos en el servidor virtual, que el ADC podrá equilibrar para manejar el pico de carga. Este aprovisionamiento de máquinas virtuales adicionales en función de las peticiones proporciona una alta disponibilidad y una mejora del rendimiento de las aplicaciones para manejar la carga adicional.
Para lograr una mayor eficiencia energética, puede utilizarse el mecanismo de control inteligente para configurar los indicadores que especifican si un servidor cae por debajo de cierto umbral de uso y así detener cualquier tráfico nuevo que se dirija hacia éste. Cuando llegue a cero deberá informar al hipervisor que mueva y consolide la VM lejos de ese servidor y, finalmente, apagarlo hasta que se le necesite otra vez.
El siguiente paso en la identificación de oportunidades para reducir aún más los servidores y los costes operativos es identificar qué tareas pueden desarrollar mejor el hardware que el software.

SSL y HTTPS
Muchas aplicaciones necesitan compresión y cifrado SSL. Los usuarios de teléfonos móviles, que se conectan a través de redes de alta latencia, se benefician de la entrega de datos comprimidos. La transmisión de cualquier tipo de información confidencial a través de redes inseguras como Internet, requiere el despliegue del cifrado SSL y HTTPS. Tanto la compresión como el cifrado representan una carga pesada para la CPU del servidor, ya sea física o virtual.
La eliminación de la carga asociada a estas necesidades se vuelve simple y transparente cuando se aprovecha el hardware dedicado dentro de los ADC avanzados. El ADC identifica cuándo es necesario ofrecer estas capacidades, y después utiliza hardware de alto rendimiento, especialmente diseñado para hacer el trabajo.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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