Contrataciones temerarias ante ofertas temerarias
Los creadores de las instrucciones para recortar déficit sí advierten de la necesidad de realizar revisiones rigurosas de los gastos estimados como imprescindibles para garantizar el funcionamiento de los servicios. Desean que se ponga el foco en el ahorro a ultranza, pero no admitirían fallos en los servicios. Y aquí radica el quid de la cuestión. Los políticos estimulan a los CIO de la Administración General del Estado (AGE) a realizar contrataciones temerarias porque el fin justifica los medios y hay que reducir déficit, ya se sabe, como sea; y, al mismo tiempo, esos políticos están invitando a los proveedores de nuestro sector a que tiren los precios si quieren entrar en el umbral de probables adjudicatarios. Lo malo, para la AGE, es que sus CIO se harten de las malas decisiones que los políticos toman respecto a las TIC y, considerando el peligro de asesorarles bien y el poco tiempo que le queda a esta legislatura, concluyan que tienen que tragar con contrataciones temerarias. Asimismo, entre el colectivo de los proveedores de nuestro sector, los que están pasando por mayores dificultades con las cuentas de resultados –y son incapaces de competir con sus rivales con ofertas ventajosas para el cliente– encuentran una inesperada oportunidad de contratar con la AGE, tirando los precios lo que haga falta. Conviene aprovechar las decisiones absurdas. Contrataciones temerarias ante ofertas temerarias.