El valor de la experiencia.
El joven, y ya famoso, documento de la Comisión, relativo al informe sobre la situación del sector de servicios de telecomunicación de 1992, está provocando un apasionado debate en muchos lugares, al contrario de lo que ocurre en España, donde su discusión sólo tiene lugar en círculos muy relacionados con el tema.
Incluso han vuelto a surgir argumentos que yo creía ya olvidados defendiendo al monopolio natural, y como no, el aspecto social de la extensión del servicio básico a las zonas más deprimidas. Sin duda alguna, un factor que algunos habrán considerado habrá sido el cambio de comisarios, y que los nuevos, tanto Mr Karel van Miert como Mr. Martin Bangemann son nuevos en el sector, y pueden sonarles como novedosos algunos argumentos bastante manidos.
Lo curioso del caso es que se presenta el problema de forma incorrecta, tratando de hacer ver -por los que hoy están en situación de monopolio- que la competencia que se propugna pone en peligro su propia viabilidad económica. Se olvidan de que llevamos dos décadas hablando de este tema, y que en ese periodo algunos países han suprimido el monopolio y ahí están, en una situación envidiable para todos, incluidos los propios operadores que temen a la competencia. Esas experiencias no se pueden ignorar.
Lo anterior no significa que el resultado de esas experiencias haya sido perfecto, ya que, como siempre pasa, hay cosas que se pueden mejorar. Lo que significa es que, cada pais, debería analizar en profundidad las experiencias anteriores -caso del Reino Unido- y comparar su situación actual con la que allí existía cuando comenzó el proceso liberalizador, y extraer conclusiones.
Aplicado al caso de España, estas serían que tenemos que buscar recursos adicionales para potenciar las infraestructuras relativas a telefonía rural, y que tenemos que ser valientes para reducir drásticamente los subsidios cruzados entre los diferentes servicios. Esto último puede ser antipopular, pero es necesario. Y por favor ¡no insistir en la defensa del monopolio!.