Emprender en España... ¿misión imposible?
La escasa creación de empresas TIC lacra la competitividad del país
Ya nadie lo pone en duda. Emprender en España no es fácil. Además de la escasa tradición en lo que a creación de empresas se refiere, especialmente de Tecnologías de la Información (TI), frente a países como EE.UU., esta tarea requiere en España abundantes papeleos y superar un arduo camino para conseguir financiación. La situación ya ha sido puesta de manifiesto por numerosos estudios, como “Innovación y capacidad para emprender: Diagnóstico de la situación en España y líneas de acción”, elaborado hace unos meses por el Grupo Analistas Financieros Internacionales (AFI) a petición de Indra, y que indica que, a la vista de los datos analizados en nuestro país (patentes, semilleros de empresas, creación de éstas y barreras existentes) España se sitúa en la retaguardia europea en lo que a capacidad emprendedora unida a innovación se refiere. Una situación que deriva en la creación de pocas y débiles empresas, con alta mortandad, y en una baja productividad general.
Respuesta gubernamental
Consciente de la situación, el anterior gobierno promovió en 2001 NEOTEC, iniciativa que el ejecutivo actual ha revitalizado con nuevos fondos. El nuevo programa NEOTEC Capital Riesgo, en marcha desde el 1 de marzo, cuenta con un presupuesto inicial de 176 millones de euros. Éste operará mediante una Sociedad de Capital Riesgo cuyos principales accionistas son el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), el Fondo Europeo de Inversiones (FEI) y empresas como Caja Madrid, Telefónica, Iberdrola, Repsol YPF, Indra, La Caixa, Caixa Catalunya, ACS, Gas Natural, Grupo Santander, CEPSA, Unión Fenosa y ENISA.
La iniciativa pretende promover las inversiones en empresas de TI españolas para favorecer su crecimiento y estabilidad financiera, e impulsar el capital riesgo tecnológico y atraer a inversores extranjeros a España. Los objetivos del programa pasan por invertir en entre 15 y 25 fondos de capital riesgo españoles desde 2006 a 2011, y por coinvertir directamente en empresas tecnológicas con otras entidades de capital riesgo nacionales o extranjeras. La inversión total movilizada por NEOTEC será de 600 millones de euros.
Buena acogida
La iniciativa ha sido acogida por inversores del sector tecnológico. Para Roberto de Saint-Malo, socio director de la firma española de capital riesgo Adara Venture Partners, que asesora a un fondo que invierte en tecnología, “el programa es positivo, pues implica la actuación de un fondo considerable y que busca apoyar nuevos fondos”. De Saint-Malo indica que es positivo que en el programa no sólo participe el sector público, sino también el privado, “muy importante para estos proyectos”.
El programa también ha sido recibido con buenos ojos entre los emprendedores, aunque algunos señalan que no es suficiente para acelerar la creación de empresas en España e inciden, de nuevo, en la importancia de la inversión exclusivamente privada. “Aún así –asegura David Blanco, emprendedor y co-fundador de la empresa de TI, Tractis (ver cuadro)–, estas iniciativas son positivas. Eso sí, al crear una empresa hay que intentar no depender sólo de subvenciones y fondos públicos pues éstos evitan proyectos de riesgo. Lo lógico es contar con inversión privada”. Blanco resalta la dificultad de conseguir capital privado en España, especialmente en proyectos de TI. “Suelen atraer la inversión sectores seguros y que aportan un ROI rápido, como la construcción”. Blanco recomienda que España siga el ejemplo de países como Israel, “que ha dado alas al sector privado, gran inversor en nuevas empresas”.
Política contradictoria
Sin embargo, Jesús Banegas, presidente de la Asociación de Empresas de Electrónica, Tecnologías de la Información y Telecomunicaciones de España (AETIC), subraya que ni NEOTEC ni otras iniciativas como el Plan Avanza sirven si se aprueba el Anteproyecto de Ley del IRPF y de modificación parcial de la ley del Impuesto de Sociedades que el Gobierno tiene previsto en convergencia con la UE. “La supresión de las deducciones fiscales a las empresas que invierten en I+D+i y fomentan la implantación de las TI que la reforma implica contradice la política del Ejecutivo hacia la innovación”. Para Banegas, estas deducciones son más efectivas en la creación de empresas de TI que las subvenciones, los préstamos y la financiación del capital riesgo.
El ejemplo viviente de Tractis
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David Blanco y Leandro Gastón Caldora han experimentado la complejidad que conlleva crear una empresa de TI en España. A ambos les surgió la idea en 2001, siendo alumnos del Instituto de Empresa (IE). Su proyecto Tractis, en construcción desde 2003 y que finalizará en seis meses, consiste en un software que permitirá a cualquier compañía o individuo, vía Internet, negociar contratos, firmarlos digitalmente y resolver las disputas de ellos se deriven con seguridad y eficacia jurídica vinculante. “El proyecto es ambicioso y requiere mucha financiación externa, así que aún no hemos podido arrancarlo comercialmente, aunque ya hemos avanzado mucho”, señala Blanco.
Éste indica que conseguir financiación es especialmente complicado para proyectos que acaban de empezar y aún no comercializan un producto, como es su caso. “Ninguna empresa de capital riesgo quería apostar por Tractis, así que optamos por conseguir fondos presentándonos a concursos de planes de negocio”. Después de llegar a la semifinal en uno de San Francisco y a la final del Proyecto NETI, organizado por el IE y Amena, han logrado el tercer premio de un concurso de la Universidad Carlos III, de 6.000 euros de importe, y han ganado el Premio Emprendedores Académicos, de la Fundación DMR, de 200.000 euros. “Este último premio ha sido nuestro espaldarazo definitivo y nos ha permitido cerrar un acuerdo con un inversor privado por un importe de 100.000 euros. También estamos en conversaciones con otro fondo de capital riesgo para que aporten 200.000 euros”.