Crece la inseguridad

Sorpresa. Esta ha sido mi primera reacción tras analizar los resultados de un panel de expertos en seguridad que se reunieron la pasada semana en Cannes. Y es que después de todo un año escuchando mejoras y más mejoras además de las consabidas inversiones en seguridad por parte de los fabricantes, resulta que la seguridad de las empresas está atravesando su peor momento. Conclusiones tan contundentes como “las empresas están más expuestas que hace un año” o “los hackers han ganado la batalla” son las que deberían hacer reflexionar a todos. Y digo reflexionar porque uno de los expertos anteriormente citados aseguró que la clave de que la seguridad de las empresas no mejore reside en una absoluta falta de innovación por parte de la industria. Otra de las conclusiones es que no se puede alcanzar la seguridad si antes no se consigue una integración real entre las diferentes soluciones que soportan la seguridad de una empresa, y así es imposible operar en un entorno seguro. Hasta aquí lo expuesto entra dentro de la lógica: las empresas necesitan operar en un entorno seguro y la interoperabilidad de las diferentes soluciones de seguridad lo hacen imposible. Pero, ¿qué hay de lo que las empresas que quieren ser seguras invierten en seguridad? Son ya muchos los análisis e informes de consultoras los que sitúan a la inversión en seguridad como prioridad uno y creo que debe seguir la cosa ahí: no ha pasado todavía de prioridad a realidad. Las empresas deben ser conscientes de que la situación ha cambiado y mucho. Internet trastocó las bases en las que se sustentaba la operativa de las empresas para situarlas en una nueva dimensión con muchas posibilidades pero también con muchos riesgos. Hay que ser coherente y no responsabilizar sólo a una parte. El reto de conseguir entornos seguros exige que los fabricantes desarrollen productos cada vez más seguros pero también que las empresas inviertan en seguridad. La seguridad puede estar al alcance de todos, pero no es gratis.