DNI electrónico: la llave de la identidad virtual
Este proyecto fomentará las transacciones en la red
El Documento Nacional de Identidad es un aspecto casi inherente en la vida de los ciudadanos. Este popular y útil guarismo, que es único y exclusivo para cada español, también es nuestro número de pasaporte, de identificación fiscal o NIF, del carné de conducir, es decir, es nuestra cédula personal e intransferible que acredita nuestra existencia humana, jurídica y legal ante terceros en el mundo físico, ya reconocido en el artículo 6 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La llegada de las nuevas tecnologías y, concretamente, de Internet y las transacciones telemáticas han traído consigo la necesidad de llenar un vacío legal y jurídico sobre la relación de los usuarios en su acceso al denominado mundo virtual de la Sociedad de la Información y el Conocimiento. En la actualidad todos los Gobiernos se hallan inmersos en un proceso de adaptación para dar respuesta a esta necesidad.
El Plan de Acción Info XXI del Gobierno español contempla en uno de sus proyectos más emblemáticos hacia la conocida como Administración en línea y e-Government la implantación del DNI electrónico. Un proyecto elaborado y desarrollado por la División de Coordinación Económica y Técnica del Área de Informática de la Dirección General de la Policía y el Ministerio del Interior cuyo objeto es establecer en las relaciones telemáticas la legitimidad jurídica y personal de quien detenta este documento digital para reconocer el ejercicio efectivo de sus derechos en la Red.
Con legitimidad y garantías
El proyecto de DNI electrónico tomó forma hace dos años, “ya que nos dimos cuenta de que todos los usuarios que transitan por la Red lo hacen sin legitimidad, lo que dificulta enormemente el establecimiento de relaciones comerciales con quien no conoces, de tal manera que las posibilidades que tiene este nuevo canal se ven frenadas al igual que la implantación de la Administración electrónica”, señala Mauricio Pastor Serrano, comisario del CNP y jefe de Área.
El desarrollo tecnológico de este carné digital se encuentra actualmente “totalmente definido, terminado y probado según las fases previstas en el proyecto, de tal manera que antes de terminar el año se convocará un concurso público para solicitar a las empresas que a él se presenten la asistencia técnica necesaria para la realización de una experiencia piloto en el tercer trimestre de 2003 en una capital de provincia aún por determinar. Posteriormente se irá implantando por todo el territorio de forma paulatina y se prevé que culmine en 2004”, puntualiza Pastor.
El DNI electrónico tendrá un aspecto similar al de una tarjeta de crédito al uso que utilizará claves de encriptación de 2058 bits (actualmente se emplean las de 1024 bits), llevará un microchip y una fotografía. El interior de este chip albergará una parte pública con los datos básicos de identidad del ciudadano y otra privada a la que sólo podrá acceder su titular mediante contraseña o sus datos biométricos (huella dactilar). “La novedad –explica Pastor- de ésta última parte es que incluirá la clave de la firma digital del ciudadano que no podrá ser modificada, además de los datos de serie del soporte, el certificado de firma y el de autenticación”.
El objetivo de incorporar esta clave criptográfica es permitir al titular del documento realizar las mismas funciones que en el mundo físico “con la enorme ventaja de realizar transacciones telemáticas con plenas garantías, ya que incorpora la firma del ciudadano, y con una clave que sólo conoce el titular. Es decir, se asegura la privacidad de los datos, ya que ni siquiera la Administración puede descifrarla. Por tanto, no será la Administración quien decida dónde están los datos del ciudadano y cómo accede a ellos, sino que será el propio ciudadano quien done voluntariamente y a petición sus datos, algo que sólo se puede establecer con el DNI. Será dueño de sus datos”.
Pioneros en el mundo
Para Mauricio Pastor, “el DNI es un patrimonio idóneo para el futuro, ya que fomenta la confianza electrónica del ciudadano en la Red, y la implantación de la Administración electrónica. En España más del 90% de las bases de datos tienen como nexo de conexión el número de DNI, lo que lo convierte en un documento idóneo que va a colocar a los españoles como ciudadanos de primera en la Sociedad de la Información, ya que la mayoría de los países europeos no tienen este tipo de identificación que está indisolublemente asociado con la huella dactilar (nadie puede reproducir la huella de una persona ni existe una igual en el mundo), lo que le convierte en un documento con un registro fuerte jurídicamente. Estamos a la cabeza y seremos el primer país del mundo en tener un carné digital.”
Además de eliminar una de las lacras que impiden el pleno desarrollo de la Red, como la falta de seguridad en las transacciones telemáticas y su posible manipulación, otra de las ventajas que aportará el DNI electrónico es “la posibilidad de expedir este documento en un solo acto administrativo, con lo que se reduce el tiempo empleado en su obtención, así como la plena interoperabilidad con los proyectos europeos de identificación digital”.
“La incorporación de la firma digital convierte al DNI –apunta el comisario del CNP- en un documento activo para realizar todo tipo de transacciones y compromisos adquiridos, ya que hasta ahora era una herramienta pasiva para cotejar la identidad de una persona ante terceros.”
Al servicio del ciudadano
Otro de los proyectos que ha situado en primera posición a España en el mundo en cuanto a servicio al ciudadano se refiere es la posibilidad de realizar denuncias de determinados delitos por Internet. Así, es en diciembre de 1999 cuando la Dirección General de la Policía se plantea un nuevo reto como parte de lo que se denomina Proyecto Policial 2000, cuyos objetivos son mejorar la calidad del servicio; intentar descubrir la cifra negra del delito y acercarse al ciudadano más eficaz y eficientemente. “La tecnología –explica Pastor- aportaba en este sentido una atención más personalizada, ya que reducía los trámites administrativos y agilizaba el proceso de la toma de la denuncia”.
El primer paso para lograrlo parte del desarrollo de la Aplicación Central de Denuncias, que permite centralizar todo tipo de denuncias, independientemente del lugar en el que éstas se produzcan, “de tal forma que así mejorábamos la toma de decisiones y la propia labor policial de investigación, lo que nos permitía una mejor distribución de la carga de trabajo y una aten