El "crowdsourcing" llama a la puerta de la empresa

Cada vez más compañías TIC recurren a un modelo colaborativo para el desarrollo de sus ideas

Se suele decir que en el éxito de un proyecto la idea representa un 5% y que el 95% es la ejecución de esa idea. Bajo este principio, cada vez son más las empresas que recurren a un modelo colaborativo, denominado crowdsourcing, para el desarrollo de sus ideas. Los proyectos de código abierto o wikipedia son ejemplos muy claros de crowdsourcing. Actualmente existen muchas modalidades de desarrollo de este método acuñado en la revista tecnológica Wired, dependiendo de dónde provenga la aportación requerida por la empresa: de los empleados, de los clientes y proveedores o bien de una red de personas anónimas que ha sido contratada específicamente para este propósito.
Fruto de una conversación que Josep Llopart, director de Raona Lab, tuvo con Jordi Assens, experto de RR.HH. en EADA Business School, que conocía la aplicación del crowdsourcing en sectores como la moda, Raona ha creado Product Showroom, una plataforma para aquellas empresas que requieran flexibilidad y rapidez en el proceso de recogida de ideas de grupos amplios de personas distribuidos en distintas localizaciones. “A diferencia de los foros en Internet, el crowdsourcing no es un espacio de innovación de ideas sino que abre otros canales para que la gente participe en el desarrollo de los procesos”, apunta Llopart.
Uno de los principales riesgos de estos modelos colaborativos está, según palabras de Llopart, en “cómo hacer frente a la ingente cantidad de información que puedes llegar a recibir y no saber como canalizarla”. La aplicación es posible configurarla para pedir opinión sobre nuevos lanzamientos o para conocer la opinión del canal de distribución sobre la situación particular de cada mercado. Afirma que son varias las empresas que han mostrado su interés por la plataforma, principalmente, aquellas relacionadas con sectores como la moda, los perfumes, el marketing y los seguros.

Concepto Jam
José Pedro Moro, Web Enablement Manager de IBM España, Portugal, Grecia e Israel, apunta que la primera experiencia de crowdsourcing de IBM data de 2001 con el lanzamiento de WorldJam. “En este primer evento colaborativo, se solicitaron a los empleados ideas y comentarios sobre áreas de negocios concretas”. Dos años más tarde, IBM utilizó de nuevo el concepto de crowdsourcing con ValuesJam, a través del cual pedía a todos los empleados que opinaran, aportaran ideas y votaran para redefinir los valores básicos de la compañía y en 2006, IBM creó el InnovationJam con el objetivo de definir nuevas áreas de negocio emergentes. Para José Pedro Moro, “la decisión de acudir al crowdsourcing en lugar de a un sistema tradicional, donde contamos con los servicios de consultores externos o establecemos grupos de trabajo, es precisamente su principal característica: el elevado número de personas que colaboran simultáneamente. No se trata de cumplir objetivos cuantitativos, sino cualitativos, porque necesitamos construir algo nuevo, y necesitamos las ideas y las aportaciones de muchas personas”.
Además de uso interno, IBM ha organizado Jams para empresas como Nokia, Nokia Siemens Networks, Eli Lilly, el UK Foreign & Commonwealth Office, UN Habitat (oficina de la Naciones Unidas para el Habitat), así como el reciente Security Jam oficialmente respaldado por la Unión Europea y la OTAN.
Una de las preocupaciones que existen sobre el crowdsourcing es que las compañías puedan estarse lucrando y ofreciendo a cambio poca o ninguna retribución a quienes contribuyen con ideas o soluciones. De hecho, muchas empresas ven en este modelo la forma más barata para recurrir a la creatividad. Sobre este tema, el responsable de IBM apunta que “el crowdsourcing no debe ser visto como una vía para abaratar costes, sino más bien para acceder a conocimientos y creatividad. No debemos caer en el error de considerar el crowdsourcing como una forma barata de externalizar un trabajo. Hacerlo así sería la vía más rápida de hacer fracasar el proyecto. Lo que sí es el crowdsourcing es la forma más rápida y eficaz de recurrir a la mayor cantidad posible de creatividad concentrada”. Para el responsable de IBM el principal riesgo del crowdsourcing es “la posible desconexión entre la solución buscada y el método utilizado. De forma general, algunos de los factores que deben ser tenidos en cuenta son la disponibilidad real de los participantes, su perfil, así como la relación entre los que aportan ideas y los demandantes de las mismas. En cualquier caso, se trata de riesgos muy matizables y susceptibles de ser minimizados haciendo uso de unas condiciones de participación claras”.

Desarrollo inmaduro
Otro de los casos de crowdsourcing es el proyecto FIK, una iniciativa privada de investigación científica y tecnológica a nivel internacional impulsada por el Centro de Investigación Fatronik. Según palabras de Javier Sainz, director de marketing de Ibermática (la consultora participa junto a otras empresas en el proyecto), “su misión consiste en desarrollar patentes que posteriormente serán trasladadas al mundo empresarial. Su gestión funciona bajo el concepto del crowdsourcing ya que se buscaba solución en la comunidad a los problemas de desarrollo de una idea”.
Para Sainz, “Internet ha supuesto un salto cuántico en la definición de este concepto que se puede definir como el último escalón de la web 2.0.”. Aunque señala que el desarrollo de este concepto estaría más ligado a aspectos como el I+D “para desatascar ideas”, no cree que esta práctica esté calando en el mundo empresarial. “Todavía estamos afianzando el outsourcing como para pensar en el crowdsourcing”, comenta.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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