El culebrón del MCyT

Lo de Borja Adsuara al frente de la Dirección General para el Desarrollo de la Sociedad de la Información del Ministerio de Ciencia y Tecnología se parece cada día más a un culebrón venezolano. Nombrado saltándose a la torera la LOFAGE (no lo olvidemos Ley auspiciada por el propio Partido Popular) el Tribunal Supremo (tras el recurso presentado por ASTIC, la Asociación de funcionarios TIC de la Administración Central) tuvo que poner orden y recordar que la LOFAGE estaba para cumplirse, lo que implicó el cese de Adsuara en su cargo. En el penúltimo capítulo del culebrón, el Consejo de Ministros del pasado 31 de mayo vuelve a nombrar a Borja Adsuara para el mismo puesto de Director General, saltándose nuevamente a la torera, no sólo la LOFAGE sino también al propio Tribunal Supremo.
Mientras tanto, el Ministerio quita hierro al “problemilla técnico” que achaca “al exceso de sensibilidad de los miembros de ASTIC” y, en pleno ataque de prepotencia, asegura en el BOE (quedará para la historia) que la experiencia “básicamente técnica de los funcionarios al servicio de la AGE” no se corresponde con el perfil del Director General para la Sociedad de la Información, justificándose así el segundo nombramiento de Borja Adsuara y, de paso, despreciando a todo un colectivo de profesionales. Está claro que los máximos responsables del MCyT desarrollan su labor en una Administración diferente a la que el resto del sector conoce: en cualquier conversación con directivos de proveedoras de la Administración, surgen nombres de excelentes gestores que son, además, informáticos y funcionarios, y que podrían desarrollar el puesto con la mayor profesionalidad. Es comprensible el malestar de ASTIC: el Ministerio les ha “ninguneado” no una, sino dos veces, y encima les ha advertido de que -en lo que se refiere al reconocimiento de su labor- poco o nada pueden esperar.