El DVI

Multimedia sobre una plataforma universal

CD-ROM, CD-I, CD-TV o CD-Photo.... todos hemos argumentado sobre los pros y los contras de estos diversos equipos y de sus futuras aplicaciones. Alterando muchas veces el significado del término, todos los fabricantes apuestan por esta tecnología multimedia, esperando que en el entorno de los próximos años los dispositivos de lectura CD-ROM y sus derivados serán algo más numerosos.

Mientras que Apple fue una de las primeras compañías informáticas en interesarse de cerca por este sistema, Intel no oculta ambiciones interesantes con un producto diferente: el DVI o Data Video Interactive. Concretamente, el concepto se basa en una tarjeta electrónica que asegura en tiempo real una compresión/descompresión de imágenes analógicas con una tasa de 160/1. Los resultados son almacenados a continuación en disco duro o en disco óptico.

Al contrario que en el caso de los microprocesadores, Intel no ha inventado el DVI, sino que fue inventado en los laboratorios de RCA por un equipo con base en Princeton, Estados Unidos. General Electric (GE), que adquirió una parte de las actividades de RCA, realizó la primera demostración del DVI con ocasión de la conferencia Microsoft sobre el CD-ROM.

Intel, que muestra gran interés por el producto, adquiere en 1988 las patentes del DVI de General Electric y los 35 ingenieros. El nuevo propietario contrata 150 ingenieros más, para disponer finalmente hoy de un producto industrializado.

Los desafíos técnicos

El DVI se basa en dos procesadores especializados del tipo RISC, que estarán asociados en el futuro a las tarjetas maestras de los microordenadores, aunque por ahora el DVI está asociado aún a tarjetas adicionales para bus AT o bus MCA. En realidad, el DVI significa la posibilidad de enfrentarse a dos desafíos, a saber, la capacidad de almacenamiento y la velocidad de transferencia de datos. Instalada en un microordenador, la tarjeta captura imágenes analógicas a partir de una cámara video, o bien imágenes fijas mediante un escáner, y a continuación las comprime y las almacena en un disco duro o en un soporte magneto-óptico. En video animado, una imagen requiere generalmente 720 KB de memoria y existen 30 imágenes por segundo, lo cual implica que un segundo de video requiere 22,1 MB de espacio de almacenamiento. Una lectora CD-ROM clásica dotada de sus 650 KB de memoria y con su régimen de transferencia de 150 KB/seg, no puede por lo tanto en teoría integrar más de 30 segundos de imágenes de video, con un tiempo de espera de 5 segundos para visualizar una simple trama.

Después de cuatro años de investigaciones, el problema ha sido resuelto en parte gracias a un algoritmo de compresión/descompresión con una tasa de 160, lo que permite reducir una imagen video de televisión de un tamaño de 720 KB a 5 KB. Así, un CD-ROM puede almacenar 72 minutos de video animado visualizado a razón de 30 imágenes por segundo. En realidad, puede utilizarse cualquier medio, como por ejemplo los discos duros, los WORM y los discos ópticos reescribibles. Naturalmente, los discos duros ofrecen una velocidad de transferencia mucho mejor.

Una calidad de imagen digna de un magnetoscopio

Con una tasa de compresión así, la imagen resulta degradada en el momento de su restitución a una pantalla de ordenador. Actualmente, la calidad es digna de un magnetoscopio VHS. Intel prevé sin embargo que de aquí a dos años esta calidad será del tipo broadcast, y por lo tanto idéntica a la de la imagen recibida en un televisor. Sin embargo, teniendo en cuenta las progresiones de integraciones posibles con el silicio, dentro de 5 ó 6 años no habrá ya diferencia entre la televisión de alta definición y el DVI. Hay que tener en cuenta que para las imágenes fijas la tasa de compresión/descompresión es sólo de 20. Aunque el ojo humano tolera los pequeños defectos en video animado, no los acepta en una foto. Sin embargo, Intel no respeta los estándares JPEG o MPEG. La compañía dispone de sus propios métodos y, con el fin de evitar diferencias frente a un estándar que se impone cada vez más, la nueva generación de componentes que Intel acaba de introducir en el mercado es enteramente reprogramable de forma dinámica. Por lo tanto, respetan tanto el método Intel como el JPEG para las imágenes fijas. Por lo que respecta al video, el MPEG sólo aparece en el papel y por lo tanto no está disponible ni integrado en los componentes. Además, este estándar evolucionará de acuerdo con las capacidades de transferencia de los medios. Mientras que el MPEG 1 es capaz de explotar los CD-ROM actuales, el MPEG 2 no podrá hacerlo a menos que se ponga a punto una segunda generación de lectoras de discos láser con un funcionamiento más rápido. En efecto, cuanto mayor capacidad tengan las tarjetas DVI para el tratamiento de pixels, mayor será la cantidad de datos a transmitir. Para los programadores, Intel suministra código fuente en lenguaje C con el fin de explotar imágenes, crear ventanas y realizar aplicaciones.

Las primeras aplicaciones

Entre las primeras aplicaciones europeas puede citarse un simulador introducido en Francia para el estudio de las Gastroendoscopia. Una endoscopia es un examen médico que consiste en colocar en el esófago de un paciente un tubo que contiene una fibra óptica y que va equipado en su extremo con un sistema de visión. Mientras que la experimentación real suele ser dolorosa para el paciente, el simulador desarrollado por Act Informatique sitúa al estudiante en las condiciones reales de una endoscopia. El sistema está formado por un microordenador, una pantalla VGA táctil, una lectora CD-ROM y un dispositivo equipado con captadores. El manipulador observa su pantalla, en la que aparecen imágenes procedentes de gastroendoscopias reales. La manipulación de las manecillas habituales del endoscopio permite visualizar en varias dimensiones la trayectoria de este último.

La segunda aplicación es fruto de una colaboración entre Matra, France Télécom e Intel. Se trata de una transmisión de imágenes entre Besançon y París, para dermatólogos. El sistema combina dos operaciones: la visión de una parte de la piel de un paciente en un hospital de París a partir de un sistema DVI y su transmisión por línea RDSI a un especialista en Besançon para una ayuda o confirmación en el diagnóstico. Así, gracias al DVI, RDSI, PC y tarjetas de comunicación, el paciente sólo tendrá que esperar algunos minutos, frente a las 48 horas de antes, para su diagnóstico confirmado por especialistas repartidos por toda Francia. Sin embargo, la más impresionante de las aplicaciones DVI tiene el nombre de CornuCoppia, de la compañía americana Empruve. Se trata de una estación autónoma para la consulta de informaciones multimedia. El dispositivo se presenta bajo la forma de una caja que lleva encima un panel equipado con dos altavoces y 3 pantallas LCD. El primero, del tamaño A4 y retro-iluminado, visualiza texto y gráficos en blanco y negro con una resolución de 640 x 400 puntos. El segundo a su izquierda, que mide 10 centímetros en diagonal, presenta secuencias video animadas y fotos en color. Finalmente, el último a su derecha, con una altura de 30 cms y un espesor de 1 cm, presenta iconos de control. El interior incluye un microprocesador 80386, tarjetas operativas DVI y una lectora CD-ROM.

Consulta multimedia

CornuCoppia es una extraordinaria herramienta de consulta. Controlada por el sistema operativo MS-DOS, ofrece una ergonomía excepcional gracias a su tamaño que la convierte en portátil y a su calidad de lectura y visualización de imágenes. Un usuario puede por ejemplo consultar una enciclopedia y observar una secuencia de video correspondiente a un pasaje escrito.

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