Cliente/servidor y reingeniería de negocio
¿Cambio fundamental o moda pasajera?
¿Significa el proceso cliente/servidor un cambio fundamental en la forma en que se realiza la actividad comercial, o es simplemente un nuevo nombre para algo ya conocido de antiguo? A continuación proponemos dos visiones totalmente divergentes del mismo fenómeno.
Un cambio fundamental
El proceso cliente/servidor no es una moda pasajera, sino que constituye un cambio fundamental en el sector informático y garantiza que no se está volviendo a las formas antiguas en la actividad comercial. Los mainframes han adquirido una nueva forma como servidores de empresa y las estaciones de trabajo se utilizan como puertas de entrada al universo en expansión de los servicios basados en red.
Las expectativas sobre las posibilidades del proceso de datos van actualmente más allá del proceso de transacciones y de las herramientas de productividad personal. Ahora nos comunicamos con las personas con las que mantenemos relaciones comerciales y accedemos a noticias y servicios de información electrónicamente. La utilización de productos groupware continúa en aumento y se vislumbra en el horizonte el despliegue e implementación de sistemas de teleconferencia desktop.
Este es el mundo real del proceso cliente/servidor.
En el enfoque cliente/servidor no se trata tanto de distribuir lógica de aplicaciones entre cierto número de plataformas de hardware -aunque esta tiende a ser la consecuencia natural- como de combinar una variedad de tecnologías formando soluciones comerciales completamente nuevas. Con la llegada del proceso cliente/servidor, el énfasis sobre lo que es posible realizar se ha desplazado de los confines limitados del proceso de datos a una visión más amplia que abarca las actividades de colaboración, comunicación y uso compartido de la información.
Es cierto que todos hemos oído hablar de la complejidad y los elevados costos asociados al desarrollo, implementación y soporte permanente de las aplicaciones cliente/servidor, que son causa de muchos sentimientos inquietantes mientras nos adentramos en este nuevo entorno. Sin embargo, el antiguo mundo centralizado y el mundo cliente/servidor son muy diferentes, no sólo en cuanto a capacidad sino también en lo que se refiere al enfoque y al grado de madurez.
Entre los principales beneficios del enfoque cliente/servidor están la flexibilidad y la posibilidad de elegir. Tomemos como ejemplo el caso de tres unidades comerciales que acceden a información contenida en un mismo servidor de base de datos. Un grupo puede utilizar una aplicación creada a medida, que funciona en una estación de trabajo basada en Windows, mientras que un segundo grupo realiza consultas ad hoc desde un ordenador Macintosh, y un tercer grupo utiliza estaciones de trabajo Unix para realizar mediante ordenador análisis intensivos de datos. Este ejemplo ilustra la conveniencia de combinar tecnologías y productos para resolver un conjunto diverso de requerimientos comerciales.
En el modelo cliente/servidor, se asume que el entorno es modular, formado por un número de piezas que funcionan juntas. Como consecuencia, las compañías pueden elegir el motor de base de datos, el sistema operativo y las herramientas de desarrollo que mejor se adapten a sus necesidades.
Puesto que pueden combinar y agrupar diferentes elementos, es más probable que las compañías consideren la posibilidad de aplicar a las actividades de desarrollo técnicas como la programación orientada a objetos, incorporando soporte para video interactivo, aprovechar las tecnologías de correo electrónico e intercambio de mensajes o utilizar opciones de proceso móvil como componentes de los sistemas.
Quienes se oponen a cliente/servidor argumentan la existencia de problemas como la necesidad de una mejor integración entre las diferentes partes tecnológicas, y centran además el énfasis en la falta de herramientas potentes de gestión de sistemas y de red que permitan garantizar el funcionamiento económico de la infraestructura técnica las 24 horas del día.
Las cuestiones de interfuncionalidad serán resueltas más por los clientes que demanden una mejor integración por parte de sus vendedores que por ninguna otra fuerza. Las cuestiones relativas a la gestión de sistemas y de redes son importantes, y ofrecen una excelente oportunidad para que los desarrolladores de software aporten nuevos productos al mercado. Además de requerir que los elementos tecnológicos funcionen correctamente entre sí, el proceso cliente/servidor depende de la integración de equipos de soporte del centro de proceso de datos y del conjunto de redes LAN.
Para una implementación con éxito del proceso cliente/servidor y para un crecimiento permanente de este mercado, se requiere la fusión de muchas disciplinas de gestión de proceso de datos con el espíritu emprendedor que rodea a todo lo relativo a los sistemas de redes LAN.
Una nota de precaución: Como el proceso cliente/servidor es nuevo y diferente, resulta fácil confundir los medios con los fines dentro de una actividad de desarrollo. La única regla que sigue siendo aplicable es que las empresas y organizaciones deberán actuar comprendiendo con claridad cuáles son los requerimientos y necesidades de tipo comercial. La utilización del modelo de diseño cliente/servidor deberá ser el resultado natural de un análisis de los objetivos comerciales.
Emprender un proyecto cliente/servidor requiere con frecuencia afrontar un problema comercial mediante un enfoque relativamente nuevo, y por lo tanto éste puede ser el momento oportuno para analizar muy intensamente la forma en que pueden mejorarse los procesos comerciales reales antes de que los especialistas en tecnología comiencen su trabajo.
Una moda pasajera
Tal como yo lo veo hoy, el proceso cliente/servidor es una moda pasajera. Este término, que representa más una imagen de marketing que una tendencia comercial seria, no describe un producto ni una tecnología, sino un concepto amorfo sin significado concreto o específico.
Si se pregunta a media docena de vendedores o usuarios lo que significa el proceso cliente/servidor, se obtendrá más de media docena de respuestas. Una idea corriente -y, en mi opinión, equivocada- es que el término sugiere la necesidad de cambiar la forma en que se hacen las cosas. Como muchas de las definiciones que flotan por ahí, esta es demasiado imprecisa para tener algún significado y es más aplicable al nuevo orden general que a una tecnología que se supone que revolucionará la forma en que se lleva a cabo la actividad empresarial.
Naturalmente, con el tiempo, esta idea y otras como ella cristalizarán, parte de la propaganda y el ruido desaparecerán, y surgirán unos significados más claros y definidos. Sin embargo, para poder comprender por completo de dónde procede la noción de proceso cliente/servidor, tenemos que retroceder algo en la historia.
El proceso de datos, tal como lo conocemos ahora, evolucionó a partir del concepto de unidad central de proceso o CPU, conocido primero como mainframe, después como miniordenador y más tarde como PC. Dejando aparte la cuestión del tamaño, los tres son más similares que diferentes; en cada uno, la potencia "cerebral" o de proceso está concentrada en un único lugar.
A comienzos de los años 80 resultó obvio para los vendedores que los nuevos estándares deberían concentrarse en un único punto: el ordenador personal o PC. Lo mismo que había sucedido con el mainframe y el miniordenador, todo lo otro era periférico respecto a la CPU. Al mismo tiempo, se observó claramente que para que estos PCs resultaran algún día verdaderamente útiles para la actividad comercial, tendrían que estar conectados a un servidor central. Gracias a la variedad de hardware, software y estándares disponibles para ello, surgió el concepto de proceso cliente/servidor.
Lo que no era posible hacer aplican