En diez años el PC estará dotado de intuición

Casi todos los usuarios de ordenadores han sentido alguna vez la necesidad de arrojar sus equipos por la ventana más cercana. Este impulso suele ser aliviado por la emisión de todo tipo de improperios en su lugar, pero en la próxima década, los ordenadores serán capaces de sentir esta angustia y ajustar su “propio estado de ánimo a las iras del usuario”. Mientras que las aplicaciones técnicas para estas máquinas intuitivas no estén disponibles –además de para reducir la presión sanguínea de los usuario técnicos- varios investigadores han explicado las ramificaciones de la respuesta emocional de los ordenadores a lo largo de un simposio patrocinado por el Media Lab del Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT).
Los ordenadores afectivos o dotados de inteligencia emocional, serán fabricados dentro de los próximos diez años, según los citados investigadores y científicos. “La clave para integrar con éxito la informática afectiva en la vida diaria es que los usuarios controlen a sus ordenadores y no al revés”, afirma Rosalind Picard, profesora asociada del Media Lab.
En uno de los proyectos de investigación, se instalaron ordenadores en coches para medir el nivel de stress de los conductores. Estas aplicaciones podrían ayudar en el futuro a evitar episodios de histeria cuando los conductores se enfrentan a malas condiciones de tráfico o a la falta de habilidades para la conducción de los demás conductores, que les llevan a reaccionar de forma violenta e incluso se han dado casos de asesinatos. En una escala más moderada, otra de las aplicaciones de la informática afectiva podría ser hacer que los ordenadores respondan a la interacción humana, reduciendo los niveles de frustración que afectan a los usuarios de PCs y, quizás, haciendo más sencilla la utilización de los mismos.
Durante el transcurso de una demostración llevada a cabo en el simposio, un usuario resultó frustrado en gran medida cuando la función de corrector de word, no le permitió escribir el nombre “Mr. Abotu”, insistiendo en cambiar el mismo por Mr. About. Este sería un ejemplo claro de cómo la informática afectiva podría aliviar estos estados de ánimo, pues los ordenadores aprenderían los hábitos de sus usuarios y a bloquear esta función cuando “su” dueño lo estuviera utilizando.