De la aldea global a la aldea digital
Microsoft presenta sus novedades en el mundo digital
(París). Microsoft considera la comunicación sin hilos como uno de los detonantes de la afluencia masiva de dispositivos digitales que derivarán finalmente en una vida ordinaria digitalizada. Diversos responsables de la compañía nombraron GSM como uno de los inicios de esta explosión, y estableció que algo tan relacionado con GSM como son los teléfonos móviles serán los dispositivos elegidos por la gran mayoría de personas a la hora de acceder a Internet (la propia empresa sitúa el acceso a la Web a través de móviles tres veces mayor que el que se dará a través del PC en el 2003). Respecto a este asunto, John Leftwich, vicepresidente de marketing de Microsoft para EMEA, relacionó los anteriores eslóganes e iniciativas de la empresa con sus nuevos retos: “Cuando hace años hablábamos de que hubiera un PC por cada hogar, estábamos seguros de que se iba a conseguir, y así ha sido”, explicó. “Sin embargo, ahora incluso esto se está superando, con nuevos dispositivos dirigidos a solucionar la vida a las personas”, en referencia directa a los sistemas sin hilos.
La era “más allá del PC”
Leftwich calificó los nuevos aires de cambio como una era “más allá del PC”: “La convergencia del correo electrónico, la información personal, las redes, la música, las películas, los archivos... Eso es lo que debe ofrecerse como paquete único en cualquier dispositivo” para poder, así, “permitir a cualquier persona un acceso a esa información en cualquier momento, en cualquier lugar y a través de cualquier servicio”.
A pesar de todo, Leftwich estableció como paso prioritario la convergencia de las telecomunicaciones con el mundo del PC. Sin embargo, este estallido procederá directamente de las empresas, ya que Microsoft, citando fuentes de IDC, considera que el crecimiento medio anual desde 1998 al 2002 respecto al dinero invertido en equipamiento de hardware, software y comunicaciones crecerá un 9%.
Dentro de esta confianza en la convergencia entre telecomunicaciones y PCs, Jonathan Roberts, director general de la división Productivity Appliances de Microsoft, “desenmascaró” la estrategia de la empresa en este terreno. Según él, esta unión no se conseguirá nunca si antes no se entiende que son los smart objects los cimientos de esta construcción que derivaría en la explosión del mundo digital. Según él, “los smart objects suponen un nuevo concepto, son aplicativos inteligentes que sirven para constituir un conjunto de aparatos también inteligentes sobre los cuales, y en forma de cúpula, se situará el PC. De esta manera, cuando el PC ya sea inteligente y en él convivan las telecomunicaciones, podremos obtener servicios, algunos nuevos y otros más fáciles de conseguir. Estos servicios serán los que después se ofrecerán digitalmente en la vida diaria”. Roberts ofreció datos respecto a estos “objetos inteligentes”: según sus palabras, en los próximos tres años habrá alrededor de 7.000 millones de microprocesadores en el mercado, y un total de 14 billones de smart objects. Sin embargo, Roberts estableció como el “mayor problema” el conseguir “la integración de estos dispositivos hoy protagonistas dentro de los grandes sistemas existentes”.
La presentación de productos tampoco quedó olvidada. Precisamente, y dentro del paso de Internet y las telecomunicaciones a los dispositivos sin hilos, se anunció la plataforma ICSA (Internet Cellular Smart Access) 3.5, que permitirá a los operadores celulares ofrecer a sus clientes servicios de Internet en los dispositivos móviles, tales como el e-mail. ICSA también permitirá que sea posible recuperar notificaciones de correo electrónico, además de disponer de un servicio de mensajes cortos, que se pueden recibir desde otros dispositivos móviles. Para leerlos, sólo será necesario utilizar un teléfono GSM básico, teléfonos SIM Toolkit, dispositivos basados en Windows CE o un PC con Microsoft Outlook.
Identificación-verificación
En el seno de los “objetos inteligentes”, Microsoft quiso dar cabida inmediata a las smart cards. Para ello, anunció unas tarjetas inteligentes para la arquitectura Windows y que, según Roberts, “ofrecerán un nuevo nivel de seguridad a los usuarios dentro de la autentificación, será una de los cambios clave a la hora de conseguir una información disponible en cualquier momento y en cualquier lugar. Con ellas se conseguirá que los proveedores de servicios puedan utilizar restricciones mucho más personalizadas a la información más allá del PIN tradicional”.
Relacionado directamente con las smart cards se encuentra el reconocimiento de voz, otro de los pilares establecidos por Microsoft para la consecución del mundo y del hogar digital. Así al menos lo estableció en esta reunión Derek McAuley, Assistant Managing Director de Microsoft Research. Según él, “el problema existente actualmente dentro del reconocimiento de voz es que, aunque se reconozca esa voz, los dispositivos no ubican a la misma en un contexto determinado. Hay que tener en cuenta que el contexto es importante a la hora de reconocer una voz, tener en cuenta también sus matices y los momentos en los que se emite el sonido”. Para McAuley, dentro del reconocimiento de voz hay varios problemas: “En primer lugar, en general el problema está en el control de acceso, como ya he dicho. A esto se añade el conseguir una verdadera autentificación del usuario y, por fin, una información segura”. Aquí es donde este directivo de Microsoft situó las smart cards como factor importante dentro del reconocimiento del usuario: “Las tarjetas inteligentes suponen un cambio en la interacción entre la máquina y el usuario. Y, a pesar de que todavía hay dudas y discusiones sobre la mejor forma de que una tarjeta sea inteligente, es decir, qué se tiene en consideración a la hora de reconocer a alguien, sí podemos decir que la tecnología de las smart cards debe estar cada vez más alineada con la tecnología de los dispositivos móviles. Actualmente disponemos de distintos “remedios” a la hora de reconocer al alguien: su huella dactilar, la sangre, incluso el ADN, reconocimiento del iris o incluso de toda la cara, pero todavía no hay nada que se imponga a todo lo demás y que, a la vez, sea totalmente seguro”.
McAuley resumió su conferencia sobre la autentificación en una frase, al alegar que “la cuestión del reconocimiento de la persona está en verificar al usuario, y no en identificarle. Identificarle se puede hacer ya, pe