Colaboración del IQS e IBM para investigar en química computacional
IBM suministrará equipamiento y herramientas software
La cooperación entre IBM y el Instituto Químico de Sarrià (IQS) en Barcelona ha dado un paso de gigante tras la firma del convenio de colaboración científica para desarrollar un proyecto de investigación basado en química computacional. IBM suministrará equipamiento y herramientas de software durante los próximos cuatro años por un valor inicial de 15 millones de pesetas.
Este acuerdo recientemente firmado convertirá al Instituto Químico de Sarrià en uno de los más importantes centros del país en su materia. "IQS tiene un caldo de cultivo muy bueno, un programa muy original y avanzado", señaló Joaquim Casals, Director Regional de IBM en Catalunya.
El IQS contará con la solución "Ab Initio Molecular Dinamics", desarrollada por IBM para la modelización de estructuras químicas complejas, que trabajará en un equipo PowerPC Risc 6000 que incorpora un procesador 601, a una velocidad de 80 MHz, con 128 MB de RAM, 2 GB en disco y un procesador gráfico Power GXT 150.
Formación de investigadores
El software aportado por IBM permitirá al Instituto simular el comportamiento dinámico de un sistema químico y conocer, al mismo tiempo, sus propiedades electrónicas. Será la base para abordar nuevas líneas de investigación que darán lugar a un trabajo específico de postgrado. El convenio incluye un programa de formación de investigadores del IQS en el IBM European Center for Specific and Engineering Computing de Roma, centro especializado en sistemas informáticos aplicados al ámbito científico y técnico.
Por su parte, el Instituto aportará sus recursos humanos e infraestructura logística y difundirá los conocimientos obtenidos entre la comunidad académico-científica. Semiconductores, aleaciones, metales de transición y sistemas de puentes de hidrógeno son las principales líneas de investigación que acometerá el IQS, centro con importantes conocimientos en química cuántica. Además del PowerPC, el instituto también cuenta con un equipo Risc 6000 modelo 520, instalado hace cinco años, así como con un Silicon Graphics en el que está instalado el sistema Biosim, dedicado al estudio de proteínas.
Por otra parte, Enric Julià, Director del IQS, afirmó que una futura colaboración con el Centro de Supercomputación de Cataluña (CESCA), que dispone de un SP2 de IBM, sería "deseable" para el IQS, centro que tampoco se encuentra dentro de la "anilla científica" de fibra óptica dispuesta entre las universidades catalans y centros de investigación como el CESCA.
Una tecnología cara
La aplicación de la química computacional no parece que esté todavía al alcance de la mano de la industria española. Según técnicos de IBM es posible que en un plazo de cinco años no sea tán caro utilizar estas herramientas para investigar en productos -actualmente un estudio completo de una proteína puede durar cinco años-. La industria farmacéutica puede ser una de las máximas interesadas en la química computacional. Los gastos de investigación son enormes: comercializar un nuevo fármaco, tras descartar 20.000 productos, puede costar 10.000 millones de pesetas de desarrollo. Las patentes -los laboratorios no divulgan cómo utilizan la química computacional- y la falta de profesionales expertos -deben conocer múltiples disciplinas- son, junto con el alto coste del hardware y el software especializado -puede representar una inversión de 15 a 200 millones de pesetas-, los principales impedimentos para extender el uso de esta tecnología en la industria.