¿Es posible un modelo de teletrabajo en la Administración?
La falta de legislación e información principales barreras en su implantación
A principios de los años 70 surge en Estados Unidos el concepto de teletrabajo y cuyo significado original implicaba enviar trabajo al trabajador en lugar de enviar el trabajador al trabajo. Para poder llevar a buen término la actividad profesional del teletrabajo implica el uso frecuente de métodos de procesamiento electrónico de información y por supuesto, la utilización de alguna vía de comunicación electrónica, véase Internet, para el contacto del teletrabajador y la empresa.
A pesar de que los beneficios obtenidos en materia de incremento de producción y reducción de costes por la implantación de un modelo de teletrabajo, puede hacerse extensible a cualquiera de los sectores económicos, la realidad es bien distinta. Tomando como referencia a nuestro país, resulta al menos paradójico que el desarrollo de iniciativas como el teletrabajo haya tenido al sector privado, casos como IBM o la ONCE, como único benefactor.
Mejora de los servicios al ciudadano
Ante la viabilidad de implantar un modelo de teletrabajo en el sector público, Cecile Finat, responsable de proyecto europeos de European Community Telework/Telematics Forum (ECTF), afirma que, “el enorme sector público podría ser un importante impulsor para el teletrabajo, además conseguiría mejorar sus servicios al ciudadano, y reducir costes. La Administración es responsable de organizar ambientes eficientes y eficaces de trabajo que produzcan resultados ateniéndose a restricciones financieras y de tiempo”. A día de hoy, los países en los que se han llevado a cabo experiencias de teletrabajo en la Administración son Italia (en ayuntamientos), Reino Unido (a nivel municipal), Irlanda y Suecia (en su Departamento de Energía) y Alemania (a nivel local y nacional).
Por su parte, la implantación en España, si bien ha sido propuesta en varias ocasiones con iniciativas y programas ministeriales, “la falta de legislación e información aletarga el proceso”, afirma Cecile Finat.
Para fomentar el teletrabajo en el sector público, y siempre según fuentes del ECTF, se debería diseñarse una política de promoción a través de experiencias piloto ofreciendo la posibilidad de que en determinados empleos públicos se pueda adoptar esta modalidad de trabajo. En este sentido, será necesario invertir en programas de formación dirigida a distintos niveles de funcionariado y comenzar presuponiendo que determinados puestos/tareas son apropiados para el teletrabajo y se prestan a ser realizadas lejos de la oficina principal. Para Cecile Finat, “el teletrabajo debe ser más bien una opción planteada por la gerencia y la participación de los trabajadores debe ser voluntaria y no debe cambiar ni los términos ni las condiciones del contrato”.
Falta de legislación
Uno de los principales obstáculos para la implantación del teletrabajo en el sector público, según fuentes administrativas, radica en una falta de legislación que lo regule. A día de hoy, no existe unmarco legal en ningún estado de la UE.
Desde un punto de vista jurídico, el primer paso es distinguir si el tipo de relación es laboral o no. En las relaciones de carácter laboral se ha de dar la concurrencia de cinco requisitos: trabajo personal, trabajo voluntario, trabajo por cuenta ajena y, trabajo dependiente, que es el requisito clave para determinar la existencia de carácter laboral, pero este es un criterio un tanto general que se presta a diferentes interpretaciones y es la jurisprudencia la que en último caso fijaría si puede acogerse a esta variante. Las relaciones de carácter no laboral se aplican a trabajadores que prestan sus servicios por cuenta propia, lo que se conoce como autónomo. No tienen regulación legal específica, por lo que el teletrabajo se puede articular a través de diversos tipos contractuales de derecho privado.
Experiencias de teletrabajo en la administración
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Programa Ciudades Digitales.
El objetivo del programa del Ministerio de Ciencia y Tecnología dentro del plan INFO XXI es poner en marcha una experiencia de utilización integral de las nuevas tecnologías en una ciudad en cada Comunidad Autónoma. Se pretende integrar mediante el uso de redes de telecomunicaciones de alta velocidad, servicios de teleadministración, comercio electrónico, teletrabajo, teleformación, telemedicina, gestión de servicios de uso público y aplicaciones para colectivos especiales. Para ello, se desplegarán las infraestructuras necesarias, se formará a los ciudadanos en las nuevas tecnologías y se incentivará el uso de Internet, la adquisición de equipos y programas y la producción de contenidos. Estos proyectos actuarán como ejemplo de las ventajas de la utilización masiva de las nuevas tecnologías en todos los sectores económicos y sociales.
Iniciativas en el País Vasco.
UGGASA y el ayuntamiento de Zumárraga (San Sebastián) han promovido la remodelación y constitución de HURBIL (un espacio de trabajo dotado de instrumentos informáticos y telemáticos donde trabajadores de empresas o de la Administración Pública pueden realizar su teletrabajo en contacto permanente con sus organizaciones y con interlocutores que residen en localidades lejanas), Centro de Teletrabajo y Teleservicios con el objetivo de prestar servicios telemáticos a las empresas, el comercio, la administración local, los centros formativos y el público en general en el campo de la consultoría, la teleformación y la alfabetización.