Departamento informático de la Organización Nacional de Ciegos Españoles, ONCEEl Cuponazo como aplicación crítica

La ONCE, Organización Nacional de Ciegos Españoles, ha conseguido convertirse en los últimos años en una de las instituciones sociales que mayor número de prestaciones sociales ofrece a sus asociados, no sólo a todas aquellas personas que sufren algún tipo de defecto en la visión, sino que también acoge a minusválidos físicos en distintos grados. Todo ello les ha llevado a la necesidad de contar con una organización informática que responda rápidamente a las nuevas necesidades, que día a día, van surgiendo y sobre todo, un control exhaustivo y rápido de su principal fuente de ingresos, la venta del cupón, que facilita empleo a 21.398 agentes y que representa en el mercado del juego español un 10,5 por ciento del total, con unas ventas previstas durante 1996 de 412.137 millones de pesetas.

La ONCE no sólo se ha convertido en la promotora de un sistema de lotería pasiva, el cupón, que representa una oportunidad de empleo para más de 21.000 vendedores, sino que cuenta con unos 50.000 afiliados a los que facilita todo tipo de ayuda y de formación, la mayoría con carácter gratuito, que van desde la rehabilitación básica y visual, las prestaciones económicas y asistenciales y la educación especializada, hasta el acceso a la cultura, el deporte y el fomento del empleo.

Por todo ello y desde hace ya unos años, la informática se ha convertido, no sólo en un pilar fundamental de su estructura, sino que le ha servido de ayuda para aumentar su capacidad en aspectos como un más rápido control de las ventas del cupón y para aportar nuevas utilidades y herramientas de trabajo a sus afiliados. Por todo ello, todas las aplicaciones de la ONCE se encuadran en lo que podríamos denominar aplicaciones críticas, que requieren sobre todo una total seguridad y una plena disponibilidad durante la mayor parte de las horas del día, y sobre todo a partir de las ocho de la noche, momento en el que se termina la venta del cupón y es necesario controlar los invendidos y el reparto de los premios. Según señala Fernando Ruiz Moreno, Director Técnico de Sistemas de la ONCE, "partiendo de la base de que nuestra principal misión es dar servicios a nuestros afiliados, el primer grupo de aplicaciones más críticas son las que están alrededor de estos servicios sociales, ahora bien, para poder ofrecer estos servicios sociales la ONCE cuenta con un juego, el cupón, del que obtiene sus ingresos, con lo cual el segundo gran grupo son todas aquellas que tienen que ver con la planificación, producción, distribución, venta y cobro del cupón, con el producto, que es lo que la ONCE vende en sus distintas modalidades". "El tercer grupo", continúa el Director Técnico de Soporte de la ONCE, "son todas aquellas aplicaciones destinadas a facilitar a los afiliados su integración a la sociedad y sobre todo al mundo informático, por lo tanto en este tercer grupo se encuadra aquella tecnología que tenemos que aplicar para facilitar el acceso de los invidentes a la informática".

Aplicaciones de gestión, elemento clave

Cuando dentro de la Organización Nacional de Ciegos Españoles se habla de servicios sociales se refieren a cualquier servicio que la ONCE está ofreciendo a sus usuarios, rehabilitación visual, servicios bibliográficos, libros en Braille, etc. y que debe, necesariamente, soportarse en una aplicación informática, y cuya orientación se basa en que los clientes de la aplicación son los afiliados. El soporte comercial de la ONCE es la venta del cupón, "este es, por lo tanto, el segundo grupo de aplicaciones más críticas para la ONCE, que son las orientadas al negocio.

"Como cualquier producto", señala Ruiz Moreno, "este aspecto de nuestra actividad tiene una serie de aplicaciones informáticas, centralizadas y descentralizadas en entorno cliente/servidor, que lo que hacen es ayudar a que el cupón se produzca, se distribuya a los centros y a los vendedores y éstos devuelven los invendidos y se realice rápidamente el proceso de liquidación. Todo esto está soportado en un sistema informático que está desarrollado en un 60 por ciento y que supongo que estará terminado a lo largo de este año".

El tercer grupo de aplicaciones críticas son las que dentro de la ONCE se consideran su parte de I+D, todas las que sirven para facilitar la integración del ciego en la sociedad y en la informática. "Hasta hace unos años", señala Fernando Ruiz, "lo teníamos resuelto, puesto que la informática estaba basada en su mayoría en texto, con lo que los invidentes con elementos tiflotécnicos, dispositivos vía braille o voz, podían leer las pantallas del ordenador sin probelams. Sin embargo, la irrupción en el mercado de los sistemas con interface gráfico de usuario, ha aumentado las dificultades".

"El problema reside", continúna Ruiz Moreno, "en que cuando el ciego trabaja dentro de la ONCE, puedes adecuar los sistemas informáticos a sus discapacidades, pero cuando éste trabaja fuera de nuestra organización, no puedes adaptar los sistemas, con lo cual nuestra obligación es desarrollar, desde el punto de la vista de la tecnología más estándar del mercado, una serie de sistemas que les ayuden a esta integración".

Para todo ello la ONCE ha tenido que buscar dentro del mundo gráfico, "hemos ido a las fuentes y en este caso ha sido Microsoft, concretamente a Seattle para establecer los contactos que nos permitan conocer las modificaciones que Microsoft está haciendo a sus sistemas de manera que nosotros podamos incorpora nuestras adaptaciones".

Proceso de informatización, un cambio poco habitual

La ONCE es de alguna forma un caso ciertamente curioso, y como señala el máximo responsable de informática dentro de la organización, Fernando Ruiz, "a lo mejor nos hemos adelantado a lo que va a venir".

Durante 1986 se inicia el proceso de informatización, hasta ese momento, la informática no tiene un gran peso en la organización. "En ese momento se produce un boom de la ONCE con la primera campaña del cuponazo", afirma Fernando Ruiz Moreno, "y en ese momento partimos con una arquitectura distribuida, descentralizada y con una tecnología que en ese año era muy avanzada, muy atractiva, pero que desde el punto de vista de eficacia, no estaba muy probada. Se trataba de una plataforma Unix y base de datos Oracle, corriendo con equipos Unisys".

A partir de este momento la ONCE comienza a desarrollar informáticamente una serie de procesos encaminados sobre todo a la gestión comercial, la parte contable, de personal además del cupón. Esta arquitectura elige lo más nuevo puesto que la ONCE empieza su informatización desde cero, lo que les lleva a utilizar lo más avanzado tecnologicamente.

"Además, esta informatización refleja", en opinión de Fernando Ruiz, "la organización de la ONCE, ordenada por centros, es decir, replicaba nuestro modelo organizativo".

Sin embargo, en 1992 se lleva a cabo un cambio de orientación. "En ese momento se hace, se pone, un mayor énfasis, no en lo que es la tecnología, sino en la informática , por lo que se opta por ir a una solución centralizada, y por eso digo que caminamos en una situación aparentemente contraria a lo que el mundo esta haciendo, que es justo al revés. Pasamos de una situación descentralizada, aunque no cliente/servidor, a una arquitectura mainframe. Pasamos de un equipo Unix, a un equipos de arquitectura 370 de Fujitsu, es decir, abandonamos Unix, no utilizamos Unix dentro del mainframe. Como sistema de gestión de bases de datos y lenguaje de cuarta generación elegimos las herramientas de Software AG, Adabas, Natural".

En este período, lo que la ONCE hace es poner el énfasis, no en la tecnología sino en el desarrollo de sistemas. "En nuestra opinión, la arquitectura mainframe nos garantiza que todo funcione y que funcione bien, pues el problema que la ONCE tenía en ese momento era una necesidad de volver a desarrollar sus sistemas de

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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