¿Es posible la Gestión de Sistemas Distribuidos de forma centralizada?

Entre las responsabilidades que debe afrontar un Centro de Proceso de Datos una de las más importantes es gestionar adecuadamente el propio sistema informático de la empresa. Pero, ¿qué se entiende por gestionar un sistema?

El concepto "Gestión de Sistemas" ha sido y es un concepto en sí dinámico. En efecto, resulta necesario señalar que los diferentes aspectos que hoy en día se consideran al hablar de Gestión de Sistemas no han sido siempre los mismos sino que responden a problemáticas que han ido apareciendo con el tiempo al irse desarrollando la tecnología informática y a la creciente dependencia de las empresas de su Centro de Proceso de Datos. Este es un punto clave a considerar. En sus inicios, la informática estuvo muy alejada del mundo empresarial y creció de la mano de las universidades y de los sectores ligados a la investigación, lo que provocó que en el momento en que esta situación cambió, un largo camino había sido ya recorrido y evidentemente fue aprovechado. Ahora bien, ¿con qué se encontraron las empresas al empezar a utilizar cada vez más y más las nuevas tecnologías que se estaban desarrollando? Algo que hasta cierto punto era de prever: El uso que de esta tecnología se intentaba hacer planteaba numerosas dificultades al no corresponderse con la filosofía con que se ideó. Así por ejemplo, hasta ese momento no tenía sentido crear grandes sistemas de seguridad en cuanto que muchos de los resultados que se obtenían necesitaban ser compartidos por los diferentes usuarios (normalmente pocos) de ese ordenador. Esta situación era claramente opuesta a la que las empresas con cientos y miles de usuarios necesitaban.

Resumiendo lo anterior: las empresas utilizaban una tecnología diseñada para atender unas necesidades similares pero en ciertos aspectos muy diferentes a las que ellas necesitaban. Además el proceso de descubrimiento de qué funcionalidades requerían y no encontraban duró una serie de años, no se produjo de la noche a la mañana.

Funcionalidades indispensables

En primer lugar, un elemento indispensable son los propios recursos de la compañía, es decir, los datos y todo aquello que se relaciona con ellos, desde el acceso al sistema, pasando por el propio acceso a la información y finalmente contemplando la posibilidad de auditar quien, cómo y cuando accede. Estamos hablando, pues, de la seguridad de nuestros datos.

La planificación de la carga de trabajo es otro de los puntos clave. En efecto, cuando tenemos un gran volumen de trabajos a procesar surge rápidamente la conveniencia de automatizarlos, dado que habitualmente los mismos trabajos se ejecutan en las mismas circunstancias (por ejemplo, la ejecución de un trabajo depende de la correcta terminación de otro o de la disponibilidad de un cierto recurso). La gestión manual de miles de cadenas diarias es inviable. Además, es posible analizar impactos de nuevas aplicaciones y prevenir así carencias en nuestro sistema.

La gestión del soporte magnético es otro elemento importante a tener en cuenta. La existencia de gran cantidad de salvados con información provoca que la gestión de su contenido y vigencia sea difícil de mantener. Resulta imprescindible disponer de herramientas que nos permitan en todo momento tener catálogos de cintas (cartridges,...) y de ficheros en el sistema. Gracias a estos catálogos es posible automatizar validaciones para evitar que se pierda información. Se consigue además trabajar siguiendo políticas que permiten optimizar el uso del sistema a diferentes niveles: expiración de cintas y ficheros, control de errores, disponibilidad de cintas, eliminación de información no necesaria de disco, entre otros.

El control de la distribución de informes evita malgastar montañas de papel al generar informes adecuados para cada departamento a partir de los informes originales. Además permite realizar un seguimiento de la distribución de los informes hasta su entrega al destinatario final.

Todo Centro de Proceso de Datos acostumbra a ser objeto de un sinfín de llamadas por parte del resto de la compañía para solucionar los problemas que se van presentando. Resulta necesario disponer de herramientas que permitan realizar un seguimiento completo del ciclo de vida de los problemas. Resulta también imprescindible poder inventariar los diferentes componentes de nuestra instalación. Con ello se consigue saber qué se tiene, dónde se tiene, cuánto ha costado y cuántos problemas nos ha causado, entre otras cosas.

En nuestro sistema se generan una y otra vez los mismos eventos, a los que muchas veces es necesario asignar una o más personas (los típicos operadores) para realizar un seguimiento de los mismos y tomar las acciones adecuadas. El coste humano y los desastres debido a errores motivados por acciones tomadas incorrectamente son a menudo demasiado grandes.

Frecuentemente nos encontramos con departamentos o usuarios que son auténticos devoradores de recursos. Podemos poner el dedo en la llaga si nos preguntamos ¿hasta qué punto es justificable ese apetito desmesurado? ¿Cómo hacer entender a mi personal que la utilización de los recursos informáticos de la empresa no es un fin sino un medio y por tanto no es un pozo inagotable? Podríamos seguir haciéndonos preguntas, pero podrían resumirse en una: ¿Cómo detectar quien está gastando los recursos del sistema? Al conseguir responder a esta cuestión es posible definir políticas que eviten los cuellos de botella (por ejemplo en utilización de la CPU, de memoria, de disco,etc...). Además es posible realizar imputaciones de costos adecuadas a la utilización por parte de los diferentes departamentos. Este punto viene además muy relacionado con otro elemento no menos importante como es la monitorización del sistema.

Un modelo único para la gestión de sistemas

Hay un punto importante que no debe dejarse de lado: toda esta problemática del sistema que pretende solventarse no depende del tipo de entorno de que se esté hablando. Durante mucho tiempo, el término "gestión de sistemas" se refirió a gestionar un único ordenador, pero lo cierto es que las problemáticas surgidas eran las mismas, independientemente del sistema operativo que se utilizara. En efecto, al referirse a cómo debe ser la seguridad del sistema o bien qué características debe tener un planificador de trabajos, se está hablando de modelos. Pero por desgracia, también es cierto que durante mucho tiempo surgieron soluciones diferentes para cada plataforma, ya que estas diferentes problemáticas se abordaban de forma específica para cada una de ellas. Esto provocó que se crearan diferentes modelos de seguridad, uno por cada plataforma, varios modelos de planificación, etc...

El nuevo entorno informático

Durante los últimos años se ha asistido a un cambio del escenario (cambio en el que aún estamos inmersos hoy en día) por una serie de motivos; entre los que puede señalarse aprovechar las nuevas tecnologías (por ejemplo, Cliente/Servidor), ahorrar costes o bien no depender exclusivamente de un único proveedor (arquitecturas abiertas). El sistema de información ya no se compone en una única máquina, sino que se encuentran entremezcladas redes heterogéneas. Si resultaba ya complicado gestionar el sistema cuando éste era una única máquina, ¿qué ocurrirá con este nuevo escenario?

El punto clave que debe servir como base y gracias al cual no se perderá el mundo de vista, es que debe considerarse que el sistema es el conjunto de las redes. En efecto, no tiene sentido considerar por separado cada uno de los componentes de cada red. Por ejemplo, a un usuario no le importa dónde están guardados sus datos o dónde residen las aplicaciones con las que está trabajando. Este debe ser un tema absolutamente transparente para él.

Una vez discutida y aceptada la consideración anterior, el problema a r

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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