"En 2011 podríamos firmar con la Administración de EE UU"
Julio Olivares, fundador y director general de Docpath
La historia de DocPath es la de una empresa que nació para tratar de eliminar los preimpresos en las oficinas bancarias y terminó por incrementar significativamente su portafolio de soluciones porque los propios clientes así lo demandaban. Ahora, la compañía ofrece soluciones de control de impresión, formularios electrónicos, factura electrónica e, incluso, transpromo.
Olivares explica: “Hemos sido capaces de evolucionar, aunque ha habido momentos en que en algunas áreas nos quedábamos atrás”. En ese sentido, el directivo admite que “algo así nos había pasado con nuestro interfaz de usuarios y, precisamente por ello, estamos volcando mucho esfuerzo y las nuevas versiones así lo reflejarán”. Y es que el I+D y el desarrollo propio está en el ADN de la compañía, que cuenta con dos centros de desarrollo, uno en la localidad madrileña de Tres Cantos y otra en la manchega Miguelturra. Tanta importancia le otorga la dirección a esta área que el centro de Miguelturra ya supera en número de empleados al de Madrid y, según Olivares, “pronto tendremos que pensar en cambiar porque la última ampliación de instalaciones se nos está quedando pequeña”. Sólo en el primer semestre de este año, la compañía vio incrementada su plantilla en un 20%, algo poco usual en mitad de la crisis económica. La compañía ronda ya los 100 empleados, con un reparto de 80-20 entre España y el resto de países (sobre todo Brasil y EE UU). Olivares admite que “me llegan muchas ofertas para llevar todo el desarrollo de software a India o China pero, además de que eso tiene costes ocultos, creo que hace falta crea empleo aquí y forma parte de nuestra responsabilidad”.
En cuanto a los motores de crecimiento de la compañía para el próximo año, Olivares identifica todo cuando se refiere al documento electrónico como uno de ellos. El otro gran pilar será su propio canal, área en la que apuesta por “pocos, pero eficientes (en Sudamérica tenemos más, pero por la naturaleza del mercado)”. Asimismo y desde que en 2008 DocPath entrara en el mercado norteamericano tras la adquisición de Resolutions, la firma se ha hecho valer y el directivo no duda al afirmar que “en ese mercado nos valoran mucho por nuestra rapidez, agilidad y capacidad por entender la realidad de cada cliente”. Estas buenas referencias se podrían plasmar, incluso, en la firma en 2011 del primer contrato con la Administración norteamericana, hecho que constituye todo un hito para una empresa extranjera.
EL PODER DE LA FACTURA ELECTRÓNICA
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La factura electrónica es una de las áreas en las que más ha crecido DocPath en los últimos años, a pesar del retraso en su adopción. “Los plazos no los ha cumplido, ni siquiera, la propia Administración, porque en su adopción no se ha tenido en cuenta el esfuerzo que era necesario para muchas empresas”. A pesar de todo, Julio Olivares, fundador y director general, considera que el impulso que ha hecho el Estado para la implantación de esta tecnología “es una buena idea, muy positiva tanto para el ahorro de costes como para el cuidado con el medio ambiente”.
En este sentido y de cara a cumplir el plazo impuesto por el ministerio de Industria de terminar con todo el papel en la Administración Pública para 2015, Olivares sostiene que “la gente tiene que perder el miedo a olvidar el papel; lo complicado es dar ese paso, pero una vez que se da, la adopción se acelera mucho más”. Como ejemplo de ello pone a su país natal, Chile, que “tiene muy optimizada la e-administración y ni siquiera ha sido necesario el establecimiento de tantas normas legislativas como aquí”.
Y es que la legislación es, desde su punto de vista, un gran escollo a salvar, puesto que salvo para la factura electrónica, para el resto de los documentos electrónicos no existe normativa, de modo que “a ojos de la ley, lo que sigue contando es el papel”. En sus propias palabras, “el derecho romano es menos ágil que el anglosajón”.