Efectos colaterales

Recuperados de la resaca de las punto.com y de la burbuja de Internet ha llegado la hora de hacer análisis con el objetivo de intentar rentabilizar algo de aquel negro episodio de la historia de las TI, porque es seguro que aunque los efectos fueron muy negativos en líneas generales se produjeron hitos que marcado un punto de inflexión en la forma de operar de las compañías. Y en este sentido, cae en mis manos un artículo firmado por Michael Porter en el que, bajo el título “Internet: desaprender la lección”, el experto en gestión empresarial afirma que “las compañías con éxito serán las que utilicen la web como complemento de las formas tradicionales de competir”. En el extenso artículo, publicado en el diario ABC, Porter afirma que “es necesario desechar gran parte de las experiencias de las empresas con Internet; muchas lecciones aprendidas deben ser olvidadas”. Es realmente tranquilizador que un experto de la categoría de Porter introduzca un poco de racionalidad en uno de los fenómenos que más ha impactado en el sector de TI. La burbuja punto.com supuso un gran momento para el sector TIC, ocupó las portadas de todos los diarios nacionales y cualquier proyecto que incluyese la palabra Internet encontraba financiación. Fue entonces cuando dio comienzo la locura del valor de las acciones; lo único que era digno de ser valorado era el precio de la acción; poco importaban los, como afirma Porter, fundamentos del negocio y en vez de medirse la rentabilidad de las operaciones los ejecutivos cantaban sus éxitos en función clicks. Hoy, vueltas las aguas a su cauce hay que afirmar que lo malo no fue Internet sino su utilización especulativa, lo que sumió a este sector que vivía su época dorada en una profunda depresión. Pero de todo se aprende y no hay que olvidar que Internet ha sido, es y será una herramienta –y no negocio– para buscar nuevas oportunidades y para mejorar la gestión –no gestionar– las organizaciones. Como en todo llega la hora de la racionalidad y a Internet le hacia falta.