Compras de empresas de servicios

La intención de comprar empresas de servicios en España, por parte de compañías del sector, ha sido manifestada por los máximos dirigentes de filiales españolas, durante los últimos meses del pasado año. Algo que antes se producía infrecuentemente, ahora suele ser bastante habitual, con la notable diferencia, además, de que suelen convertirse en realidad un estimable porcentaje de los propósitos de adquisiciones anunciados. Porque, hace relativamente poco tiempo, estas declaraciones públicas de intenciones, siempre escasas, tenían como protagonistas a consumados voceros de mensajes construidos con el único fin de captar la atención de los usuarios como ardid imprescindible para continuar manteniendo la esperanza de conseguir determinados objetivos. Era una manera de mostrarse económicamente importantes y, a la vez, servía para transmitir supuestos planes de la compañía, tendentes a consolidarse y crecer en nuestro entorno. Sin embargo, aunque máximos responsables de las empresas aquí continúan, y perdurarán, aprovechando oportunidades para lanzar estudiados sofismas sobre proyectos de compras de compañías es cierto que predominan los testimonios de deseos de adquisiciones que posteriormente logran materializarse.
Las condiciones que deben reunir las candidatas a ser adquiridas también se anuncian y, aunque algunas de las potenciales compradoras se decantan exclusivamente por aquellas empresas que pueden complementar su oferta y acrecentar áreas de negocio concretas- principalmente por parte de las ya instaladas en nuestro país -otras advierten que, siendo de servicios, sus preferencias se inclinan por las que tengan un número determinado de empleados o, en el supuesto que éste sea relativamente más bajo, no las importa comprar varias para alcanzar la cifra deseada de trabajadores. La convicción de que es en el sector servicios donde se pueden obtener los mayores beneficios, impulsa tanto a las compañías de esa especialidad como a los fabricantes, a pertrecharse adecuada y convenientemente para no perder el tren que, según ellos mismos -corroborado por los analistas- conduce a la consecución de los más altos porcentajes de facturación en las empresas. En cumplimiento de ésta asumida idea, parece que la alternativa de crecer y fortalecerse en la actividad servicios debe realizarse sin dilación porque, entre otras razones, pueden escasear las apetecibles candidatas a ser adquiridas. Sobre todo si, como condición, insoslayable, figura la de considerarse solamente aquellas compañías que tengan capital social cien por cien español. Así se comprenden mejor las ganas de comprar, y el deseo de poderlo concretar lo antes posible.