Estrategias

El desconocimiento sobre la subcontratación lleva a un dilema

La importancia de saber lo que se espera

Muchos proyectos de subcontratación están avocados al fracaso antes de que se seque la tinta sobre el papel en el que se ha firmado el contrato, por no existir una correlación entre las cláusulas y las expectativas de los clientes.
“Cuando los contratos de subcontratación y las expectativas no coinciden, los clientes sienten que el proveedor de servicio no cumplió con las metas y objetivos” afirma un analista de Gartner. La consultora estima que el 50 por ciento de los proyectos de subcontratación fracasan y la razón radica en la redacción de los propios contratos.
Cuestión que podría solucionarse de conocer que existen tres tipos distintos de acuerdos de subcontratación: acuerdos de servicios normales (utility deals), acuerdos de mejoras (enhancement deals), y acuerdos de transformación (transformation deals).
El 80% de los acuerdos se enmarcan bajo la forma de servicios normales atendiendo a las transferencias de operaciones de tecnología de la información (TI) maduras y genéricas, como la gestión de la infraestructura de TI. El objetivo de este tipo de contratos es mantener una provisión coherente de servicios con algunas mejoras a bajo costo compatibles con las normas de la industria.
Por su parte, los de mejoras, que constituyen entre el 15 y el 17 por ciento de todos los acuerdos, requieren que el subcontratador ofrezca mejoras de productividad medibles en, en términos de recursos humanos u operaciones financieras, para impulsar metas específicas de negocios, algo que involucra un mayor nivel de riesgo y complejidad para ambas partes.
El menos común de los acuerdos es el de transformación (del 3 al 5%), que a su vez es el más pretencioso. Implica la creación de una asociación o empresa conjunta entre el cliente y el subcontratador. Sus metas son la creación de nuevas oportunidades de negocio, como el desarrollo de nuevos productos o la penetración de nuevos mercados, y por lo tanto requieren el mayor nivel de innovación y riesgo.
Las estimaciones apuntan a que la probabilidad de éxito de un acuerdo de subcontratación se incrementa en un 50 por ciento si el cliente conoce qué tipo de acuerdo desea hacer antes de redactar el contrato.
Cada acuerdo lleva implícito un precio distinto, con métodos de entrega particulares, enfoques tecnológicos personalizados, etc. Sin embargo, los proveedores de servicio generalmente prefieren manejar un sólo un tipo de acuerdo, de modo será el cliente el que deba ser consciente de la envergadura del contrato a alcanzar, de cara a elegir entre la oferta de proveedores de servicios subcontratados.
De forma paralela, los clientes deberán supervisar continuamente el proyecto de subcontratación y administrar la relación con el subcontratador. Esta estrecha supervisión permitirá al cliente reforzar los niveles de servicio, a la vez que solucionar problemas antes de que salgan fuera de control, e identificar aquellas áreas de compromiso que necesitan ser modificadas, entre otras cuestiones.
También debería prestarse especial atención a la flexibilidad del contrato, permitiendo modificaciones a medida que las operaciones del cliente se desarrollen, se expandan o cambien de curso.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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