El entorno urbano se transforma
"El verdadero objetivo de la gran ciudad es hacernos desear el campo”. Esta frase del poeta y dramaturgo Eduardo Marquina, pronunciada hace ya más de cincuenta años, sirve perfectamente para ejemplificar lo complejas y problemáticas que pueden parecer las ciudades de hoy en día. Los atascos de tráfico, los cortes energéticos o el deterioro de las infraestructuras públicas se han convertido en el pan de cada día en muchas urbes de todo el mundo.
Así pues, se hace necesario optimizar y mejorar la eficiencia de los servicios, tanto públicos como privados, que se ofrecen a los vecinos de la ciudad. Y de este modo nace el concepto de smart city, un paradigma de núcleo urbano donde las nuevas tecnologías juegan un papel cada vez más relevante de forma que se controle y se aproveche la mayor cantidad de información posible, además de gestionarse de la forma más automatizada y eficaz posible. Son muchos los proyectos que se han puesto en marcha, muchos de ellos en España, pero todavía queda mucho camino por recorrer.
“El concepto de smart city nace por una necesidad fundamental que se está experimentando a nivel global, y es que en 20 años en torno a 5,5 billones de habitantes estarán viviendo en ciudades”, explica Marta González, experta en la materia que trabaja para el Massachusetts Institute of Technology (MIT). “En Asia por ejemplo cada día 130.000 personas se mudan a una ciudad. Esto traerá muchos problemas por exceso de demanda, además de provocar pobreza y problemas de tráfico, por lo que hay que estar preparados para utilizar los recursos más eficientemente en las ciudades”.
Ese es el planteamiento que se ha ido extendiendo entre las Administraciones Públicas de todos los rincones del planeta. Ciudades como Abu Dhabi y Singapur están haciendo una inversión sin precedentes para convertirse en ciudades inteligentes. Otras grandes capitales, como Londres, Nueva York, París, Tokio o Shanghái también se están mostrando muy activas en el desarrollo de iniciativas para convertirse en auténticas smart cities, mientras que en nuestro país son Málaga, Barcelona, Santander y Madrid las poblaciones líderes en este campo, según un informe elaborado por IDC. La ciudad andaluza ha sido pionera en la integración de fuentes de energía renovables dentro de la red eléctrica, iniciativa con la que esperan conseguir un ahorro del 20% de energía en los 12.000 hogares a los que afecta la iniciativa.
En el caso de la Ciudad Condal, la adopción de las TIC especialmente se ha centrado especialmente en el área de movilidad, con el desarrollo de un proyecto de impulso al coche eléctrico Live como referencia. Por su parte, Santander ha llevado a cabo significativos avances en las áreas de edificación, energía y medio ambiente, con cerca de 20.000 sensores desplegados para el control medioambiental y de tráfico, además de la gestión de basuras o eficacia del transporte público, con lo que se convierte en la primera en abrir el camino del Internet de las Cosas en España.
Madrid ocupa la cuarta posición del ranking elaborado por IDC, con un modelo basado en la integración de la tecnología en los distintos servicios municipales, destacando la creación del Centro Integrado de Servicios de Emergencia (Cisem), que moderniza y coordina tanto a policía municipal, Samur como a bomberos y que ha permitido reducir el tiempo de respuesta un 25% en los últimos años, situándose en menos de ocho minutos para la policía y siete para el Samur.
Smart cities y el sector privado
Estos son ejemplos de cómo el sector público puede mejorar la calidad de vida de sus habitantes por medio de la implementación de soluciones TIC en sus procesos de gestión. Pero el sector privado también puede sacar provecho de este nuevo paradigma, de forma combinada con las Administraciones. “El individuo es el propietario de la información que genera y si genera beneficios económicos o el individuo quiere recuperar esa información debería poder hacerlo, no solo deber ser patrimonio de las empresas”, afirma Marta González.
En todo momento, defiende la experta del MIT, la privacidad de los ciudadanos está salvaguardada ya que no se trata nunca con datos individuales sino con datos anónimos y agregados, que son los que tienen valor para entender los hábitos y movimientos de los ciudadanos. “En la era de la información en la que vivimos, nuestra sociedad tiene una comunicación global y acceso instantáneo a la información. Por el hecho de recibir información nos convertimos a la vez en generadores de información, lo cual tiene un valor importantísimo para incrementar la calidad de vida de las personas”.
Conocer esta información puede ayudar por ejemplo a reducir el tiempo que los ciudadanos pasan en un atasco (en torno a 81 millones de horas al año, según los datos referentes a la capital española) mediante la automatización de los semáforos en base a la información recogida por miles de sensores repartidos por la ciudad. O a reducir el consumo energético y el calentamiento global, monitorizando este aspecto. Y también a mejorar las ventas de los comercios tradicionales, actualmente dañadas por el auge de las ventas por Internet y en grandes superficies.
En este contexto se mueve el proyecto en que el MIT está trabajando en Madrid junto a Zeerca. “La idea de estos proyectos es utilizar el teléfono móvil como un sensor que permite saber en tiempo real cuál es el consumo en distintos lugares con una resolución de 50 metros”, explica Marta González. “Esto nos permite entender en las ciudades cómo la gente usa los parques, los comercios o cuándo está en sus casas. Podemos tener toda la información para tener un modelo de la demanda de la ciudad en tiempo real". De este modo se puede lograr que un comercio envíe una oferta a sus clientes preferidos, que a su vez contactan con sus amigos y planifican qué hacer el fin de semana, logrando maximizar los beneficios tanto para los comercios y las personas.
Áreas por explorar
“Hoy hay muchos prototipos de investigación, por ejemplo robots que asisten a mayores en sus hogares o incluso coches eléctricos sin conductor”, afirma la investigadora del MIT, Marta González. “El siguiente paso para llegar a las smart cities es que esos prototipos pasen de la investigación a la realidad y la primera ciudad que va a empezar con esto creo que va a ser Singapur”.
Grandes apuestas que prometen transformar por completo la percepción que tenemos de las ciudades que se conocen en la actualidad. “La rev