Dificultades para cumplir lo que se predica
El elevado número de compañías proveedoras de nuestro sector que tienen el cierre del ejercicio fiscal coincidiendo con la finalización del año y que confían en las contrataciones conseguidas durante el último cuatrimestre para mejorar los resultados, estarán haciendo múltiples cábalas para, en un horizonte económico y político como el actual, encontrar llaves maestras para enfrentarse a la competencia. Recuerdo los reiterados mensajes que se lanzan desde el colectivo de proveedores en los que erigiéndose –con razón– en predicadores de asepsia en confrontaciones de ventas, altos directivos aseguran que “su compañía” no entrará nunca en guerra de precios. Y lo matizan apuntando que una cosa es generar negocio de valor y otra lograr notables cifras de facturación. Incluso los más reacios a participar en rebajas de precios se ven presionados desde dos frentes: un colectivo cliente al que se le está poniendo en bandeja la posibilidad de exigir exageradamente porque tiene la evidencia de que siempre, sea cual fuere el tema de la contratación –excepto en casos de especialización manifiesta– habrá al menos un proveedor dispuesto a transigir; y desde los competidores que no tienen rubor en hacer las gracias con tal de hacer suyo el contrato. Admitiendo que tienen razón los proveedores que denuncian tales prácticas, es complicado cumplir lo que se predica pues supondría brindar patente de corso a quienes están dispuestos a aprovechar las renuncias de los asépticos. Sin duda.
