"En cinco años Ibermática doblará su tamaño y cotizará en bolsa"

José Luis Larrea, presidente ejecutivo de Ibermática

Tras ser capaces de superar dos años realmente difíciles, el Grupo Ibermática vuelve a mirar el futuro con optimismo. El 2003 fue, sin duda alguna, el año de la verdad. Se llevó un duro ejercicio de análisis que forzó un redimensionamiento de la compañía y una reorientación estratégica que fructificó en una vuelta a la rentabilidad. Durante ese ejercicio, Ibermática fue capaz de incrementar su facturación en un 1,5% y mejorar su resultado operativo (EBITDA) en un 10% respecto al ejercicio anterior.

La historia reciente de Ibermática ha sido dura, ¿puede mirar hacia el futuro con tranquilidad?
- Efectivamente, Ibermática viene de una situación crítica que se fraguó en el año 2001 y se intensificó en el año 2002. Lo que nos obligó a forzar una estrategia de nueva orientación y redimensionamiento de la compañía para adaptarnos a la nueva situación del mercado que estábamos viviendo. Respecto a cómo pudimos superar esa crisis, diría que se trazó un plan basado en tres ejes fundamentales. El primero pasaba por analizar la situación general del mercado y así pudimos cerciorarnos de que el sector servicios no estaba evolucionando al ritmo deseable, no crecía; pero además había que contar con la situación de crisis generalizada que atravesaba la economía española, situación que se complicó a partir de los atentados del 11-S y que impactó de forma muy significativa en el segmento de los servicios. A todo ello, habría que añadir que las positivas expectativas de los analistas no se cumplieron. El segundo factor que nos impactó muy duramente fue la crisis argentina. Ibermática había llevado a cabo una apuesta muy firme por la internacionalización que conllevó grandes inversiones tanto en cash como en personal, y ese nada favorable escenario nos obligó a realizar una ampliación de capital que provisionara toda la operación argentina. Hoy superadas todas esas grandes dificultades, puedo afirmar que la situación está empezando a remontar aunque sea lentamente.

¿Se plantearon en algún momento abandonar la operación?
- Bueno, en un momento nos lo pudimos plantear todas las empresas españolas que estábamos allí, pero ciertamente comprendimos que no podíamos abandonar. Ibermática no realizó un gran esfuerzo para abandonar al primer envite. Hay que entender que nuestra cultura está basada en el largo plazo y por ello, es muy raro que abandonemos proyectos. Pero también hay que analizar el lado positivo de la crisis argentina y es que permitió que la crisis de Ibermática aflorara de una forma mucho más rápida.

¿Cuál fue entonces el resorte clave que les facilitó la salida de la crisis?
- Es algo que tiene que ver con nuestra propia historia. Somos una compañía con más de 30 años en el mercado y con una cultura poco proclive a los ajustes, y era obvio que necesitábamos retocar de algún modo los pilares estratégicos, lo que significaba redimensionar y revitalizar la compañía de forma general. Había que sanear la compañía y, en ese sentido, he de resaltar que nuestro accionariado tiene una cultura empresarial de medio y largo plazo y nada especulativa.

¿Qué números implicaban ese redimensionamiento?
- Pues pasar de 1.600 empleados a 1.400.

Hoy superada ya la primera mitad del año 2004 ¿se puede hablar de una nueva Ibermática?
- Más que de una nueva Ibermática, yo preferiría hablar de una Ibermática renovada.

¿Cuál fue el eje de esa renovación?
- Creo que uno de los puntales es nuestra cultura empresarial de medio y largo plazo que facilita la generosidad en el corto plazo.

Ahora que ya se ha logrado la vuelta a los números negros, ¿se teme la posibilidad de ser adquirido?
- No, pero me gustaría añadir que Ibermática ha sido objeto de deseo de muchas compañías a lo largo de toda su historia. Ahora Ibermática, una vez superado el bache, es una compañía mucho más fuerte y se ha consolidado como uno de los protagonistas de la evolución del sector de las TI en España. Por ello, pensamos que Ibermática es de los pocos proyectos de similares características que existen con capacidad y dinamismo suficientes como para integrar a otros y consolidar un gran jugador en el mercado español de las Tecnologías de la Información. Ibermática dispone de la historia, la cultura, la capacidad de adaptación y el dinamismo suficientes para liderar un proyecto como el mencionado. Y el objetivo no es sólo formar parte sino liderarlo. Y en ese esquema no entra en absoluto la venta de la compañía.

A finales del pasado año se aseguró por parte de Ibermática que durante 2004 se iba a producir una gran adquisición.
- Si, pero no es algo inmediato.

Bien… pero, ¿se podría afirmar que Ibermática ha retomado su estrategia basada en la adquisición?
- Sí. Ibermática ha desarrollado una estrategia de crecimiento orgánico en donde nuestro objetivo es crecer un 50% por encima de la media del sector. Y también hemos trazado una política de adquisiciones de nivel operativo y este es un proceso que ya se ha iniciado. Ibermática tiene que aspirar a liderar un proyecto encaminado a configurar un gran grupo tecnológico, y en este sentido, creo que durante este año habrá factores que favorecerán ese objetivo.

Uno de los puntales de crecimiento en Ibermática es el outsourcing. Teniendo en cuenta que es también el eje de los grandes de este sector, ¿cómo aborda Ibermatica este mercado cada vez más difícil?
- Nostros somos una compañía que desde su nacimiento ha estado comprometida con el outsourcing, y ciertamente nuestra mayor dificultad reside en la obligatoriedad de competir con esos grandes. Por ello, nuestra aproximación se basa en la experiencia y en el conocimiento y en, por supuesto, una cercanía al cliente. Me explico, el valor de Ibermática en este terreno es, aparte de ser especialistas, nuestra capacidad para articular un modelo de outsourcing diferente en función de las necesidades específicas de los clientes. Para Ibermática un cliente de outsourcing es un aliado estratégico real.

A la hora de ofrecer, ¿es capaz Ibermática de asegurar a un cliente una reducción en sus costes de TI cercano al 80%?
- Nosotros no creemos en eso. Lo que nosotros le aseguramos es una relación a largo plazo con un eje claro en la reducción de costes o de ajuste de costes. Pero tan importante como esos ajustes es la calidad del servicio ofrecido y eso tiene que ver con la capacidad, con la cercanía...

Una de las constantes actuales en los contratos de outsourcing es la dureza de los SLAs, ¿cuál es su valoración?
- Ciertamente pueden ser un poco duros. Pero en nuestro caso concreto los acuerdos que firmamos con nuestros clientes están basados en una relación “win to win”; es decir, se trata de un contrato en el que ganan tanto el cliente como el proveedor y, por ello, en Ibermática nos gusta hablar más de alianzas estratégicas. En este sentido, las operaciones cuyo eje es el puro coste no son objetivo de Ibermática.

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