Crece el outsourcing

Diversas informaciones sobre la situación actual del outsourcing en España, así como eventos y declaraciones en torno a este servicio, han generado singular atención con proliferación de opiniones. La filial española de la consultora IDC señala que el mercado total de outsourcing movió el pasado año en nuestro país 1.100 millones de euros; las compañías que ofrecen este tipo de servicio aportan cifras significativas sobre los incrementos de facturación en esta línea de negocio; y, desde diferentes esquinas del sector se asegura que la ralentización de la demanda y menor disponibilidad de recursos económicos está propiciando un mayor interés hacia las posibilidades del outsourcing. Sin embargo, decidir su contratación pasa, inexorablemente, por un profundo estudio de las repercusiones que generará; qué áreas afectará principalmente; y cómo repercutirá en los profesionales de las TIC. Porque no basta con repetir, aunque sea verdad -como hacen las compañías proveedoras del servicio- que es la fórmula idónea para que el cliente se centre exclusivamente en su auténtico negocio; se libere de la retahíla de problemas, menores o mayores, procedentes de la Dirección de Sistemas; e, incluso, acepte como creíble la disminución en el capítulo de gastos. La decisión, para la dirección general, implica fe, mucha fe. La dirección general, lo que desea fervientemente es que, garantizándose que estarán perfectamente potenciadas las diferentes unidades de negocio, se asegure, asimismo, que desaparecerán las peticiones de la Dirección de Sistemas; se olvidarán las inversiones TIC (siempre presentadas como ineludibles); y que el nuevo marco de actuación no irá en detrimento de disponer de excelentes profesionales y asegurarse de imprescindibles actualizaciones de soluciones de vanguardia. Pero, para el tránsito a la externalización y optimización de los resultados esperados, es obligatoriamente necesario contar con un leal equipo de dirección del proyecto -se supone que experimentado, procedente de su dirección de sistemas- que se convierta en gestor permanente de las distintas actividades del prestador del servicio, controlando con suma atención y haciendo un inteligente seguimiento. Y, como argumento convincente para hacer cumplir fielmente el articulado del contrato, los gestores deben haber previsto en éste claras advertencias de posibles penalizaciones que podrían llegar, incluso, a la rescisión del contrato. El outsourcing puede ser una muy buena solución, pero exige de los gestores del cliente control, mucho control.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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