Entre los intrincados y sinuosos vericuetos por donde discurre la imaginación para tomar iniciativas antes que la competencia...
Entre los intrincados y sinuosos vericuetos por donde discurre la imaginación para tomar iniciativas antes que la competencia, o neutralizarlas en lo posible, se encuentra en primer lugar la atenta vigilancia de las reuniones que cada fabricante celebre con su colectivo de distribuidores. Fieles a la norma, la expectación subió de tono ante los recientes encuentros que Compaq ha tenido con sus dealers en Madrid y Barcelona. Creían sus competidores que el fabricante tenía la intención de anunciar la inmediata subida de precios de sus productos. Cosa que no sucedió.
Imagino que la variación en la lista de precios no depende de la libre iniciativa de cada filial. En este caso tendrá que ser la casa madre quien, desde los EE.UU, fije los criterios que deberán cumplirse, inexorablemente, en el resto del mundo, anunciando señales de alerta que podrían justificar reacciones unilaterales en algún país. En el caso de España, por ejemplo, si los descensos de precios se llevaron a cabo cuando el dólar estaba a unas 96 pesetas, las empresas,quizás, considerarían oportuno revisar los precios si un dólar alcanzase la cotización de 130 pesetas. No obstante, dado el alcance de este tipo de iniciativas, no sería bueno para un suministrador, o para un país, protagonizar en solitario decisiones como éstas. La facilidad de movimientos comerciales para comprar allá donde se encuentran las ofertas más ventajosas, exigen estudiar con detalle las repercusiones que pudieran producirse.