El mercado europeo de Tecnologías de la Información crecerá más del cuatro por ciento en 1993 según el informe EITO 93, en cuya elaboración ha participado Citema.
Pese a la actual recesión económica, que afecta tanto a los usuarios como a los suministradores europeos, el Viejo Continente se consolidará durante los próximos diez años como el mayor mercado de Tecnologías de la Información del mundo. Durante 1993, el mercado europeo experimentará un crecimiento superior al cuatro por ciento (en 1992 el incremento fue del 3%) situándose en una cifra de negocio global de 157.000 millones de dólares. Estas son las principales conclusiones de un reciente informe editado por el European Information Technology Observatory (EITO), un consorcio que agrupa a la Comisión de la Comunidad Europea, la Asociación Europea de Fabricantes de Tecnologías de la Información (Eurobit) y las ferias SIMO, CeBIT y SMAU.
De acuerdo con el informe, el mercado de Europa Occidental supuso en 1992 el 36% del total del mercado mundial, estimado en más de 400.000 millones de dólares, mientras Estados Unidos representó un 35% del total, Japón poco más del 18% y los cuatro tigres asiáticos (Hong Kong, Taiwán, Singapur y Corea del Sur) un 1 por ciento, la misma participación que el Este europeo.
Del mercado total europeo, Alemania representa un 23 por ciento, Francia el 17%, Reino Unido el 16%, Italia el 11% y España el 5 por ciento.
El gasto europeo en software y servicios alcanzó el pasado año los 63.000 millones de dólares, lo que supone un 42 por ciento de la demanda total. El subsegmento software supuso 22.000 millones de dólares con un incremento respecto a 1991 del 11 por ciento, lo que le convierte en el sector de crecimiento más rápido en Europa. Para 1993, EITO confía en que el sector software crezca en un porcentaje superior al 9 por ciento. De la cifra de negocio del segmento software, 5.900 millones corresponden a las ventas de software bajo Unix, lo que trasladado a valores relativos representa un 20% del mercado de software empaquetado.
Por último, el informe destaca que las ventas de PCs en Europa crecerán este año en torno al tres por ciento, después de que cayeran en 1992 un 7,2% hasta el límite de los 21.000 millones de dólares.
Por sectores verticales, el mercado europeo se divide entre las industrias de fabricación (37% del total), sector público (21%), sector financiero (16%), distribución y ventas (10%), seguros (6%) y otras empresas de servicios (10%).
El estudio del consorcio EITO analiza también la opinión de los usuarios respecto a las últimas tendencias aparecidas en el campo de las Tecnologías de la Información. En este sentido, sorprende que la gran mayoría de los usuarios encuestados (nueve de cada diez en Alemania y Reino Unido y siete de cada diez en Francia) no tengan planes para realizar el outsourcing de sus instalaciones de proceso de datos o de sus operaciones de gestión de red. También hay que destacar el incremento de la influencia de las firmas consultoras a la hora de diseñar los sistemas de información de las grandes corporaciones, y el hecho de que los niveles directivos de las empresas opinan que las adquisiciones de nuevos sistemas informáticos no implica, necesariamente, incrementos reseñables de productividad y eficiencia. En este sentido, un factor crítico del mercado europeo de Tecnologías de la Información es la rapidez con la que los usuarios pueden implementar las soluciones, y no la velocidad con la que los suministradores anuncian nuevos productos, aunque, por encima de estas consideraciones, se encuentra el análisis de la relación coste/beneficio.
En sus conclusiones, el informe editado por el EITO señala que el nivel de saturación del mercado continental es significativamente inferior que el norteamericano, lo que implica la posibilidad de desarrollo del negocio europeo que crecerá, durante los próximos diez años, a un ritmo superior al del mercado norteamericano. El mensaje del EITO a la comunidad de usuarios incide en el reto de los departamentos de informática de las empresas para los próximos años, consistente en restaurar la confianza de la Dirección en sus activos informáticos, en el contexto de unos nuevos requerimientos organizativos y una nueva percepción de las Tecnologías de la Información, que, cada vez más, se consideran un generador de beneficios y competitividad, en lugar de un simple centro de costes.