En tiempos de crisis, aplicar la lógica

Estamos en una crisis de la que todavía nadie se ha aventurado a afirmar cuando saldremos. Saldremos, eso es seguro, el problema es si todos llegaremos a salir. Y con estas premisas las organizaciones intentan hacer sus números; bien para sobrevivir bien para salir –cuando sea- triunfante. Y entre sus números están las inversiones en TIC. Ya comenté hace unos meses que esta crisis se diferenciaba de las anteriores porque en esta las TIC no solamente no son culpables –como ocurrió en la crisis de la burbuja puntocom- sino que se las considera como una de las claves para soportarla sin sufrir en exceso. Atrás han quedado los años de los contratos megamillonarios. Ahora las organizaciones ya no compran tecnología por ser más modernos e innovadores que nadie; ahora se hace o no en función de su impacto en la cuenta de resultados de la organización. Esto que en principio parece sencillo porque lógico lo es, se ha convertido en un reto para muchas de ellas, o mejor dicho en un reto para la mayoría de los CIOs que son los que tienen que explicar al negocio cómo pueden usar las TI de la forma más eficiente. Es decir, tienen que ser capaces de aplicar a la organización en su conjunto los conceptos englobados bajo Gobierno TI: CMM, ISO20000; ITIL, o CobiT. Todo ello con el objetivo de eludir el coste de la no calidad; algo crítico en situaciones adversas como la actual. La cuestión entonces no pasa ya solo por eludir la no calidad sino por apostar por la calidad de una forma firme y exclusiva y aquí es donde aparece el problema. La organización en su conjunto no llega –según se desprende de diferentes estudios- a valorar esa calidad, sobre todo si para conseguirla hay que pagar. Por ello, la clave es vender el coste que para la organización puede suponer la no calidad; o lo que es lo mismo, el coste que pudiera representar para una organización lanzar proyectos millonarios que luego son un fracaso, o lo que es peor que la organización se viera incapaz de dar respuesta a los requerimientos de calidad básicos de un cliente. Y para alcanzar ese estandar de calidad necesario es condición obligatoria utilizar métricas. Sobre todo porque se podría llegar a la conclusión de que todo lo que no se mide no existe y si esto lo extrapolamos a las TIC ya me dirán lo que puede implicar.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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