El Centro de Telecomunicaciones de la Generalitat se convertirá en un operador privado
La Generalitat ha dado un nuevo paso en la ola de privatizaciones de empresas públicas en tecnologías de la información. Tras el Centro Informático, cuyo concurso público está pendiente de resolución, ahora le ha tocado el turno a los servicios de voz y datos corporativos que el Centro de Telecomunicaciones (CT) presta desde hace unos años a la Administración catalana. El objetivo es facilitar la aparición de una operadora privada y disminuir los costes en comunicaciones.
La Generalitat venderá el 65% del capital de la nueva filial a la que ha transferido los activos por un valor de 2.096 millones de pesetas; el resto lo retendrá durante dos años para garantizar el desarrollo de la sociedad. La Generalitat ha transferido los activos del CT a la nueva filial Catalana de Telecomunicacions, Societat Operadora de Xarxes, que ha pedido una licencia para actuar como operador privado de servicios de voz y datos en toda España. “Es un excelente embrión para un operador que quiera introducirse en el mercado español”, afirmó en la rueda de prensa Miquel Puig, Comisionado para la Sociedad de la Información de la Generalitat. Los servicios ofrecidos por el CT en voz y datos están valorados en unos mil millones al año, cifra que no incluye los 3.000 millones contratados a Telefónica, Airtel y Retevisión.
Hasta el 15 de enero las empresas interesadas podrán solicitar su participación el concurso público restringido, ya que la Generalitat quiere evitar “el acceso de mucha gente a información confidencial”, como afirmó Puig. La fecha límite para la presentación de oferta concluye el 24 de marzo y la resolución se producirá en un plazo máximo de 90 días. El concurso no incluye ni la difusión de radio y televisión ni las comunicaciones móviles. La Generalitat estará asesorada por Doxa Consulting, el Deutsche Bank, Action Multimedia y un bufete de abogados.
“En el nuevo entorno de liberalización del sector no tiene sentido que la Generalitat continúe autoprestándose las comunicaciones, con la multiplicidad de nuevos operadores que aparecerán en pocos meses y que podrán ofrecer mejores precios y servicios”, comentó Miquel Puig.
La nueva compañía creada por el CT hereda una infraestructura de más de 300 kilómetros de fibra óptica, ubicada en el área metropolitana de Barcelona, que une también las ciudades de Girona, Lleida, Tarragona y Reus. Buen parte de su despliegue utiliza los túneles del metro y las instalaciones de los Ferrocarriles de la Generalitat. Para la treintena de trabajadores, la privatización “es una buena oportunidad para abrirse a un mejor futuro profesional”, según recalcó Puig.