Cobol vuelve a la escena tecnológica
COBOL (COmmon Business -Oriented Language o Lenguaje Común Orientado a Negocios) nació en 1960 como un lenguaje de programación de carácter universal y muy orientado al ámbito de los negocios. A pesar de su larga vida y de la aparición de muchos sistemas más modernos en los últimos años, lo cierto es que Cobol tiene una vigencia sorprendente en el mercado. De hecho, según datos de la multinacional Micro Focus, desarrolladora de soluciones que facilitan la migración y modernización de aplicaciones, el 70% de las grandes empresas de todo el mundo siguen utilizando aplicaciones desarrolladas con el lenguaje de programación Cobol y se calcula que existen 220.000 millones de líneas de código activas escritas con este lenguaje creado para desarrollar aplicaciones de negocio y finanzas. Y es que recientes estudios aseveran que los sistemas Cobol son responsables de transportar hasta 72.000 contenedores, del cuidado de 60 millones de pacientes, de la seguridad del 80% de los puntos de las transacciones de ventas y la conexión de 500 millones de usuarios de teléfono móvil. Es más: alrededor de cinco millones de líneas de código Cobol se añaden a los sistemas vivos cada año y, además, ya hay más transacciones procesadas por las aplicaciones Cobol que búsquedas en Google cada día.
¿Cuál es la razón de que un lenguaje de más de cincuenta años en un mundo como el informático, en el que los sistemas se renuevan permanentemente, siga en boga?
Éxito desde el origen
Ángel Martínez Navarro, miembro de la Academia de Tecnología y del Comité de Expertos en Tecnología de IBM, asegura que el actual éxito de Cobol proviene de sus orígenes: “Cobol sigue viviendo en buena parte el tremendo impulso que recibió en el momento de su nacimiento. Fue el primer lenguaje que independizó el desarrollo de aplicaciones de la arquitectura física de los ordenadores, y contó con el apoyo del Departamento de Defensa (DoD) estadounidense, que participó en su definición. Había, por tanto, una necesidad tecnológica y un mercado por desarrollar, el caldo de cultivo ideal para que una innovación prospere, como así ocurrió”. Según Martínez Navarro, con los años, Cobol “ha seguido demostrando atributos de sencillez de aprendizaje y uso, portabilidad entre plataformas, eficiencia en desarrollo y en ejecución... así que, con este bagaje, no ha habido muchos motivos para buscar sustitutos”.
Los principales atributos de Cobol son también, para Daniel Martínez Batanero, director de core banking de RSI, las razones de su éxito: “Es un lenguaje maduro, estructurado, legible, relativamente fácil de mantener y para el que existe todavía mucho conocimiento acumulado en el mercado. Para la ejecución de procesos por lotes, sobre todo en los entornos mainframe, con grandes volúmenes de información, es un lenguaje muy eficiente y, probablemente, todavía el más extendido. Además, debido a su universalidad y base instalada, puede ser compilado y ejecutado en entornos abiertos, prácticamente con todos los sistemas operativos y bases de datos más importantes del mercado, lo que permite la portabilidad de aplicaciones a nuevos entornos tecnológicos, preservando el conocimiento y minimizando los riesgos”. En definitiva, remarca el directivo de RSI, “Cobol sigue siendo uno de los lenguajes de mayor aceptación en TI de gestión y su sustitución conllevaría en determinados casos unos enormes costes de conversión, con retorno muy difícil de justificar y lograr. En muchos casos, la sustitución de Cobol por otro lenguaje, llega con la reposición de la aplicación legacy por un desarrollo completamente nuevo o la adquisición de una aplicación comercial que cubre total o parcialmente la funcionalidad de la que se deja fuera de servicio”.
El financiero es uno de los sectores más ligados al mundo Cobol, pero no sólo. Como asegura Miguel Fito, director de desarrollo de negocio y soluciones de Micro Focus para Iberia y Latinoamérica, “las grandes empresas de distribución, las energéticas, la petroleras e incluso las grandes organizaciones de la Administración Pública trabajan con este lenguaje. En definitiva, muchísimas organizaciones de todo el mundo han invertido mucho dinero en el desarrollo de aplicaciones en Cobol. Ahora el coste de reemplazar estas aplicaciones por otras más modernas y económicas y el de reproducir el conocimiento que se tiene de ellas en otros sistemas sería inmenso. Por eso, siguen trabajando en Cobol y por este motivo este lenguaje sigue tan vigente”.
El problema de la integración
Pero las organizaciones con aplicaciones Cobol no sólo se enfrentan al hándicap de un elevado coste de mantenimiento. “Integrar aplicaciones realizadas en Cobol con otras realizadas en plataformas Windows, .NET, Unix, Linux y JVM reviste cierta complejidad, al menos en nuestra organización”, explica Martínez Batanero, de RSI. “El uso del Cobol está bastante limitado a los entornos centralizados, y la intercomunicación con otros sistemas no siempre cubre los niveles de servicio deseados, con el grado de conectividad e interacción requeridos; otras veces resulta costoso hacer estas integraciones compatibles con las políticas y estándares de seguridad de nuestra plataforma tecnológica. Además, hay que contar con el factor humano: la realización de integraciones de aplicaciones Cobol con los distintos sistemas abiertos exige perfiles con el conocimiento de ambos mundos, muy difíciles de encontrar y, en el caso de los expertos en entorno mainframe, gestionar adecuadamente la posible resistencia al cambio asociada a los proyectos de downzsizing, mitigando el fenómeno con formación cruzada, visitas a instalaciones de referencia en los nuevos entornos, asistencia de expertos que contrarresten la incertidumbre y los problemas iniciales, etc.”.
No obstante, la integración es posible, según Martínez Navarro, de IBM. “Es más –añade–, la inmensa mayoría de los sistemas corporativos que confían en nuestra tecnología mainframe realizan esta integración de forma fácil y rutinaria. En este sentido, ha sido fundamental el papel que han jugado las arquitecturas S