El sol se pone, aunque muy lentamente, sobre la era del mainframe

Según varios informes elaborados por la consultora Forrester Research

Frente a la potencia de los servidores que ofrecen cada vez mejores ratios de rendimiento, el mainframe tradicional está condenado a la obsolescencia. Su gran tamaño, lo costoso del mantenimiento y sus características propietarias son algunos de los atributos más desfavorables asociados al mainframe.

La cifras de Forrester Research indican que hacia 1996, el 80% de las compañías de un estudio realizado sobre 55 organizaciones pertenecientes al rango de las Fortune 1.000, cederán sus procesos de información a servidores dedicados. Estas compañías contemplan la posibilidad de confiar al menos un 40% de sus aplicaciones de misión crítica a los sistemas distribuídos en un plazo de dos años.

De cualquier forma, la recomendación de los analistas es la de no precipitarse al descartar la opción tradicional por los grandes sistemas. A pesar de que las actuales tendencias indican claramente un cambio hacia los sistemas abiertos y la arquitectura cliente/servidor, tendencias que están siendo secundadas en la práctica por un gran número de organizaciones, el mainframe sigue siendo extremadamente útil y continúa cumpliendo sus funciones a pleno rendimiento.

Prueba de ello es el gran número de compañías que no creen en ningún otro sistema a la hora de confiar sus procesos de negocio. Una larga trayectoria de inversión en adquisición y mantenimiento operan como factores clave a la hora de que una compañía se plantee la posibilidad de migrar a sistemas abiertos o de continuar con su arquitectura de sistemas de información tradicional.

Esto es un hecho, pero también lo es el comprobar que cualquier organización que no haya tenido nunca contacto con los grandes sistemas y que por un crecimiento en sus actividades de negocio necesite rediseñar sus sistemas de información, se planteará antes el acceso a lo sistemas abiertos que la adquisición de un mainframe.

De cualquier forma, la migración a sistemas distribuídos en detrimento de las arquitecturas tradicionales no es algo tan sencillo como la conexión de distintas plataformas, existe un gran número de factores a considerar como el coste, las necesidades de formación de la plantilla de trabajadores, las necesidades reales de negocio y la dirección tecnológica de la compañía. Asimismo, es elemental que una organización entienda que con los sistemas distribuidos aparecerá la distribución de los recursos y de las decisiones, quedando descentralizados los procesos, y por ello las compañías han de tener claro qué es más conveniente para su supervivencia: una estructura centralizada o distribuída.

Un gran número de compañías también sostiene que la importancia del mainframe depende de las necesidades de almacenamiento de datos y de la potencia en el procesamiento que necesite cada organización.

Por el momento, la mayoría de los analistas observan que las compañías están muy interesadas en la posibilidad de conectar el mainframe con sistemas de red, indicio que ilustra quizás una evolución desde la concepción céntrica tradicional hacia un entorno mixto, escalable y modular que se ajuste a las necesidades de una organización a medida que ésta evoluciona.

Aún así, la demanda del mercado es aún lo suficientemente saludable para estimular a los fabricantes a continuar ampliando e introduciendo nuevos productos a sus familias de soluciones orientadas al mainframe. Ejemplos de ello son el mainframe basado en CMOS que IBM lanzó el pasado año y amplió hace ocho meses y el reciente anuncio por parte de Hitachi Data Systems de la línea HDS Skyline.

En este sentido, los analistas recomiendan a los fabricantes, dentro del contínuo y razonable soporte a los mainframes, que siempre será más recomendable e importante el lanzamiento de diferentes clases de productos para cada tipo de negocio.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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