El resurgir de los benchmarks
El Transaction Proccesing Performance Council (TPPC) –un consorcio sin ánimo de lucro que define los benchmarks de procesos de transacción y de bases de datos, que divulga al sector información objetiva y verificable acerca del rendimiento TPC– tiene planeado modernizar la actual prueba que se lleva a cabo para valorar el rendimiento de los servidores y añadir nuevos benchmarks para servidores de aplicaciones y de almacenamiento de datos.
Estas nuevas pruebas, que estarán disponibles a partir de 2006, supondrán un paso significativo para que las compañías puedan disponer de las medidas realistas y necesarias para evaluar adecuadamente y comparar las muy diferentes series de hardware y software antes de su adquisición. También proporcionarán un ratio de precio por rendimiento, algo crítico para los negocios.
Entre los nuevos benchmarks se encuentra el TPC-E, diseñado para ser más representativo en el rendimiento de los servidores modernos de bases de datos, más barato y menos susceptible de alcanzar resultados artificialmente elevados, motivados por configuraciones inadecuadas de hardware y software.
Otro es el TPC-App, que mide cómo los servidores hacen uso de las tareas típicas, tales como la comunicación con servidores de bases de datos, servidores de sitios Web y servidores de otras aplicaciones. También permite a los clientes comparar dos tecnologías enfrentadas y que son utilizadas en servidores de aplicación. En su creación han estado involucradas empresas como, Intel, Microsoft, Oracle o AMD, entre otras.
Y por último, el TPC-DS, diseñado para los más modernos centros de Data Warehouse. Los Data Warehouse son servidores que procesan grandes sumas de datos para extraer información, tales como tendencias de compra. La nueva prueba también soportará 135 tipos de consultas diferentes, en comparación con las 25 de la anterior versión.
Pero para anticiparnos a los que se pregunten el por qué de estas nuevas pruebas, cabe señalar que éstas no se habían adaptado al significativo aumento de la velocidad de proceso y rendimiento que han apreciado los servidores durante la última década. Como resultado, los benchmarks se habían hecho famosos por sus inconsistencias, que podían causar conclusiones erróneas. Con los nuevos criterios se conseguirán unos resultados mucho más fiables, lo que redundará en beneficio tanto de fabricantes como de los usuarios finales.
Ramón Santos, director de sistemas y tecnología, Unisys España y Portugal