El problema del año 2000 no afecta sólamente a las aplicaciones escritas en Cobol

Resulta frecuente el hecho de que muchos responsables de sistemas de información dentro de las empresas tienen la idea de que sólamente los mainframes y el código escrito en Cobol se verán afectados cuando 1999 toque a su fin.

Lo generalizado de esta creencia puede deberse a que en las publicaciones especializadas en TI se ha puesto el acento en lo referente a las aplicaciones de misión crítica basadas en mainframe y a las grandes bases de datos corporativas. Pero la utilización de solo dos dígitos para almacenar el año es una característica que afecta a todo tipo de sistemas.

Quizás también es que la mayor parte de los productos lanzados están dirigidos a encontrar un arreglo a las rutinas de Cobol cuya aritmética fallará cuando el mainframe intente sustraer un año de otro y el resultado sea un número negativo.

O puede que esta creencia se deba, asimismo, a esa vieja "guerra religiosa" entre los amantes del PC que creen que los mainframes están completamente obsoletos y los defensores de este último, que opinan que el PC es demasiado pequeño, casi un juguete, para tener problemas auténticos.

La razón no importa, la cuestión es que los hechos están ahí: el problema del año 2000 es un problema de bases de datos. No importa si esta base de datos se encuentra sobre un mainframe, un mini, un servidor o un PC. Si un usuario tiene bases de datos y esas bases de datos almacenan datos, sin duda va a padecer el problema del año 2000.

¿Cómo saber hasta dónde está enraizado el problema?. Antes de conocer si un usuario está a salvo, habrá que chequear todas las bases de datos de la organización, lo que significa que, antes de nada, habrá que encontrarlas.

Y no solo las más obvias, como las bases de datos de contabilidad y sistemas de pago o las departamentales. Los PCs suelen favorecer la inclusión de una base de datos en una aplicación y habrá que explorarlas absolutamente todas. De forma que todas aquellas pequeñas aplicaciones de mejora de la productividad desperdigadas a lo largo y ancho de una organización son en sí mismas una bomba de relojería. Cualquier sistema cliente de correo electrónico, cualquier fecha reflejada en un shareware, todos y cada uno de los calendarios de dominio público encierran este riesgo y habrá que encontrarlos para asegurarse de si están o no "limpios" de problemas asociados al 2000.

Además, también será necesario pasar revista a los programas PC como los batch scripts que automáticamente realizan una copia de back up o destruyen archivos basados en las fechas.

De repente, el problema del año 2000 no parece tan "gestionable" y el plan de las corporaciones cuidadosamente establecido para arreglar el viejo Cobol de los mainframes, no es suficiente para prevenir la "catástrofe" para la que faltan menos de 1.000 días.

Es aquí donde entra a jugar un papel fundamental el trabajo de todas las personas que conforman la organización, porque si el director de sistemas de información no puede encontrar todas las aplicaciones afectadas, especialmente en el ámbito PC, los usuarios finales sí pueden hacerlo.

Esto es así porque estas personas conocen sus sistemas mejor que el propio DSI, están al corriente de su modo de operar y saben con exactitud el lugar de localización de esas bases de datos personales.

La cuestión está ahora en saber movilizar a todos esos usuarios y explicarles el riesgo que supone el año 2000.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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